Salud
Se puede andar con un esguince de tobillo: si, no y por qué

¿Te has torcido el tobillo y dudas si puedes caminar? Lo que nadie te explica sobre esguinces, recuperación real y por qué no conviene forzar.
Una torcedura, un mal paso bajando una acera o ese partido de fútbol en el que te creías Haaland. El resultado: el tobillo empieza a hincharse, a doler, y la pregunta aparece sola, directa y sin anestesia: ¿puedo andar con un esguince de tobillo o me voy despidiendo de moverme durante semanas?
No es una pregunta menor. Porque hay quien, con el pie como un melón, sigue yendo al trabajo. O a por el pan. O a recoger al niño. Y claro, a veces se empeora la cosa. Pero otras… sorprendentemente, no tanto. ¿Entonces? Vamos por partes, que este tema tiene mucha tela.
Cómo reconocer que el tobillo no está solo dolorido: esguince, distensión o fractura
Vamos con una obviedad: no todo dolor en el tobillo significa esguince. A veces, es simplemente una distensión muscular leve. O un golpe tonto. Pero si hay hinchazón, dificultad para apoyar el pie, sensación de inestabilidad o incluso un chasquido al doblarlo… la cosa cambia.
Y sí, a veces el dolor engaña. Hay esguinces de grado leve que duelen como si se te hubiera roto el tobillo, y fracturas reales que apenas molestan al principio. Por eso, aunque suene a consejo de madre, lo mejor es que te lo vea un profesional sanitario. Una radiografía bien hecha y un diagnóstico correcto te pueden ahorrar semanas (o meses) de problemas.
¿Qué pasa dentro del tobillo cuando hay un esguince?
Aquí va una pequeña clase rápida de anatomía sin tecnicismos aburridos. Cuando se habla de esguince, lo que se ha dañado son los ligamentos del tobillo, esas bandas que mantienen los huesos en su sitio. Si uno se estira demasiado o se rompe parcial o totalmente, ahí está el esguince.
No hay solo uno. Existen distintos grados de esguince: desde el leve, que es básicamente un sobreestiramiento, hasta el grave, donde hay rotura total de ligamentos. ¿La diferencia? El dolor, la hinchazón… y el tiempo de recuperación.
Entonces… ¿se puede andar o no con un esguince?
Vale, vamos a la pregunta del millón. ¿Puedes andar si tienes un esguince de tobillo? La respuesta rápida es: depende. Pero vamos a matizar. Porque esa palabra esconde muchas variables.
Si el esguince es leve, y no hay dolor al apoyar, hay personas que pueden caminar con cuidado —sin forzar, claro— casi desde el principio. Siempre que no haya inflamación excesiva ni riesgo de agravar el daño. Pero si la zona está inflamada, si el pie no se apoya con normalidad, si duele cada vez que lo mueves… caminar no es una buena idea. De verdad. Ni con muletas. Ni aunque tengas que ir a hacer la compra.
Porque sí, andar demasiado pronto puede agravar el esguince, alargando la recuperación o incluso generando inestabilidad crónica en el tobillo. ¿Has oído hablar de gente que se tuerce el pie con facilidad cada vez que pisa una piedra? Muchas veces, empezó por no curar bien el primer esguince.
¿Y qué hacen los médicos en estos casos?
Depende del grado. Para los esguinces leves, suele bastar con reposo, hielo, compresión y elevación (la famosa regla RICE, aunque ahora se habla más de PEACE & LOVE, pero no nos liemos). A veces, se recomienda caminar con una tobillera o vendaje funcional que estabilice la articulación, siempre bajo supervisión médica.
En los de grado moderado o grave, hay quien necesita inmovilización total durante unos días o semanas. En los más complicados, incluso se puede valorar la intervención quirúrgica. Pero son casos poco frecuentes.
Lo importante: nunca empieces a andar «porque ya no duele tanto». Hay que esperar la valoración de un profesional, que te dirá si puedes cargar peso y cuándo hacerlo.
¿Qué pasa si necesito moverme… pero no debo apoyar el pie?
Pues toca tirar de muletas. O de bastones. O incluso de una bota ortopédica, de esas que parecen salidas de una peli de astronautas. No es lo más cómodo, lo sabemos, pero es lo más seguro.
También hay alternativas como las sillas de ruedas de transporte ligero, si el trayecto es largo y no puedes forzar nada. No es un drama. De hecho, mucha gente opta por soluciones temporales para no agravar el problema.
Una anécdota real: un repartidor en mi barrio se torció el tobillo bajando del patinete. Le recomendaron no andar durante 10 días. A los dos días, ya estaba haciendo entregas otra vez, cojeando y con una férula mal colocada. Resultado: recaída, y casi un mes de baja.
Recuperarse bien de un esguince: el arte de tener paciencia (y buena rehabilitación)
Vale, no andar es una cosa. Pero hacer una recuperación completa es otra muy distinta. Y aquí entra en juego la fisioterapia. Mucha gente, cuando el dolor desaparece, da por terminado el proceso. Craso error.
Un tobillo con esguince mal curado pierde estabilidad. Y eso se traduce en caídas tontas, más esguinces… y un círculo vicioso que puede acabar en cirugía. Lo ideal es pasar por una fase de ejercicios guiados, donde se trabaje la fuerza, la movilidad y el equilibrio del tobillo.
¿Lo típico? Caminar sobre una línea, hacer movimientos circulares con el pie, mantenerse de puntillas… pero no lo hagas por tu cuenta mirando vídeos en internet. Consulta a un fisioterapeuta.
¿Cuándo se puede volver a caminar con normalidad?
No hay una regla fija. Cada esguince es un mundo, pero en general, si es leve, en 7 a 10 días puedes caminar sin dolor. Si es moderado, hablamos de 2 a 4 semanas. Y si es grave, quizá un par de meses.
Eso sí, incluso cuando el dolor se ha ido, hay que seguir trabajando la recuperación. Porque la verdadera clave está en no tener recaídas. El cuerpo recuerda. Y el tobillo, más.
¿Es bueno forzar para no “perder movilidad”?
Una duda muy frecuente. Mucha gente piensa que si no se mueve rápido, el tobillo se vuelve rígido. Y eso es cierto… pero solo parcialmente. Porque hay que diferenciar entre moverse y forzar. Hacer ejercicios suaves, sin carga, sí. Caminar sin poder apoyar bien, no.
De hecho, hay médicos que recomiendan empezar con movimientos pasivos o isométricos, que activan los músculos sin exigirles desplazamiento. Poco a poco, el cuerpo se adapta y la articulación se recupera con más seguridad.
¿Qué hacer si no mejora con el tiempo?
Si han pasado más de dos o tres semanas y sigues con dolor o inestabilidad, toca volver al médico. Puede que no fuera un simple esguince. O que haya complicaciones añadidas: fisuras, daño en el cartílago, ligamentos rotos sin detectar.
Y sí, es más común de lo que parece. Por eso, insistimos: aunque parezca una lesión menor, un esguince mal curado puede acabar complicando tu vida diaria.
Caminar sí, pero a su tiempo
Andar con un esguince de tobillo es posible… pero no siempre recomendable. Depende del grado, de tu cuerpo, del momento de la recuperación y de cómo se esté tratando la lesión. Lo que está claro es que andar por andar, sin saber, solo porque “ya casi no duele”, no es una buena idea.
Escucha tu cuerpo. Consulta a profesionales. Y no te precipites. Porque recuperarse bien hoy es la mejor manera de evitar problemas mañana. Eso, claro, no se consigue en dos días. Pero con paciencia, se logra.
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Este artículo ha sido elaborado basándose en información de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: Elsevier, Mayo Clinic, Sanitas, Murcia Salud.

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