Ciencia
¿Por qué salen los miomas?

Los miomas uterinos afectan a muchas mujeres, pero ¿sabes realmente qué los causa y cómo tratarlos? Descubre todo lo que necesitas saber en este artículo.
Los miomas uterinos son una de las afecciones ginecológicas más comunes entre las mujeres en edad fértil. Se estima que hasta un 70% de las mujeres pueden desarrollar miomas en algún momento de su vida, aunque en muchos casos no presentan síntomas evidentes. Estos tumores benignos se forman en el tejido muscular del útero y, aunque no son cancerosos, pueden causar molestias significativas, especialmente si crecen en determinadas áreas o alcanzan un tamaño considerable.
La pregunta de por qué aparecen los miomas no tiene una única respuesta, ya que su desarrollo está influenciado por varios factores, desde cuestiones hormonales hasta predisposición genética. Su aparición puede pasar desapercibida o, en algunos casos, generar sangrados abundantes, dolor pélvico y dificultades en la fertilidad.
En este artículo, explicaremos qué son los miomas, por qué se originan, los distintos tipos que existen y cómo pueden detectarse y tratarse. Además, abordaremos las diferencias entre los miomas y otras afecciones ginecológicas, como los quistes ováricos, para aclarar cualquier confusión sobre estas dos condiciones.
¿Qué son los miomas y por qué se forman?
Los miomas, también conocidos como fibromas o leiomiomas uterinos, son tumores compuestos de tejido muscular que crecen en la pared del útero. A diferencia de otros tumores, los miomas son benignos, lo que significa que no son cancerosos ni presentan riesgo de malignización.
El desarrollo de los miomas está fuertemente vinculado a la presencia de hormonas femeninas, especialmente el estrógeno y la progesterona. Estas hormonas, que regulan el ciclo menstrual y desempeñan un papel clave en la reproducción, pueden estimular el crecimiento de los miomas. Por esta razón, es común que aumenten de tamaño durante el embarazo y disminuyan tras la menopausia, cuando los niveles hormonales caen drásticamente.
Además de los factores hormonales, la genética juega un papel importante. Si en la familia hay antecedentes de miomas, es más probable que una mujer los desarrolle. Otros factores como la obesidad, el estrés, la alimentación rica en carnes rojas y el consumo excesivo de alcohol han sido asociados con un mayor riesgo de desarrollar estas formaciones. Sin embargo, aún no se ha determinado una causa única que explique completamente por qué aparecen los miomas en algunas mujeres y en otras no.
Tipos de miomas y dónde se localizan
Los miomas pueden desarrollarse en diferentes partes del útero, y su localización influye directamente en los síntomas que pueden causar. En algunos casos, pueden ser completamente asintomáticos, mientras que en otros pueden generar dolor intenso, sangrado anormal o presión en los órganos cercanos.
Miomas subserosos: los que crecen hacia el exterior del útero
Este tipo de mioma se forma en la parte externa del útero, creciendo hacia la cavidad pélvica. Al estar fuera del endometrio, no suele causar sangrados abundantes, pero sí puede generar molestias abdominales y presión sobre órganos cercanos, como la vejiga o el recto. Cuando alcanzan un tamaño considerable, pueden provocar sensación de pesadez en el abdomen, problemas urinarios o dificultades para evacuar.
Miomas intramurales: los más comunes
Los miomas intramurales son los más frecuentes y se desarrollan en la pared muscular del útero. Pueden ser pequeños y no generar síntomas, pero cuando crecen, pueden provocar menstruaciones muy abundantes, sensación de presión en la pelvis y dolor pélvico crónico. Su ubicación dentro del músculo uterino hace que el útero aumente de tamaño, lo que puede dar lugar a un abdomen más voluminoso y en algunos casos dificultades para concebir.
Miomas submucosos: los que afectan el interior del útero
Menos comunes pero con un gran impacto en la salud, los miomas submucosos crecen justo bajo el revestimiento interno del útero, extendiéndose hacia la cavidad uterina. Son los más problemáticos en términos de sangrado menstrual abundante y prolongado, ya que afectan directamente al endometrio. Además, este tipo de miomas puede interferir con la implantación del embrión y dificultar la fertilidad, siendo un motivo frecuente de consulta en mujeres que buscan quedar embarazadas.
Síntomas de los miomas uterinos
La sintomatología de los miomas es muy variable y depende del tamaño, la ubicación y la cantidad de tumores presentes. Algunas mujeres pueden tener miomas durante años sin experimentar ninguna molestia, mientras que otras pueden ver afectada su calidad de vida debido a síntomas intensos.
Uno de los signos más característicos es el sangrado menstrual excesivo, que puede durar más días de lo normal y requerir el uso de protección sanitaria en mayor cantidad. Esto puede derivar en anemia, con síntomas como fatiga, debilidad y palpitaciones.
Además del sangrado, los miomas pueden provocar dolor en la zona baja del abdomen, presión pélvica, sensación de hinchazón y problemas urinarios cuando ejercen presión sobre la vejiga. En algunos casos, también pueden generar molestias en la zona lumbar e interferir en las relaciones sexuales, causando dolor durante el coito.
¿Cómo se detectan los miomas?
El diagnóstico de los miomas suele realizarse mediante un examen ginecológico y pruebas de imagen. Durante una revisión, el ginecólogo puede notar un aumento en el tamaño del útero o irregularidades en su forma. Para confirmar la presencia de miomas, se utilizan ecografías transvaginales, resonancias magnéticas o histeroscopias, dependiendo de la ubicación y el tamaño de los tumores.
En mujeres con sangrados anormales, puede ser necesario realizar una biopsia endometrial para descartar otras afecciones como pólipos o hiperplasia endometrial.
Diferencias entre los miomas y otras afecciones ginecológicas
Es común confundir los miomas con otros problemas ginecológicos, como los quistes ováricos, ya que ambos pueden causar dolor abdominal e irregularidades menstruales. Sin embargo, hay diferencias clave.
Mientras que los miomas se forman en el músculo del útero, los quistes ováricos son sacos llenos de líquido que aparecen en los ovarios. Además, los quistes pueden desaparecer por sí solos con el tiempo, mientras que los miomas tienden a persistir y crecer con el tiempo, especialmente si los niveles hormonales siguen elevados.
Otra diferencia importante es que los miomas no suelen causar dolor agudo, a menos que sufran un proceso llamado degeneración, mientras que los quistes ováricos pueden romperse y generar un dolor intenso de forma repentina.
¿Qué hacer si te diagnostican un mioma?
Recibir la noticia de que tienes un mioma puede generar muchas dudas e incertidumbre. Sin embargo, es importante recordar que en la mayoría de los casos no representan un riesgo grave para la salud y pueden manejarse de diversas maneras. Lo fundamental es seguir un enfoque estructurado que incluya monitoreo, tratamiento si es necesario y cambios en el estilo de vida para minimizar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Consultar con un especialista y realizar un seguimiento médico
El primer paso tras el diagnóstico es acudir a un ginecólogo especializado en salud uterina. No todos los miomas requieren tratamiento inmediato, por lo que el médico evaluará su tamaño, ubicación y el impacto en tu salud. Dependiendo de estos factores, se puede recomendar un seguimiento periódico mediante ecografías transvaginales o resonancias magnéticas para controlar su crecimiento y determinar si es necesario intervenir.
Si los miomas son pequeños y asintomáticos, es probable que el especialista solo recomiende revisiones cada seis meses o un año. Esto es fundamental para detectar cualquier cambio a tiempo y tomar decisiones informadas sobre el tratamiento en caso de que sea necesario.
Evaluar si necesitas tratamiento o solo vigilancia
No todos los miomas requieren un tratamiento inmediato. Si no causan molestias ni afectan la calidad de vida, lo más probable es que se opte por un enfoque de vigilancia activa. Sin embargo, si hay síntomas como sangrados abundantes, dolor pélvico persistente, problemas urinarios o dificultades para quedar embarazada, es posible que se requiera tratamiento.
El tratamiento dependerá de múltiples factores, como la edad, los síntomas y si la paciente desea tener hijos en el futuro. Las opciones van desde medicamentos hasta procedimientos quirúrgicos o mínimamente invasivos, por lo que es clave discutir con el médico cuál es la mejor alternativa según cada caso.
Opciones de tratamiento disponibles
Existen diferentes enfoques para tratar los miomas, dependiendo de su tamaño, ubicación y síntomas. Los tratamientos pueden incluir medicamentos, técnicas mínimamente invasivas o cirugía en casos más complejos.
Los tratamientos farmacológicos incluyen terapia hormonal para reducir el tamaño de los miomas y controlar los síntomas. Los agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) pueden ayudar a encoger temporalmente los miomas, aunque su uso prolongado no es recomendado por los efectos secundarios. También pueden recetarse anticonceptivos hormonales o dispositivos intrauterinos con progestágenos para regular el sangrado y aliviar los síntomas.
Cuando los miomas generan problemas significativos, pueden considerarse procedimientos médicos avanzados. Entre ellos, la embolización uterina es una técnica mínimamente invasiva que reduce la irrigación sanguínea del mioma, lo que provoca su disminución de tamaño. Otras opciones incluyen la miomectomía, que es la extirpación del mioma sin afectar el útero, y la histerectomía, que se reserva para casos en los que los miomas son múltiples, muy grandes o interfieren gravemente con la salud de la paciente.
Realizar cambios en el estilo de vida para mejorar los síntomas
Además del tratamiento médico, algunos ajustes en la alimentación y el estilo de vida pueden ayudar a manejar los síntomas y reducir el impacto de los miomas. Se ha demostrado que una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y alimentos con propiedades antiinflamatorias, puede ser beneficiosa para mantener un equilibrio hormonal y evitar el crecimiento de los miomas.
Reducir el consumo de carnes rojas, productos ultraprocesados y alimentos ricos en grasas saturadas puede contribuir a una mejor regulación de los niveles de estrógenos, lo que puede ayudar a ralentizar el crecimiento de los miomas. También es recomendable aumentar el consumo de alimentos con alto contenido de fibra, antioxidantes y ácidos grasos omega-3, como el salmón, las semillas de lino y las nueces.
El ejercicio regular también desempeña un papel fundamental, ya que ayuda a mantener un peso saludable y reducir los niveles de inflamación en el cuerpo. Se ha observado que el sobrepeso y la obesidad pueden estar relacionados con un mayor riesgo de desarrollar miomas, por lo que la actividad física es un gran aliado para la prevención y el manejo de esta afección.
Controlar el estrés y mejorar el bienestar emocional
El estrés crónico puede afectar los niveles hormonales y agravar los síntomas de los miomas. Técnicas como la meditación, el yoga, la respiración profunda y la terapia cognitivo-conductual pueden ayudar a reducir el impacto del estrés en el cuerpo.
Dormir bien también es crucial, ya que un descanso adecuado contribuye al equilibrio hormonal y a la regulación del sistema inmunológico. Establecer una rutina de sueño saludable y evitar la exposición a pantallas antes de acostarse puede mejorar la calidad del descanso y, en consecuencia, ayudar al cuerpo a mantenerse en equilibrio.
Explorar opciones si se busca un embarazo
Si los miomas están afectando la fertilidad o se busca un embarazo, es fundamental discutir con el especialista cuáles son las mejores estrategias para lograr la concepción. Dependiendo de la ubicación y el tamaño de los miomas, puede recomendarse una cirugía conservadora, como la miomectomía, para preservar la capacidad reproductiva.
En algunos casos, los miomas pueden interferir con la implantación del embrión o aumentar el riesgo de complicaciones en el embarazo. Por ello, es fundamental realizar un seguimiento exhaustivo con un especialista en fertilidad para evaluar qué medidas pueden tomarse para mejorar las probabilidades de concebir y tener un embarazo saludable.
La importancia de conocer y manejar los miomas uterinos
Los miomas son una condición ginecológica frecuente que afecta a una gran parte de la población femenina, especialmente durante la edad fértil. Aunque en muchos casos no generan síntomas ni complicaciones, su impacto en la salud puede variar dependiendo de su tamaño, número y ubicación dentro del útero.
Comprender qué son los miomas, por qué aparecen y cómo pueden afectar el organismo es fundamental para tomar decisiones informadas sobre su manejo. Los controles ginecológicos regulares, la vigilancia de síntomas y la consulta con un especialista ante cualquier señal de alarma son esenciales para mantener una buena calidad de vida y evitar complicaciones a largo plazo.
Cada mujer es diferente y, por lo tanto, el tratamiento de los miomas debe ser personalizado. La clave está en la información y en la orientación médica adecuada para elegir la mejor opción de manejo según las necesidades individuales. Con un enfoque adecuado, los miomas no tienen por qué ser un obstáculo para el bienestar y la salud reproductiva.
🔎 Contenido Verificado ✔️
Este artículo ha sido elaborado basándose en información de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: MedlinePlus, Clínica Universidad de Navarra, Clínic Barcelona, Manuales Merck.

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