Salud
Porque me sigue doliendo la muela si estoy tomando antibiótico

¿Por qué el dolor de muela persiste incluso con antibióticos? Descubre las causas y soluciones para aliviar esta molestia.
Nada peor que un dolor de muela persistente, de esos que no te dejan dormir, que hacen que cada mordida sea un martirio y que ni siquiera los analgésicos parecen controlar. Cuando el dentista receta un antibiótico, solemos pensar que el alivio llegará rápido, pero a veces el dolor sigue ahí, como si el medicamento no estuviera haciendo efecto.
Si esto te está pasando, es importante entender por qué las muelas duelen, cómo actúan los antibióticos y qué hacer si el dolor no desaparece. Porque sí, los antibióticos pueden ser necesarios en muchos casos, pero no siempre son la solución definitiva.
¿Por qué duele una muela? Los diferentes tipos de dolor
No todos los dolores de muela son iguales, y eso es una pista importante para saber qué está pasando en tu boca. Algunos son punzantes, otros son constantes, otros se agravan al comer o incluso al tocar la cara. Cada tipo de dolor tiene su explicación.
Dolor punzante y sensibilidad extrema
Si sientes descargas de dolor al consumir algo frío, caliente o dulce, es muy probable que la muela tenga una caries profunda que ha alcanzado la dentina o incluso el nervio del diente. Esta sensación de dolor punzante puede volverse cada vez más intensa si no se trata a tiempo. También puede deberse a una fisura en el diente, la cual deja expuesta la parte interna de la pieza dental, facilitando la llegada de estímulos externos que provocan la molestia. En estos casos, es fundamental acudir al dentista para evaluar la situación y evitar complicaciones mayores.
Dolor palpitante y continuo
Cuando el dolor no desaparece y parece latir al ritmo del corazón, es una señal de alerta. Esto suele indicar la presencia de una infección o un absceso dental, lo que significa que hay una acumulación de pus dentro del diente o en las encías. En estos casos, la inflamación genera un aumento de presión interna, causando una molestia persistente que puede llegar a ser insoportable. Si no se trata a tiempo, la infección puede extenderse a otras zonas de la boca o incluso al organismo, convirtiéndose en un problema de salud más grave.
Dolor al masticar o tocar la muela
Si sientes que el dolor se intensifica al morder o al presionar la muela, es probable que haya una fractura, una caries avanzada o incluso una infección en la raíz del diente. Además, este tipo de dolor también es frecuente en personas que sufren de bruxismo, una condición en la que se aprietan o rechinan los dientes, especialmente durante la noche. El constante desgaste y la presión excesiva pueden provocar inflamación en los ligamentos del diente, causando molestias al masticar o incluso al tocar la zona afectada.
Dolor que se irradia al oído o la cabeza
Un dolor de muela intenso puede no solo afectar la boca, sino extenderse hacia otras zonas cercanas, como la cabeza, la mandíbula o el oído. Esto ocurre cuando la infección alcanza nervios cercanos, generando una sensación de dolor reflejo que se siente en diferentes partes del rostro. También puede ser un síntoma de una muela del juicio retenida, la cual, al no tener suficiente espacio para salir correctamente, ejerce presión sobre los tejidos y estructuras cercanas, provocando una molestia intensa y persistente.
Principales causas del dolor de muela
Caries y nervio expuesto
Cuando una caries no se trata a tiempo, su deterioro avanza progresivamente hasta llegar al nervio dental, generando un dolor intenso y constante. En este punto, el daño es tan severo que los analgésicos pueden proporcionar solo un alivio temporal. Es importante entender que en esta etapa, un antibiótico no será suficiente, ya que el problema no es solo una infección, sino que el tejido del diente ya está comprometido. La única solución efectiva suele ser un tratamiento de conducto o, en casos extremos, la extracción de la pieza dental para evitar complicaciones mayores.
Infección y abscesos dentales
Las infecciones dentales pueden derivar en la formación de abscesos, que son acumulaciones de pus causadas por bacterias. Estos abscesos generan una presión intensa sobre el diente y las encías, lo que provoca un dolor punzante y constante. En estos casos, los antibióticos pueden ayudar a controlar la infección, reduciendo la inflamación y el malestar. Sin embargo, si el absceso no se drena adecuadamente, el dolor persistirá y la infección podría extenderse a otras áreas de la boca o incluso al resto del cuerpo. Para solucionar este problema, el dentista puede realizar una incisión para drenar el absceso o, en casos avanzados, llevar a cabo un tratamiento de conducto o extracción dental.
Problemas en las encías
Las enfermedades periodontales, como la gingivitis y la periodontitis, no solo afectan las encías, sino que también pueden provocar dolor en los dientes. Cuando la infección avanza hasta el hueso, la estructura de soporte de los dientes se debilita, lo que puede hacer que los dientes se aflojen y generen molestias persistentes. Además del dolor, los síntomas incluyen sangrado de encías, inflamación, mal aliento y retracción gingival. Si no se trata a tiempo, la periodontitis puede provocar la pérdida de piezas dentales, por lo que es fundamental acudir a un especialista para recibir el tratamiento adecuado y evitar la progresión de la enfermedad.
Muelas del juicio
Las muelas del juicio pueden causar un gran malestar, especialmente cuando están impactadas o crecen en una posición incorrecta. Esta condición puede generar inflamación, dolor e incomodidad en toda la zona, afectando incluso a los dientes cercanos. En algunos casos, la presión que ejerce la muela puede provocar apiñamiento dental o incluso infecciones si no hay suficiente espacio para que erupcione correctamente. Si la molestia persiste, el odontólogo puede recomendar la extracción de la muela para evitar complicaciones como dolor crónico, infecciones recurrentes o daño en otras piezas dentales.
Antibióticos para el dolor de muela: ¿realmente alivian el dolor?
Los antibióticos no son analgésicos, su función es combatir la infección bacteriana, pero no eliminan el dolor de inmediato. De hecho, en muchos casos el alivio puede tardar varios días en llegar.
Los antibióticos más comunes en infecciones dentales
Los dentistas suelen recetar amoxicilina por ser eficaz contra la mayoría de las bacterias que causan infecciones dentales. En casos más severos, se combina con ácido clavulánico para potenciar su efecto.
Cuando el paciente es alérgico a la penicilina, se suele recurrir a la clindamicina o la azitromicina. El metronidazol también es utilizado cuando hay infecciones más agresivas, especialmente en combinación con otros antibióticos.
¿Por qué me sigue doliendo la muela si estoy tomando antibiótico?
El antibiótico aún no ha hecho efecto
Es importante recordar que los antibióticos no actúan de inmediato. Su efecto puede tardar entre 24 y 72 horas en comenzar a combatir la infección. Durante este tiempo, el dolor puede persistir porque la inflamación y la presión en la zona afectada no desaparecen de un momento a otro. Además, el cuerpo necesita tiempo para responder al tratamiento y reducir la carga bacteriana. Mientras tanto, se pueden utilizar analgésicos y antiinflamatorios para aliviar la molestia.
La infección es demasiado grande
Cuando la infección ha avanzado significativamente, los antibióticos pueden requerir más tiempo para controlar la situación. En algunos casos, el dolor persiste o incluso se intensifica, especialmente si hay una acumulación de pus que genera presión dentro del diente o las encías. En estos casos, el antibiótico por sí solo no es suficiente y es necesario que el dentista drene el absceso para aliviar el dolor y eliminar la infección de manera efectiva.
El antibiótico no es el adecuado
No todas las infecciones responden al mismo antibiótico, ya que las bacterias pueden tener diferentes grados de resistencia. Si después de tres días de tratamiento el dolor sigue igual o peor, es posible que el antibiótico no sea el adecuado. En este caso, el dentista podría necesitar cambiar el medicamento por uno más específico y efectivo contra la bacteria responsable de la infección. Para asegurarse de que el tratamiento sea el correcto, el odontólogo puede solicitar un cultivo bacteriano y una prueba de sensibilidad antibiótica.
El problema no es solo infección
Si bien una infección puede causar dolor intenso, en algunos casos la molestia no se debe únicamente a la presencia de bacterias. Si el dolor es provocado por una caries profunda, un diente fracturado o una muela del juicio mal posicionada, el antibiótico no resolverá el problema por sí solo. En estos casos, es posible que se necesite un tratamiento de conducto, una extracción dental o una restauración para eliminar la causa del dolor. Identificar la raíz del problema es clave para elegir el tratamiento más adecuado.
Todavía hay inflamación en la zona
Incluso cuando el antibiótico está funcionando y la infección está controlándose, el tejido alrededor del diente puede seguir inflamado. Esta inflamación puede generar dolor y sensación de molestia, aunque la infección esté en proceso de remisión. Para reducir la hinchazón y el malestar, el dentista suele recomendar el uso de antiinflamatorios como ibuprofeno o naproxeno, además de aplicar compresas frías en la zona afectada y mantener una buena higiene bucal para evitar nuevas infecciones.
¿Qué hacer si el dolor no mejora con antibióticos?
Si después de 48-72 horas el dolor sigue siendo intenso, es fundamental volver al dentista. En muchos casos, el tratamiento debe complementarse con:
- Drenaje del absceso si hay acumulación de pus.
- Tratamiento de conducto para eliminar la infección dentro del diente.
- Extracción dental si la muela está demasiado dañada.
- Cambio de antibiótico si el actual no está funcionando.
Mientras tanto, se pueden usar analgésicos como ibuprofeno o paracetamol y aplicar compresas frías en la zona para reducir la inflamación.
El antibiótico no siempre es suficiente
Los antibióticos pueden ser una parte importante del tratamiento, pero no solucionan el problema por sí solos. Si el dolor persiste, es posible que se necesite un procedimiento dental adicional.
Es clave seguir las indicaciones del dentista y no suspender el antibiótico antes de tiempo, incluso si el dolor mejora. Y si después de unos días el dolor sigue igual o empeora, no dudes en acudir a consulta nuevamente.
Un dolor de muela prolongado nunca debe ser ignorado. A veces, lo que parece un simple malestar puede ser la señal de un problema más serio. No dejes pasar el tiempo y actúa antes de que la situación empeore.
🔎 Contenido Verificado ✔️
Este artículo ha sido elaborado basándose en información de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: Cochrane, Mayo Clinic, Manuales MSD, Colgate.

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