Cultura y sociedad
O Son do Camiño 2026 ¿Katy Perry y Linkin Park confirmados?

Foto: Web oficial O son do camiño
Katy Perry y Linkin Park inauguran O Son do Camiño 2026 en el Monte do Gozo; fechas, abonos y detalles de un arranque de cartel que promete.
Katy Perry y Linkin Park han sido confirmados como los dos primeros grandes nombres de O Son do Camiño 2026, una apertura de cartel que coloca a Santiago de Compostela en el foco del calendario musical europeo. La organización fija ya el marco esencial: 18, 19 y 20 de junio de 2026, en el Monte do Gozo, recinto emblemático del festival. Los abonos salen a la venta este viernes a las 12.00 (hora peninsular) a través de los canales oficiales del evento y con cupos por fases, como es habitual en esta cita. La aproximación es clara: pop global y rock de estadio para poner la primera piedra de una edición que aspira a superar marcas de asistencia y ruido mediático.
El anuncio se ha desplegado en dos tiempos. Primero, Katy Perry como primera cabeza de cartel, con un espectáculo de alto voltaje escénico y un repertorio que vertebra la cultura pop de las dos últimas décadas. Después, Linkin Park, paradigma del cruce entre rock alternativo, electrónica y rap, como segundo gran reclamo. El binomio cumple varios objetivos a la vez: refuerza la identidad ecléctica del festival, amplía el espectro de público y afianza a Galicia como destino festivalero de primer nivel al inicio del verano. Los datos básicos —fechas, recinto y lanzamiento de abonos— quedan por tanto despejados, mientras la organización perfila nuevas tandas de artistas para completar el póster.
Las claves inmediatas: fechas, recinto y entradas
O Son do Camiño 2026 celebrará tres jornadas consecutivas el jueves 18, viernes 19 y sábado 20 de junio. El Monte do Gozo, a cinco kilómetros del casco histórico de Santiago, volverá a ejercer de anfiteatro natural y de gran explanada para los montajes de gran formato. La elección del recinto no es casual: combina visibilidad, accesos y una logística que el festival ha ido afinando desde 2018. La venta de abonos arranca este viernes a las 12.00, con distintos tramos de precio y el habitual sistema de cola virtual. El histórico reciente del evento invita a asumir que las primeras fases se agotan con rapidez, en especial cuando desembarcan cabezas de cartel con tirón internacional. La política de entradas, cashless, cambios de nombre, acceso de menores y otros extremos operativos se detallarán en la web oficial y sus canales asociados, referencia de consulta para seguir cada actualización.
El esqueleto organizativo también está definido. El festival está promovido por Esmerarte Industrias Creativas y Bring The Noise, con el apoyo de la Xunta de Galicia a través de Concertos do Xacobeo. Esa alianza público-privada ha permitido consolidar una marca que compite en el primer nivel estatal —y cada vez más en el europeo— por la combinación de carteles internacionales, una segunda línea de alto reconocimiento y una apuesta sostenida por el tejido musical gallego. En 2026 se mantiene el guion de gran producción y aforo de masas, con actuaciones distribuídas en varios escenarios y un diseño de horarios que la organización ha ido puliendo con los años para reducir solapes críticos.
Katy Perry, el desembarco pop que abre el cartel
Katy Perry desembarcará por primera vez en un escenario gallego con un show de pop total. El anuncio como primera cabeza de cartel es más que un nombre rutilante en un póster: es una declaración de intenciones sobre el tono que O Son do Camiño desea imprimir a su edición 2026. La artista estadounidense llega con un repertorio de grandes éxitos —“Roar”, “Teenage Dream”, “Firework”, “Dark Horse”, “I Kissed a Girl”— y un espectáculo concebido para estadios, en el que narrativa visual, coreografías, vestuario y pirotecnia se ensamblan para crear escenas de impacto y un ritmo sin tiempos muertos. En formato festival, ese guion se compone todavía más hacia el músculo: menos transiciones, más himnos encadenados, y un tramo final que funciona como catarsis colectiva.
La presencia de Perry tiene varias lecturas. Artísticamente, supone una cita con una de las voces centrales del pop mainstream de este siglo, que ha sabido ir reordenando su propuesta en directo para sumar a los fans históricos y atraer públicos más amplios, familiares o casuales. En términos de producción, implica montajes de gran escala que el Monte do Gozo puede absorber sin perder visibilidad ni claridad de sonido. A nivel de comunicación, activa el mecanismo de contagio social que suele disparar la demanda de abonos en los primeros compases: el anuncio de una superestrella abre el embudo para el resto del cartel.
La propia cantante ha saludado al público gallego y ha subrayado que actuará por primera vez en la región, un detalle que refuerza el valor noticioso del fichaje. En Galicia, el debut de una artista de estadio con esta maquinaria escénica no se produce cada temporada, y por eso ocupa titulares con naturalidad. El festival lo sabe y lo coloca en el centro de su narrativa: un aterrizaje inédito en la colina más musical de la comunidad.
Qué espectáculo puede verse sobre el escenario
Los directos recientes de Perry se estructuran como viajes de “greatest hits” con una estética cuidada hasta el detalle. En festival, la secuencia habitual alterna aperturas enérgicas, mitad de show de medios tiempos que permiten respirar al recinto y cierre con pirotecnia visual y sonora. La artista ha incorporado guiños locales en otras plazas y suele comprimir su discurso para priorizar la experiencia coral: canciones que todo el mundo reconoce, coros compartidos, baile y una escenografía que saca partido a las pantallas de gran formato. La voz principal convive con cuerpos de baile, bandas sólidas y secuencias preprogramadas que aseguran una experiencia homogénea en una explanada con decenas de miles de personas.
Linkin Park, electricidad y emoción en el Monte do Gozo
El segundo golpe sobre la mesa lo firma Linkin Park, una banda con capacidad demostrada para convertir estribillos en coros multitudinarios y riffs en saltos sincronizados. Su confirmación como cabeza de cartel prolonga la tradición del festival de emparejar el pop más masivo con rock de estadio para que convivan tribus musicales sin fricción. La propuesta de Linkin Park se sostiene en una arquitectura sonora híbrida —guitarras pesadas, bases electrónicas, rapeos, melodías pegadizas— que ha demostrado funcionar en recintos abiertos con gran aforo. “Numb”, “In the End”, “What I’ve Done”, “Bleed It Out” o “Faint” son piezas que, en un anfiteatro como el del Monte do Gozo, se transforman en mantras colectivos.
La vigencia del grupo queda respaldada por su actividad reciente y por la lealtad de una base de fans que atraviesa generaciones. Tras una etapa de duelo y redefinición, el proyecto ha mostrado capacidad de adaptación sin perder identidad: producción cuidada, dinamismo en la puesta en escena y un cancionero que resistió el paso del tiempo mejor de lo que dictaban las modas. En festival, el set suele organizarse para maximizar el impacto con alternancia de explosiones guitarreras, pasajes de rap con bases anchas y cimas melódicas que invitan a cantar desde el primer acorde.
Más allá de la pura música, la presencia de Linkin Park tiene un factor emocional innegable. Sus letras y su tono han acompañado procesos vitales de una generación entera. Esa catarsis compartida —el momento en que toda una explanada completa una estrofa— define parte del magnetismo de la banda. En Santiago, con la caja de resonancia que ofrece el Monte do Gozo, el efecto promete ser contundente.
Un festival que juega ya en la liga mayor
O Son do Camiño se ha ganado un sitio prioritario en el mapa de grandes citas estatales por una suma de decisiones estratégicas: fechas muy bien situadas en el calendario europeo de giras, recinto versátil con experiencia en grandes montajes, curaduría ecléctica con nombres de alcance global y cuidado por la experiencia. Desde la primera edición, la marca ha sostenido un relato que mezcla internacionalización y arraigo: estrellas planetarias compartiendo póster con artistas gallegos y españoles de trayectoria sólida, escenas urbanas en expansión y electrónica de club al aire libre para los cierres de madrugada.
El Monte do Gozo es, en ese sentido, más que un espacio físico. Su perfil en pendiente, sus gradas de hormigón y su gran explanada permiten resolver cuestiones esenciales en eventos de esta escala: visibilidad, flujo de público, evacuación escalonada, puntos de agua y zonas de descanso. La proximidad a la ciudad —conexión directa por viales amplios, lanzaderas, taxis y rutas a pie— añade una capa de comodidad que la organización ha aprendido a exprimir. La sonoridad ha ido a mejor con cada edición, con tratamientos acústicos y ajustes de rigging que reducen rebotes y mantienen la inteligibilidad incluso en los márgenes del recinto.
En cifras, el festival ha manejado en ediciones recientes decenas de miles de asistentes por jornada, con picos que superan la barrera de las 40.000 personas en algunas noches. Ese volumen genera economías de escala para grandes producciones y alimenta un impacto económico que trasciende el ámbito estrictamente musical: ocupación hotelera alta en la comarca, hostelería a pleno rendimiento, comercio y servicios turísticos activados durante toda la semana del evento. La marca Galicia también se beneficia del escaparate: imágenes aéreas del recinto, atardeceres sobre la colina, el telón de fondo de la ciudad histórica y la cercanía simbólica del Camino de Santiago.
Entradas, acceso y logística esencial
La venta de abonos comienza este viernes a las 12.00 en los canales del festival y en sus distribuidores oficiales. Se realizarán en fases con precios ascendentes conforme se agotan cupos. La experiencia acumulada aconseja que las operaciones —registro de cuenta, método de pago, verificación de correo— estén preparadas antes de la hora de salida para evitar cuellos de botella. En cuanto a entradas de día, suelen llegar más adelante, una vez asentada la primera tanda de confirmaciones y ajustadas las necesidades de aforo por jornada. La organización acostumbra a detallar políticas de menores, accesibilidad, objetos permitidos y métodos cashless con antelación, con especial atención a puestos de recarga, reembolsos y márgenes temporales para operar antes del cierre de cada jornada.
La movilidad se estructura en varias capas. En transporte público, se habilitan lanzaderas desde puntos clave de Santiago y se refuerza la red urbana. El taxi dispone de paradas designadas y carriles operativos coordinados con los horarios de cierre. Para desplazamientos privados, se recomiendan los aparcamientos disuasorios señalizados por la organización y conectar a pie o en lanzadera según el tramo horario. A pie, la caminata nocturna desde el Monte do Gozo hasta la ciudad se ha normalizado como ritual tras los cierres de madrugada; el festival refuerza iluminación y señalización para facilitar ese flujo de retorno.
En alojamientos, la experiencia indica ocupación muy elevada en el tercer fin de semana de junio. Hoteles y pensiones del casco histórico se llenan con rapidez; los barrios de Conxo, Sar o San Lázaro, y los municipios próximos conectados por la AP-9 —Ames, Teo, Oroso— actúan como válvula de escape con apartamentos turísticos y establecimientos medianos. La reserva con margen se convierte prácticamente en un requisito para asegurar una ubicación cercana y con buena conexión a los accesos del recinto.
Qué aporta cada cabeza de cartel y cómo dialogan entre sí
La elección de Katy Perry y Linkin Park no es casual ni caprichosa. Configura un tablero de públicos complementarios que tiende puentes entre distintas generaciones y gustos. Por un lado, el pop masivo de Perry garantiza reconocimiento instantáneo de canciones, producción luminosa y esa estética festiva que convierte una explanada en un mosaico de luces y confeti. Por otro, el rock alternativo de Linkin Park suma descarga física, comunidad rockera de largo recorrido y una liturgia de coros que se impone cuando la banda ataca los clásicos. Juntos, componen dos noches de carácter propio, con la posibilidad de que la tercera jornada apueste por una línea electrónica o por un cierre estatal de primer nivel, según muestre la siguiente tanda de anuncios.
Esta estrategia amplía el perímetro del festival. Se abren las puertas al público transversal —desde quienes priorizan el gran espectáculo pop a quienes acuden por los riffs y la energía del rock— y se consolida la idea de que O Son do Camiño no piensa en nichos estancos, sino en convivencia. En la práctica, esa mezcla eleva el tiempo de permanencia del público en el recinto, reparte flujos entre escenarios y distribuye el gasto entre restauración, merchandising y áreas de descanso.
Cómo se ha llegado hasta aquí: trayectoria reciente y contexto
Desde su estreno en 2018, O Son do Camiño ha armado un relato que combina ambición internacional y relato local. La ubicación en Santiago, con la mística del Camino como telón de fondo, le ha dado un posicionamiento simbólico que otros recintos no pueden replicar. La curaduría ha sido determinante: en los últimos años, el festival ha alineado cabezas de cartel de varias generaciones —del rock clásico al pop contemporáneo, del urbano a la electrónica— y ha sabido llenar la segunda línea con nombres de recorrido en España y Latinoamérica, además de una presencia constante de talento gallego.
La profesionalización operativa se percibe en detalles que marcan la experiencia: flujos de acceso más limpios, refuerzo sanitario, puntos de agua gratuitos, zonas de sombra en horas de calor, refuerzo de baños y una señalización que ha ido mejorando. Quedan retos comunes a cualquier macroevento —picos de cola en horarios críticos, congestión al cierre—, pero la curva de aprendizaje del festival ha sido tangible con mejoras iterativas edición tras edición. 2026 pondrá a prueba de nuevo esa ingeniería, más aún con dos cabezas de cartel de tanta tracción.
Qué puede pasar ahora con el cartel: escenarios plausibles
Con el doble anclaje de Perry y Linkin Park, el siguiente movimiento lógico suele ser una tanda intermedia que combine un tercer gran nombre internacional con varios artistas de perfil medio-alto —pop, urbano, indie-rock, electrónica— capaces de llenar franjas de tarde y de preserata. En las últimas temporadas, O Son do Camiño ha reforzado los cierres electrónicos con DJs de alto perfil para alargar la jornada y escalonar la salida del público. Ese patrón tiene sentido en 2026: si el objetivo es superar marcas de asistencia y repercusión, un fin de fiesta electrónico o híbrido ofrece una paleta más amplia para la última hora.
En el ecosistema europeo, junio es un mes de rotación intensa de giras. Muchas grandes producciones diseñan rutas continentales entre pabellones y festivales, lo que permite alinear agendas y encajar exclusivas regionales. La competencia es alta —España, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia compiten por fines de semana similares—, pero la posición ganada por O Son do Camiño y su capacidad de producción le permiten pelear nombres que hace unos años parecían inalcanzables para el noroeste peninsular.
Experiencia en el recinto: sonido, visibilidad y tiempos
El anfitrión, el Monte do Gozo, ofrece tres virtudes clave para un festival de esta escala. Primero, visibilidad: la ligera pendiente y la existencia de gradas facilitan que el público encuentre líneas de visión aceptables incluso a distancia. Segundo, sonoridad: el tratamiento del PA y la colocación de delays han mejorado la inteligibilidad en los extremos del recinto sin empastar el campo central. Tercero, flujos: accesos y evacuaciones se gestionan con viales anchos, corredores perimetrales y puntos de salida alternativos que permiten esponjar el volumen tras el último bis.
La planificación de horarios se convierte en pieza angular. Con cabezas de cartel de tracción masiva, un solape excesivo en la franja nocturna puede generar cuellos de botella entre escenarios. La experiencia reciente muestra una preferencia por franjas bien definidas para los headliners, tiempos de cambio ajustados y coordinación con los cierres de movilidad. Cuando el diseño acierta, el público se reparte con naturalidad en las horas previas y confluye en la gran explanada sin que la presión alcance niveles incómodos.
Economía y territorio: el efecto tractor de la música
El impacto de O Son do Camiño no se agota en la taquilla. Concentra consumo cultural y actividad económica en un radio amplio: hotelería, restauración, comercio, transporte, servicios turísticos y producción técnica encuentran una semana de alto rendimiento alrededor del festival. Para la administración, se trata de política cultural con retorno medible en pernoctaciones, ocupación y proyección exterior. Para el sector, supone contratación y rodaje de equipos locales en producciones exigentes que elevan el listón de capacidades profesionales en la región.
Esta edición, con dos confirmaciones de alcance global desde el inicio, refuerza la marca Galicia en un escaparate mediático que amplifica contenidos en redes y prensa generalista. La iconografía del Monte do Gozo —la colina, las gradas, los atardeceres— se convierte en postal compartida y, año a año, en memoria colectiva para quienes vuelven. Un activo intangible que, sin figurar en los presupuestos, alimenta la reputación del destino.
Un arranque de cartel que define el verano gallego
Con Katy Perry y Linkin Park como primeras piezas, O Son do Camiño 2026 se presenta con un listón alto y una dirección nítida: combinar espectáculo pop de dimensiones globales con rock de estadio de eficacia probada. Las fechas —18, 19 y 20 de junio— sitúan la cita en una ventana estratégica para captar giras internacionales que cruzan Europa en el arranque del verano. El recinto —Monte do Gozo— aporta una ingeniería conocida y probada para acoger montajes que exigen músculo técnico. Los abonos —a la venta este viernes a las 12.00— iniciarán el termómetro de la demanda, pero todo indica que el arranque contundente del cartel animará la carrera por las primeras fases.
Queda por ver cómo se completa la fotografía: si asoma un tercer headliner de relieve, si crecen los cierres electrónicos de madrugada, si la segunda línea equilibra pop, urbano, indie y electrónica con la huella gallega que distingue al festival. Por ahora, el movimiento inicial define el tono de la edición y recupera una idea que el público del norte peninsular reconoce: cuando O Son empieza fuerte, la colina vibra desde el primer minuto y Santiago se convierte, durante tres noches, en un epicentro musical que trasciende fronteras. Aquí, la apuesta está sobre la mesa. Falta desplegar el resto de cartas. Y todo apunta a que 2026 tendrá volumen de sobra para oírse muy lejos.
🔎 Contenido Verificado ✔️
Este artículo ha sido redactado basándose en información procedente de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: Cadena SER, La Voz de Galicia, LOS40, ABC, O Son do Camiño.

- Cultura y sociedad
Huelga general 15 octubre 2025: todo lo que debes saber
- Cultura y sociedad
¿De qué ha muerto Pepe Soho? Quien era y cual es su legado
- Cultura y sociedad
Dana en México, más de 20 muertos en Poza Rica: ¿qué pasó?
- Cultura y sociedad
¿Cómo está David Galván tras la cogida en Las Ventas?
- Cultura y sociedad
¿De qué ha muerto Moncho Neira, el chef del Botafumeiro?
- Economía
¿Por qué partir del 2026 te quitarán 95 euros de tu nomina?
- Cultura y sociedad
¿Cuánto cuesta el desfile de la Fiesta Nacional en Madrid?
- Cultura y sociedad
¿Cuándo actuará Fred Again en Madrid? Fecha y detalles útiles