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Laurimic crema para que sirve: descubre sus muchas ventajas

Laurimic crema, antifúngico con fenticonazol: trata candidiasis, tiñas y pitiriasis. Uso recomendado, seguridad, claves para evitar recaídas.
Laurimic crema es un antifúngico de aplicación cutánea que se utiliza para tratar infecciones por hongos en la piel y en determinadas mucosas. Contiene fenticonazol a una concentración de 20 mg por gramo de crema, un imidazólico de amplio espectro con acción frente a dermatofitos, levaduras del género Candida y otros agentes implicados en micosis superficiales frecuentes. En clínica se emplea para candidiasis cutáneas (intertrigos, perlèche, vulvitis o balanitis candidiásica), tiñas localizadas (pie de atleta, tiña inguinal, tiña del cuerpo), pitiriasis versicolor y eritrasma. También puede utilizarse como apoyo local cuando se trata una candidiasis vulvovaginal con el formato vaginal del mismo principio activo, para aliviar lesiones externas asociadas.
El objetivo del tratamiento es eliminar el hongo en la capa más superficial de la piel, calmar el prurito, reducir el enrojecimiento y cortar la extensión de la infección. Se aplica una o dos veces al día, tras lavar y secar la zona, en capa fina y extendida algo más allá del borde visible de la lesión. Los tratamientos suelen durar entre 2 y 4 semanas, según el diagnóstico y la respuesta clínica, con pautas más largas cuando se trata de uñas. La fórmula incluye excipientes habituales en dermatología y debe conservarse por debajo de 25 ºC. Es un medicamento de prescripción en España.
Qué es el fenticonazol y cómo actúa sobre el hongo
El fenticonazol pertenece a la familia de los imidazoles, una clase de antifúngicos tópicos muy utilizada en atención primaria y dermatología. Su mecanismo de acción se basa en inhibir la síntesis de ergosterol, componente esencial de la membrana de los hongos. Al alterar esa membrana, el fármaco vuelve permeable la célula fúngica, impide su multiplicación y favorece su eliminación. En términos prácticos, ese efecto se traduce en una disminución del picor y la inflamación en los primeros días, mientras el aclaramiento completo de las lesiones suele observarse a lo largo de la pauta.
Los imidazoles, y el fenticonazol en particular, destacan por un amplio espectro in vitro y por su capacidad para persistir en el estrato córneo el tiempo suficiente para mantener concentraciones activas entre aplicaciones. En micosis sobreinfectadas por bacterias grampositivas, el fármaco puede aportar un plus por su actividad frente a algunos de estos gérmenes, un dato útil en cuadros como el eritrasma, que comparte clínica con infecciones por hongos en pliegues.
Indicaciones más habituales en España
La etiqueta de “laurimic crema para que sirve” se concreta en diagnósticos bien definidos. En consulta, los usos más frecuentes abarcan:
Candidiasis cutáneas. El clásico intertrigo por Candida aparece en pliegues húmedos: ingles, submamario, axilas, región perineal. Se reconocen por un eritema húmedo, borde activo y pústulas satélite. También es útil en perleche (queilitis angular), en vulvitis candidiásica asociada a candidiasis vaginal y en balanitis del compañero sexual cuando la clínica y la exploración orientan a Candida.
Dermatofitosis. En la tiña pedis (pie de atleta), la tiña cruris (ingle) y la tiña corporis (tronco y extremidades), el fenticonazol actúa sobre Trichophyton, Microsporum y Epidermophyton, causantes habituales. La piel imberbe responde bien; en cuero cabelludo o barba se prefiere valoración específica.
Pitiriasis versicolor. Micosis superficial debida a Malassezia, con manchas hipo o hiperpigmentadas de tacto fino, sobre todo en espalda y tórax. La crema reduce la población fúngica y normaliza el estrato córneo; la pigmentación puede tardar en igualarse a pesar de la cura microbiológica.
Eritrasma. Infección superficial por Corynebacterium minutissimum que simula tiñas en pliegues, típica en clima cálido y piel oclusa. La respuesta a imidazoles tópicos como fenticonazol se debe a su actividad frente a grampositivos implicados.
Onicomicosis. En uñas, el uso de la crema se contempla como coadyuvante bajo vendaje oclusivo, en pautas prolongadas y con expectativas realistas: las uñas crecen despacio, la erradicación es compleja y a menudo se combinan estrategias (queratolíticos, lacas antifúngicas, desbridamientos, tratamiento sistémico cuando está indicado). Se valora caso a caso.
Conviene subrayar que, en candidiasis vulvovaginal, el formato de cápsula u óvulo vaginal de fenticonazol aporta el tratamiento en el foco; la crema se reserva para aliviar lesiones externas (vulvitis) y para la balanitis en la pareja cuando hay clínica compatible. Ese abordaje conjunto reduce recurrencias y mejora el confort.
Uso correcto: pauta, duración y pequeños detalles que marcan la diferencia
Para que un antifúngico tópico cumpla su función hay que preparar la piel. Lavar con agua tibia y un limpiador suave, secar a toques —sobre todo en pliegues— y aplicar una capa fina de Laurimic pasando unos milímetros el borde de la lesión. Ese “margen de seguridad” evita que queden focos microscópicos en el perímetro. La frecuencia suele ser una o dos veces al día. En cuadros intensos se comienza dos veces, y se reduce a una cuando la clínica mejora.
Los tiempos son importantes. Aunque el picor ceda en pocos días, completar 2 a 4 semanas ayuda a evitar recaídas. En pie de atleta interdigital, mantener la pauta al menos dos semanas tras la desaparición de los síntomas es prudente. En tiña cruris, el roce y la humedad retrasan la resolución; aquí se agradece insistir. En pitiriasis versicolor, el cambio de color residual no implica fracaso: la repigmentación demora; lo relevante es que no aparezcan nuevas escamas.
En uñas, el protocolo cambia. La placa ungueal es una barrera difícil. Si se indica la crema, suele acompañarse de oclusión nocturna (gasa y film) para mejorar la penetración. Se necesita constancia de semanas o meses, y supervisión para ajustar la estrategia.
Hay zonas prohibidas: no se usa en ojos, no se aplica sobre heridas abiertas ni en conducto auditivo sin indicación específica. Si aparece irritación intensa, empeora el eritema o se generan vesículas en el borde de aplicación, hay que suspender y evaluar si se trata de una dermatitis de contacto al fármaco o a algún excipiente.
Efectos adversos y precauciones razonables
Laurimic crema tiene un perfil de seguridad amplio. Las reacciones más comunes son prurito transitorio, ardor leve o eritema en el lugar de aplicación durante los primeros días, que suelen remitir sin intervención. Son menos frecuentes las reacciones alérgicas de contacto, que obligan a retirar el producto. La formulación incorpora lanolina hidrogenada y alcohol cetílico, excipientes con potencial sensibilizante en pieles predispuestas; propilenglicol puede generar escozor en piel macerada. En personas con antecedentes de dermatitis de contacto a perfumes, lanolina o alcoholes grasos, conviene observar la tolerancia en una pequeña área durante 24 a 48 horas.
La absorción sistémica del fenticonazol tras uso tópico es mínima si se emplea en áreas limitadas, sobre piel íntegra y con las pautas recomendadas. Aun así, en embarazo se prioriza el principio de prudencia: valorar bien la indicación y limitar tanto tiempo como superficie. En lactancia, se evita su aplicación en el pezón y su areola; si existieran lesiones en esa zona, se opta por alternativas que no requieran retirada de la leche o se espacian las tomas según indicación profesional. Pediatría: en lactantes y niños pequeños, las zonas en oclusión (pañal, pliegues profundos) aumentan la penetración; por eso siempre se ajusta la pauta y se vigila la respuesta.
No se esperan interacciones de relevancia sistémica, pero es sensato no mezclar de forma indiscriminada varios productos en la misma zona. Combinar antifúngico con corticoide tópico puede enmascarar la infección y retrasar el diagnóstico si no está bien indicado. Cuando hay inflamación muy intensa o eczema sobreañadido, se pauta de forma dirigida y temporal, y se revisa.
Diagnósticos que se confunden con hongos y cómo se orientan en la práctica
No todo lo que descama es un hongo. Es frecuente confundir dermatitis seborreica, psoriasis en placas, tiña incognito (tiña tratada con corticoides que altera el aspecto) y dermatitis irritativa en pliegues con micosis. Hay pistas: en la tiña corporis, el borde es activo y más inflamado que el centro, que aclara; en la candidiasis intertriginosa, predomina el macerado y las pústulas satélite. El eritrasma ofrece placas marronáceas con brillo y fluorescencia coral bajo lámpara de Wood. Cuando existen dudas razonables, se realizan exámenes directos o cultivos para confirmar el agente, sobre todo si el cuadro es recurrente o resistente.
Este punto es crucial porque el uso indiscriminado de corticoides tópicos en lesiones fúngicas enmascara signos, potencia la diseminación y agrava el pronóstico. Al revés, aplicar antifúngicos sin necesidad retrasa el abordaje correcto de dermatitis crónicas que necesitan otro enfoque. En lesiones de cuero cabelludo, uñas muy afectadas, placas faciales extensas o lesiones que no mejoran tras 10-14 días, la reevaluación evita cronificar problemas sencillos.
Diferencias frente a otros antifúngicos tópicos del día a día
El lineal de la farmacia está lleno de clotrimazol, miconazol, ketoconazol, bifonazol, terbinafina… Todos son antifúngicos, pero no son idénticos. El fenticonazol comparte clase con clotrimazol y miconazol (imidazoles). Su valor diferencial en la práctica es la cobertura sólida frente a Candida y dermatofitos, y su utilidad en cuadros donde se sospecha componente bacteriano grampositivo (pliegues, eritrasma). Terbinafina, por ejemplo, es muy eficaz en tiñas por dermatofitos, a menudo con pautas más cortas, pero su actividad frente a Candida no es tan robusta. Ketoconazol se reserva más para dermatitis seborreica en presentaciones de champú. La elección se basa en el diagnóstico, la localización, el estado de la piel, las comorbilidades y la experiencia de cada servicio.
Otro elemento práctico es el vehículo. Laurimic se comercializa en crema de 30 g, una textura que hidrata ligeramente y se extiende bien en pliegues y zonas secas. En áreas muy maceradas o entre dedos de los pies, a veces conviene alternar con polvos secantes o elegir formatos con menos oclusividad para evitar sobrehidratación de la piel.
Presentaciones, conservación y acceso en el sistema sanitario
En España, Laurimic está disponible en tubo de 30 g de crema al 2% (20 mg/g). Existen también cápsulas vaginales de fenticonazol (por ejemplo, 200 mg en pautas de tres noches o 600 mg en dosis única, según cuadro), pensadas para el tratamiento del foco vaginal cuando se confirma candidiasis vulvovaginal. La crema cutánea se emplea como tratamiento local externo complementario en vulvitis o en la balanitis del compañero sexual si hay clínica.
Las condiciones de almacenamiento son claras: por debajo de 25 ºC, y una vez abierto, lo prudente es desechar el envase a los 30 días si aún queda producto para evitar el uso de una crema expuesta al ambiente durante demasiado tiempo. Como cualquier medicamento, debe mantenerse fuera de la vista y del alcance de los niños.
En el capítulo de acceso, se trata de un medicamento sujeto a prescripción y financiado en el Sistema Nacional de Salud en sus presentaciones habituales. El envase incorpora código nacional y se dispensa en farmacias comunitarias con receta médica.
Consejos prácticos que ayudan a resolver la micosis y a evitar recaídas
Aunque el antifúngico haga su trabajo, hábitos sencillos marcan el resultado. En pliegues, la humedad es enemiga: conviene secar con calma tras la ducha, usar ropa transpirable, preferir algodón y evitar tejidos sintéticos ajustados. En pie de atleta, alternar calzado, airear las zapatillas, utilizar chanclas en duchas colectivas y calcetines que evacuen el sudor reduce la reinfección. Un toque útil: tras aplicar la crema entre los dedos, dejar el pie unos minutos al aire antes de calzarse.
En zonas genitales, mantener una higiene suave, sin geles agresivos ni duchas internas, y secar con toalla distinta durante el brote ayuda. Cuando hay candidiasis vulvovaginal, tratar a la par las lesiones externas con crema y el foco vaginal con el óvulo o cápsula prescrita —si procede— acorta tiempos. En la balanitis del varón, una capa muy fina de crema tras el lavado diario suele bastar.
El exceso de producto no mejora la cura y sí aumenta el riesgo de irritación. Es preferible una capa fina, bien extendida, constante en el tiempo, y no suspender al primer alivio. Si una uña está comprometida, mantener un corte regular, eliminar hiperqueratosis superficiales según indicación y considerar oclusión nocturna incrementa la penetración.
Cuándo pedir una revisión y señales de alerta
En el marco de un tratamiento con Laurimic, hay situaciones típicas que aconsejan revisar: si a los 10-14 días no hay mejoría clara del prurito y del aspecto, si el borde de la lesión se extiende o aparecen nuevos parches en otras localizaciones, si el dolor aumenta o surge secreción maloliente. En uñas, si hay deformidades importantes, varias uñas afectadas o la matriz parece comprometida, se valora la necesidad de tratamiento sistémico o de una estrategia combinada. En cara, cuero cabelludo o genitales con lesiones atípicas, un diagnóstico de precisión evita tratamientos improductivos.
Hay poblaciones especiales en las que se ajusta el abordaje: diabetes, inmunosupresión, tratamientos prolongados con corticoides o biológicos, pie neuropático. En estos casos, la micosis puede coexistir con otras dermatosis y la piel está más expuesta a complicaciones bacterianas. La planificación del tratamiento y el seguimiento deben ser más estrechos.
Lo que conviene saber si ya se está usando otro producto
A menudo, antes de iniciar Laurimic, se han probado productos cosméticos o antipruriginosos. Si hay corticoides tópicos en uso, se recomienda no mezclar en la misma aplicación salvo indicación expresa; si se precisa antiinflamatorio, se pauta en tiempos separados y por pocos días. Los antisépticos (clorhexidina, povidona yodada) pueden resultar útiles en higiene pero irritan si se abusa. Los desodorantes en pliegues activos no son buena idea: elevan el riesgo de dermatitis y maceración.
Las interacciones cosmético-medicamento son prácticas: cremas muy oclusivas encima del antifúngico alteran su distribución y favorecen el macerado; los polvos secantes pueden ser aliados en dedos de los pies siempre que no desplacen la crema fuera de la zona objetivo. Y, detalle de rutina, lavarse las manos después de aplicar evita la autoinoculación a otras áreas.
Una nota sobre resistencias y reinfecciones
La resistencia clínica a imidazoles tópicos en micosis superficiales es infrecuente, pero la recaída es habitual si se mantienen los factores predisponentes: humedad sostenida, hiperhidrosis, oclusión, microtraumatismos en el pie, exposición continua en duchas colectivas. Por eso, más allá del tubo de crema, merece la pena actuar sobre el entorno. En tiña pedis, secar bien entre dedos, cambiar de calzado, usar plantillas transpirables y revisar grietas plantares disminuye el reservorio. En pliegues, perder algo de peso cuando existe sobrepeso, airear la zona y usar barreras absorbentes de algodón en días muy calurosos rompe el círculo.
En pitiriasis versicolor, los brotes estacionales son conocidos; algunos equipos recomiendan ciclos preventivos en primavera o verano con antifúngicos tópicos en las zonas habituales. La decisión es individual: se valora la frecuencia de recidivas y el impacto estético.
El papel de Laurimic frente a otras opciones en guías y práctica diaria
Las guías de práctica clínica en dermatología y atención primaria sitúan a los imidazoles tópicos como primera línea en muchas micosis cutáneas no complicadas, por su amplio espectro, tolerancia y facilidad de uso. En ese escenario, Laurimic crema ocupa un lugar consolidado cuando el cuadro sugiere Candida, pliegues macerados o cuando interesa cubrir dermatofitos e incluso sospecha de eritrasma. No es la única opción, pero su versatilidad y la existencia del formato vaginal dentro de la misma familia facilitan esquemas coordinados en candidiasis vulvovaginal con afectación externa.
En uñas o cuero cabelludo, la balanza cambia: la penetración del antifúngico tópico es limitada y se evalúan alternativas sistémicas o vehículos específicos. También en tiña extensa, inmunodeficiencia o fallos repetidos con tratamientos tópicos, el paso siguiente se decide en consulta.
Criterios de calidad del tratamiento: cómo medir que va bien
Un seguimiento simple ayuda a saber si la pauta funciona. En candidiasis de pliegues, el indicador más rápido es la disminución del prurito y el secado de la piel. A los pocos días, el borde deja de ser tan activo y la descamación se atenúa. En tiñas, la placa pierde relieve, el borde se aplana y el área central recupera coloración. En pitiriasis versicolor, desaparecen las finas escamas al “rascar en vidrio” y las manchas quedan silenciosas hasta repigmentar. Si nada de eso ocurre en dos semanas, merece la pena confirmar diagnóstico, adherencia y técnica de aplicación.
La adherencia es la clave silenciosa. Saltarse aplicaciones, suspender cuando el picor cede o no cubrir el margen perilesional son motivos clásicos de recaída. Por eso, una pauta escrita, clara, con horarios fijos y recordatorios sencillos facilita la constancia.
Dudas habituales resueltas en la consulta (sin rodeos)
¿Se puede usar en la cara? Solo bajo indicación, porque la piel facial es más reactiva. ¿Y en niños? Puede emplearse en edades pediátricas con pauta ajustada, vigilancia y especial cuidado en pliegues y zonas ocluidas. ¿Aplicar desodorante en ingle durante el brote? Mejor evitar hasta que la piel esté restituida. ¿Qué pasa si aparece escozor tras la primera aplicación? Un hormigueo breve puede ser esperable; si persiste o aumenta, se detiene y se consulta por posible contacto irritativo o alérgico. ¿Se puede exponer al sol? En general, sí, aunque la piel inflamada es más sensible; prudencia con calor y sudor, que maceran.
Últimas consideraciones clínicas y de uso real
La práctica diaria enseña que elegir bien el diagnóstico, aplicar con método y completar tiempos son los tres pilares para que Laurimic crema cumpla su cometido. En candidiasis cutáneas, la respuesta es rápida y agradecida si se atajan hábitos que perpetúan la humedad. En tiñas, especialmente del pie y la ingle, la terapia tópica es efectiva cuando se acompaña de medidas higiénicas y de calzado. En pitiriasis versicolor, conviene explicar que el color tarda en empatar aunque el hongo ya no esté. En uñas, paciencia, seguimiento y expectativas reales.
Y un recordatorio de seguridad que no sobra: aunque la absorción sistémica sea baja, se trata de un medicamento y debe usarse bajo criterio médico cuando hay dudas diagnósticas, comorbilidades relevantes, embarazo o lactancia, lesiones extensas o falta de respuesta tras el tiempo razonable. La coordinación entre atención primaria, dermatología y farmacia comunitaria ayuda a que el tratamiento sea eficaz, seguro y sostenible.
Ahora podrás utilizarlo mejor
Laurimic crema es una opción de referencia en micosis cutáneas superficiales: candidiasis de pliegues y áreas externas genitales, tiñas localizadas, pitiriasis versicolor y eritrasma. Funciona porque su principio activo, el fenticonazol (20 mg/g), bloquea la síntesis de ergosterol en el hongo. Se emplea una o dos veces al día en capa fina, sobre piel limpia y seca, con pautas de 2 a 4 semanas —más extensas en uñas— y con un ojo en la higiene y la reducción de humedad. Es seguro y bien tolerado, con reacciones locales leves en la mayoría de los casos.
Se dispensa con receta en España, y se conserva por debajo de 25 ºC, con uso preferente dentro de los 30 días tras abrir el tubo. Frente a otros antifúngicos, aporta un perfil versátil en pliegues y cuadros mixtos, y se integra con facilidad en planes de tratamiento que combinan formato vaginal y crema externa cuando la candidiasis tiene expresión interna y perilesional. En definitiva, sirve para resolver las micosis superficiales más comunes y prevenir recaídas cuando se acompaña de buenos hábitos de cuidado de la piel.
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Este artículo ha sido redactado basándose en información procedente de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: AEMPS, AEDV, semFYC, SEIMC.

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