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Porque el bizcocho sube mas por el centro

¿Tu bizcocho sube más por el centro y no sabes por qué? Aprende las claves para lograr un horneado uniforme, evitar la cúpula y mejorar su textura.
Uno de los grandes enigmas que enfrentan los amantes de la repostería es la clásica «montañita» que se forma en el centro del bizcocho. Puede parecer un problema sin importancia, pero quienes buscan un acabado perfecto para sus creaciones saben lo frustrante que es ver cómo su bizcocho, en lugar de subir de manera uniforme, desarrolla un abombamiento en el centro mientras los bordes quedan más bajos. ¿Es un fallo en la receta? ¿Es culpa del horno? ¿Se puede evitar?
La realidad es que este fenómeno ocurre por una combinación de factores, entre ellos la temperatura del horno, la composición de la masa y la forma en que el calor se distribuye dentro del molde. Para entenderlo a fondo, es necesario conocer los procesos químicos y físicos que ocurren dentro del bizcocho mientras se hornea. Afortunadamente, hay formas de evitar que esto suceda y conseguir una cocción uniforme, logrando que el bizcocho suba de manera equilibrada y sin sorpresas en su estructura.
El impacto de la temperatura del horno en la cocción del bizcocho
La temperatura del horno es uno de los factores más determinantes en la forma en que un bizcocho se eleva durante el horneado. Cuando la temperatura es demasiado alta, los bordes del bizcocho comienzan a cocinarse rápidamente, formando una especie de barrera que impide que la masa se expanda de manera uniforme. Mientras los laterales ya han solidificado, el centro, que aún se encuentra crudo, sigue subiendo porque la presión del calor empuja los gases atrapados en la masa hacia arriba. Esto provoca que el centro se eleve más que los bordes, creando ese característico abombamiento.
Para evitar este efecto, es recomendable hornear los bizcochos a una temperatura más baja y prolongar un poco el tiempo de cocción. Un horno a 170 °C permite una cocción más homogénea que a 180 °C o más, ya que la masa se calienta de manera más gradual y se expande de forma equilibrada antes de que los bordes comiencen a endurecerse. También es importante precalentar el horno adecuadamente, ya que meter la masa en un horno que aún no ha alcanzado la temperatura deseada puede afectar el resultado final.
La distribución del calor dentro del horno y su efecto en la forma del bizcocho
No solo la temperatura del horno influye en la forma del bizcocho, sino también la manera en que el calor se distribuye en su interior. Si el bizcocho recibe demasiado calor por la parte inferior, la base se cocerá más rápido y empujará la masa hacia arriba, acentuando la formación de una cúpula en el centro. Lo mismo ocurre si el calor proviene de la parte superior, ya que puede provocar un endurecimiento prematuro de la superficie, dejando el interior con menos tiempo para expandirse de manera uniforme.
Para obtener un horneado más equilibrado, es recomendable colocar el bizcocho en el centro del horno, utilizando calor arriba y abajo sin ventilador. Los hornos con ventilador tienden a secar los bizcochos más rápidamente, lo que puede hacer que el centro suba de manera desigual. Si se usa esta función, lo mejor es reducir la temperatura en unos 10 °C para compensar la distribución más rápida del calor.
La importancia de la composición de la masa en la subida del bizcocho
El equilibrio entre los ingredientes de la masa es otro aspecto clave que determina si el bizcocho subirá de manera uniforme o si desarrollará un abombamiento central. El exceso de levadura química puede hacer que la masa suba demasiado rápido, causando que el centro se expanda sin control y acabe colapsando al enfriarse. Por eso, es fundamental seguir las cantidades exactas indicadas en la receta y tamizar bien la harina con la levadura para asegurar que estén bien distribuidas.
La proporción de líquidos en la masa también influye en la manera en que el bizcocho se eleva. Una masa demasiado líquida puede hacer que el bizcocho suba de forma irregular, mientras que una masa demasiado densa puede impedir que la levadura haga su trabajo correctamente, dando como resultado una textura pesada y compacta. Lograr un equilibrio entre la cantidad de líquidos y sólidos es esencial para una cocción homogénea y un bizcocho con una textura esponjosa y uniforme.
El papel del molde en la distribución del calor y la forma del bizcocho
El tipo de molde utilizado también puede afectar la manera en que el bizcocho sube durante el horneado. Los moldes oscuros absorben más calor que los moldes de aluminio o los de colores claros, lo que puede hacer que los bordes se cocinen más rápido y contribuyan a la formación de una cúpula en el centro. Si se usa un molde oscuro, es recomendable reducir un poco la temperatura del horno para evitar este efecto.
El tamaño del molde también es importante. Si el molde es demasiado pequeño para la cantidad de masa, la mezcla no tendrá suficiente espacio para expandirse de manera uniforme, lo que hará que suba más en el centro. Por el contrario, un molde demasiado grande hará que la masa se extienda en exceso y puede dificultar su correcta elevación.
Una técnica útil para reducir la diferencia de temperatura entre los bordes y el centro es utilizar bandas de silicona o tiras de tela húmeda alrededor del molde. Estas ayudan a que los lados se calienten más lentamente, permitiendo una cocción más uniforme y reduciendo la formación del abombamiento central.
Cómo evitar la formación de una cúpula en el centro del bizcocho
Lograr un bizcocho con una superficie plana es posible si se aplican ciertas técnicas desde el inicio del horneado. Una de las estrategias más efectivas es hornear a una temperatura más baja y por más tiempo, lo que permite que el calor se distribuya de manera más uniforme en la masa. También se puede probar con una temperatura inicial más alta durante los primeros 10 minutos y luego reducirla para que el bizcocho se expanda sin que los bordes se endurezcan demasiado rápido.
Otro truco consiste en golpear suavemente el molde sobre una superficie antes de meterlo en el horno para eliminar burbujas de aire atrapadas en la masa, lo que ayuda a que la elevación sea más uniforme. Además, una vez horneado, es recomendable dejar que el bizcocho repose boca abajo sobre una rejilla para que el calor residual termine de distribuirse y se reduzca la curvatura central.
El secreto para un bizcocho uniforme está en los detalles
El hecho de que un bizcocho suba más por el centro no es un simple capricho del horno, sino el resultado de varios factores combinados. La temperatura del horno, la distribución del calor, la proporción de ingredientes y el tipo de molde influyen en la forma final del bizcocho, por lo que ajustando estos elementos es posible conseguir un horneado más equilibrado.
Dominar estos aspectos no solo permite obtener bizcochos más estéticamente agradables, sino que también mejora su textura y sabor. Entender la ciencia detrás de la repostería es clave para lograr resultados perfectos y evitar frustraciones en la cocina. Así que la próxima vez que hornees un bizcocho, pon en práctica estos consejos y prepárate para sorprender con una creación perfectamente nivelada y deliciosa.
🔎 Contenido Verificado ✔️
Este artículo ha sido elaborado basándose en información de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: King Arthur Baking, BBC Good Food, Serious Eats, Cook’s Illustrated, ScienceDirect.

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