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Me han denunciado porque mi perro ladra​: ¿qué hacer?

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cachorro mientras ladra

¿Sabías que los ladridos de tu perro pueden llevarte a enfrentar sanciones legales? Aprende cómo actuar ante una denuncia, defender tus derechos y garantizar una convivencia armoniosa con tus vecinos en España.

Vivir con un perro es una experiencia maravillosa, pero en algunos casos, su comportamiento puede generar conflictos con los vecinos, especialmente cuando los ladridos son persistentes. Si has recibido una denuncia porque tu perro ladra, es normal que surjan dudas sobre cómo actuar, qué derechos tienes y qué dice la ley al respecto en España.

El ruido en las comunidades de vecinos es un tema sensible y regulado por diversas normativas, tanto a nivel municipal como estatal. En marzo de 2025, las legislaciones siguen contemplando límites de ruido, horarios de descanso y medidas que deben adoptar los propietarios para minimizar molestias. Sin embargo, también es fundamental saber que los ladridos de un perro no siempre son motivo de sanción, y en muchos casos, la denuncia puede carecer de fundamento si no se han seguido los procedimientos adecuados.

A lo largo de este artículo, explicaremos qué hacer si te enfrentas a una denuncia por los ladridos de tu perro, cómo defenderte ante una posible sanción y qué estrategias puedes adoptar para reducir el ruido y mejorar la convivencia con tus vecinos.

Primeros pasos ante una denuncia por ladridos

Hablar con el vecino que ha presentado la queja

El primer paso siempre debe ser la comunicación. Si un vecino se ha quejado formalmente de que tu perro ladra en exceso, intenta dialogar con él antes de que el problema escale a una denuncia oficial. Es posible que no fueras consciente de que los ladridos de tu mascota son un problema, o tal vez el vecino es particularmente sensible al ruido. En cualquier caso, una conversación cordial puede evitarte trámites legales innecesarios.

Es recomendable preguntar al vecino en qué momentos del día ocurre la molestia y qué tan frecuente es el problema. A veces, los ladridos pueden ser esporádicos o estar provocados por estímulos externos como ruidos en la calle, presencia de extraños o incluso por el simple hecho de que el perro se quede solo durante muchas horas. Comprender la raíz del problema te permitirá tomar medidas para solucionarlo sin necesidad de que la situación se convierta en un conflicto mayor.

Identificar la causa de los ladridos

Antes de tomar cualquier decisión, es fundamental entender por qué tu perro está ladrando en exceso. Los perros pueden ladrar por diversas razones, y en muchos casos, es un comportamiento natural que no debe ser considerado una «molestia» en sí mismo. Sin embargo, cuando los ladridos son constantes y excesivos, pueden ser señal de que algo no está funcionando bien en su entorno o en su bienestar.

Uno de los motivos más comunes es la ansiedad por separación. Si un perro pasa muchas horas solo en casa, puede ladrar como una forma de expresar su angustia y estrés, buscando la atención de su dueño o intentando lidiar con la sensación de abandono. Otra razón frecuente es la falta de estimulación física y mental. Un perro que no recibe suficiente ejercicio, paseos o entretenimiento puede aburrirse y manifestar su frustración mediante ladridos continuos.

Los factores externos también pueden influir en el comportamiento de un perro. Ruidos fuertes, la presencia de otros perros, personas desconocidas o estímulos inesperados pueden provocar una reacción defensiva que se traduce en ladridos persistentes. Algunas razas, por naturaleza, son más propensas a ladrar que otras, por lo que es importante conocer las características individuales de tu mascota.

Una vez que identifiques la causa específica, podrás tomar medidas adecuadas para reducir los ladridos y evitar sanciones o conflictos con los vecinos.

perrito peludo está ladrando

Qué dice la legislación española sobre los ladridos de los perros

Normativas municipales y niveles de ruido permitidos

En España, las ordenanzas municipales establecen los niveles de ruido permitidos, y los ladridos de los perros pueden considerarse dentro de estas regulaciones si se perciben como una «perturbación acústica». Cada ayuntamiento tiene sus propias normativas sobre contaminación acústica, pero en general, existen horarios establecidos en los que el ruido debe reducirse al mínimo.

En muchas ciudades, el límite de ruido permitido en horario nocturno (generalmente entre las 23:00 y las 7:00 horas) es más restrictivo que durante el día. Si los ladridos de un perro se producen de forma repetitiva en estos horarios, es posible que las autoridades intervengan tras una denuncia.

No obstante, para que una denuncia tenga validez, el ruido debe superar los decibelios permitidos y afectar significativamente la calidad de vida de los vecinos. En la mayoría de los casos, las autoridades realizan mediciones para comprobar si los ladridos realmente constituyen una infracción.

La Ley de Propiedad Horizontal y las molestias en comunidades de vecinos

La Ley de Propiedad Horizontal establece que los propietarios no pueden realizar actividades molestas o que perturben la convivencia en una comunidad de vecinos. Si se considera que los ladridos de un perro son excesivos y afectan gravemente la vida de los demás residentes, la comunidad puede exigir al dueño que adopte medidas para solucionarlo.

En casos extremos, si el problema persiste y el propietario del perro no toma ninguna acción, la comunidad podría incluso solicitar una demanda judicial para poner fin a la situación. Sin embargo, esto solo ocurre en situaciones donde se demuestra que los ladridos representan un problema real y continuo.

Posibles sanciones y cómo defenderse ante una denuncia

Multas y consecuencias legales

Si las autoridades determinan que los ladridos de un perro superan los límites permitidos, pueden imponer sanciones económicas al propietario. Las multas pueden variar según la normativa municipal, pero en general, oscilan entre 300 y 3.000 euros, dependiendo de la gravedad del caso y de si hay reincidencia.

En casos graves donde los ladridos se consideran una molestia reiterada y sin solución, un juez podría llegar a ordenar la retirada del animal, aunque este es un escenario extremo y poco común.

Cómo defenderse ante una denuncia

Si recibes una denuncia por los ladridos de tu perro y consideras que es injustificada, tienes derecho a defenderte y presentar alegaciones. En primer lugar, puedes solicitar mediciones acústicas oficiales para comprobar si el nivel de ruido realmente supera los límites permitidos por la normativa municipal. Si los resultados indican que los ladridos no constituyen un problema significativo, la denuncia puede quedar sin efecto.

También puedes aportar pruebas que demuestren que tu perro no genera molestias continuas. Declaraciones de otros vecinos que no han tenido problemas con el ruido pueden ser clave para demostrar que la queja proviene de un caso aislado o de un problema de convivencia personal y no de una infracción real.

Por otro lado, si has tomado medidas para reducir los ladridos, es importante demostrarlo. La asistencia a sesiones de adiestramiento, la consulta con un veterinario o especialista en comportamiento canino, o la modificación de rutinas para garantizar un ambiente más tranquilo para tu mascota pueden servir como evidencia de que estás comprometido en solucionar cualquier inconveniente.

En muchos casos, si se puede probar que los ladridos no son constantes ni interfieren significativamente en la vida de los vecinos, la denuncia puede ser desestimada sin mayores consecuencias.

morro de perro de lado

Soluciones para reducir los ladridos y evitar conflictos

Adiestramiento y modificación del comportamiento

Uno de los métodos más efectivos para controlar los ladridos excesivos es el adiestramiento canino. Un profesional en comportamiento animal puede enseñarte técnicas para que tu perro aprenda a gestionar su ansiedad, a responder a comandos específicos para silenciarse y a reducir su reactividad ante estímulos externos que puedan alterarlo.

El refuerzo positivo es clave en este proceso. Recompensar los momentos de calma con premios, caricias o palabras de ánimo ayuda a reforzar conductas adecuadas sin recurrir a castigos. Además, la socialización con otros perros y personas puede ser una estrategia muy útil para reducir su miedo o excitabilidad, dos factores que pueden estar provocando sus ladridos constantes.

Otro aspecto fundamental es el establecimiento de una rutina clara y predecible. Los perros son animales de hábitos y necesitan un horario fijo para comer, pasear y descansar. Cuando un perro siente seguridad en su entorno y en su rutina, su ansiedad disminuye y, con ello, sus ganas de ladrar sin motivo aparente.

Ejercicio y estimulación mental

Un perro que recibe suficiente ejercicio físico y mental tiende a estar más relajado y a ladrar menos. El exceso de energía acumulada es una de las principales razones por las que los perros desarrollan comportamientos no deseados, como los ladridos incontrolados.

Asegúrate de que tu perro salga a pasear varias veces al día, no solo para hacer sus necesidades, sino también para desgastarse físicamente, explorar su entorno y reducir el estrés acumulado. Además de las caminatas, es recomendable incluir juegos de inteligencia y juguetes interactivos, que lo ayuden a mantenerse mentalmente ocupado y eviten el aburrimiento.

Si el perro pasa muchas horas solo en casa, una solución útil puede ser dejar la radio o la televisión encendida. Este truco ayuda a reducir la sensación de aislamiento y disminuye los ladridos causados por la ansiedad, ya que los ruidos de fondo pueden hacer que el perro se sienta acompañado, en lugar de estar en un ambiente completamente silencioso.

Cuidar la convivencia y evitar problemas con los vecinos

Si bien los ladridos son una forma natural de comunicación para los perros, es importante encontrar un equilibrio que permita convivir en armonía con los vecinos y evitar conflictos innecesarios.

Responder de manera rápida a una denuncia y demostrar que estás tomando medidas para solucionar el problema puede evitar que la situación escale a sanciones legales. Mantener un diálogo abierto con los vecinos, explicarles que estás trabajando en el comportamiento de tu perro y hacer ajustes en la rutina del animal puede ayudar a aliviar tensiones y mostrar compromiso con la convivencia.

También es importante conocer qué dice la legislación vigente sobre el ruido y la convivencia en comunidades de vecinos. Tener claro cuáles son tus derechos y responsabilidades como propietario de una mascota te permitirá defenderte ante denuncias infundadas, al tiempo que garantizas el bienestar de tu perro y el respeto por el entorno en el que vives.


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Este artículo ha sido elaborado basándose en información de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: ABC, Huffington Post, Idealista, Infobae, Occident.

Periodista con más de 20 años de experiencia, comprometido con la creación de contenidos de calidad y alto valor informativo. Su trabajo se basa en el rigor, la veracidad y el uso de fuentes siempre fiables y contrastadas.

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