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Salud

Porque falla la primera FIV

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mujer triste mire test embarazo

Un fallo en la primera FIV no significa el final. Descubre las causas, soluciones y estrategias para mejorar las probabilidades en futuros intentos.

La fecundación in vitro (FIV) es un procedimiento de reproducción asistida que brinda esperanza a muchas parejas con dificultades para concebir. Sin embargo, no siempre se consigue el embarazo en el primer intento, lo que puede generar frustración, incertidumbre y dudas sobre qué ha fallado y cómo mejorar las probabilidades en futuros intentos.

El fallo en una primera FIV puede deberse a múltiples factores, como la calidad de los embriones, la receptividad del útero, alteraciones hormonales o incluso el estilo de vida. Comprender las causas y saber qué hacer después es clave para aumentar las probabilidades de éxito en un segundo intento.

En este artículo analizamos por qué puede fallar una primera FIV, qué factores influyen en el proceso y qué medidas pueden tomarse para mejorar las tasas de éxito en futuros tratamientos.

Factores clave que pueden provocar el fallo de la primera FIV

Calidad de los embriones: ¿son realmente viables?

Uno de los aspectos más determinantes en el éxito de la FIV es la calidad de los embriones. Durante el tratamiento, se fecundan varios óvulos en el laboratorio, pero no todos los embriones tienen las mismas posibilidades de implantarse en el útero.

Incluso aquellos que parecen morfológicamente normales pueden tener alteraciones genéticas o cromosómicas, lo que reduce sus probabilidades de implantación. Esto es más común en mujeres mayores de 35 años, ya que con el paso del tiempo los óvulos pueden presentar más anomalías.

Para mejorar las tasas de implantación en futuros intentos, los especialistas pueden recurrir a técnicas como el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), que permite seleccionar embriones sin anomalías cromosómicas, aumentando la posibilidad de lograr un embarazo exitoso.

Problemas en la receptividad del endometrio

Para que un embrión pueda implantarse con éxito, el útero debe estar en las condiciones adecuadas. El endometrio es la capa interna del útero donde se adhiere el embrión, y si no está en su estado óptimo, la implantación puede fallar.

Algunas razones por las que el endometrio puede no ser receptivo incluyen:

  • Un endometrio demasiado delgado o grueso, lo que dificulta la implantación.
  • Presencia de pólipos, miomas o adherencias intrauterinas, que interfieren con la fijación del embrión.
  • Desequilibrios hormonales, que afectan el desarrollo del endometrio y su sincronización con la transferencia embrionaria.

Para evaluar la receptividad endometrial, se pueden realizar estudios específicos como la histeroscopia o el Test de Receptividad Endometrial (ERA), que ayuda a determinar el momento exacto en el que el endometrio está más preparado para recibir al embrión.

célula en fecundación en vidrio

Alteraciones inmunológicas y problemas de coagulación

El sistema inmunológico juega un papel fundamental en la implantación embrionaria. Si el cuerpo detecta el embrión como un «agente extraño», el sistema inmunológico puede atacar y rechazar la implantación.

Algunas condiciones, como el síndrome antifosfolipídico (SAF) o ciertos tipos de trombofilias, pueden afectar la correcta implantación del embrión y aumentar el riesgo de aborto espontáneo.

En estos casos, es fundamental realizar estudios inmunológicos y de coagulación para determinar si se requiere medicación específica, como heparina o aspirina, que ayude a mejorar la receptividad del útero y la circulación sanguínea en la zona.

Calidad de los óvulos y la edad materna

La edad de la mujer es uno de los factores más importantes en el éxito de la FIV. A partir de los 35 años, la cantidad y calidad de los óvulos empieza a disminuir, lo que puede dificultar la obtención de embriones viables.

Los óvulos de baja calidad tienen más probabilidades de generar embriones con anomalías genéticas, lo que reduce las tasas de implantación y aumenta el riesgo de aborto.

Si se detecta que la reserva ovárica es baja o que los óvulos no tienen la calidad necesaria, una opción a considerar en futuros intentos es la ovodonación, que consiste en utilizar óvulos de una donante joven para aumentar las probabilidades de éxito.

Factores masculinos que pueden afectar la fecundación

Aunque muchas veces se pone el foco en la mujer, la calidad del semen también es determinante en el éxito de la FIV.

Los espermatozoides con baja movilidad, morfología alterada o daño en el ADN pueden dificultar la fecundación y el desarrollo embrionario. Incluso cuando el esperma parece normal en un análisis convencional, puede haber problemas en la fragmentación del ADN espermático, lo que impide la correcta evolución del embrión.

Para abordar estos problemas, los especialistas pueden recomendar técnicas avanzadas como la Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI), que permite seleccionar los mejores espermatozoides para fecundar los óvulos.

Estilo de vida y factores ambientales

El estilo de vida también puede influir en las probabilidades de éxito de una FIV. El estrés, el tabaco, el alcohol y una alimentación poco equilibrada pueden afectar tanto la calidad de los óvulos como del esperma.

Algunas recomendaciones para mejorar las probabilidades de éxito en futuros intentos incluyen:

  • Evitar el tabaco y el alcohol, ya que afectan la calidad de los gametos.
  • Mantener una dieta equilibrada, rica en antioxidantes, vitaminas y minerales.
  • Hacer ejercicio moderado, ya que ayuda a reducir el estrés y mejora la circulación sanguínea en el útero.
  • Controlar el peso, ya que la obesidad y el bajo peso pueden afectar la ovulación y la implantación.

ejemplo de fecundación in vidrio

¿Qué hacer después de un primer intento fallido de FIV?

Un fallo en la primera FIV no significa que no se pueda lograr un embarazo en intentos posteriores. Es importante analizar cada caso de manera individual y realizar los estudios necesarios para identificar qué pudo haber fallado.

Tras un intento fallido, el especialista puede recomendar:

  • Un análisis más detallado de la calidad embrionaria, para determinar si es necesario realizar una nueva estimulación ovárica o mejorar el proceso de selección de embriones.
  • Estudios endometriales, para evaluar si la implantación falló debido a problemas en el útero.
  • Revisión de factores inmunológicos y de coagulación, para descartar alteraciones que impidan la implantación.
  • Ajustes en la medicación y el protocolo de estimulación ovárica, según la respuesta de la mujer en el primer ciclo de FIV.

Un intento fallido no significa el final del camino

El fallo en la primera FIV puede ser un golpe emocional, pero es importante recordar que cada caso es único y que existen múltiples estrategias para mejorar las probabilidades de éxito en futuros intentos.

Con un enfoque personalizado, una evaluación exhaustiva y, si es necesario, algunos cambios en el tratamiento, muchas parejas logran el embarazo en ciclos posteriores. La clave está en la paciencia, la perseverancia y el apoyo de un equipo médico especializado.

Si has pasado por un primer intento fallido de FIV, no te desanimes. Analiza las posibles causas con tu especialista, realiza los estudios necesarios y confía en que hay soluciones para aumentar tus probabilidades de éxito en la próxima oportunidad.


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