Síguenos

Más preguntas

Cuanto cobra un celador: descubre su sueldo real hoy mismo

Publicado

el

cuanto cobra un celador

Salario real del celador ahora: brutos y netos por comunidad, pluses de nocturnidad y festivos, ejemplos de nómina y cómo mejorar ingresos.

En 2025, la horquilla salarial más habitual para un celador estatutario en la sanidad pública se mueve entre 18.200 y 21.000 euros brutos anuales en servicios de salud con retribuciones medias, con 14 pagas y sin pluses de noches o festivos. En territorios con tablas más altas —como Euskadi, con categorías mejor dotadas— el bruto anual sube de forma nítida y puede situarse entre 24.000 y 28.500 euros. En términos mensuales, eso equivale a unos 1.300–1.500 euros brutos en la franja estándar y 1.730–2.030 euros brutos donde el complemento específico es mayor. El neto típico —con una retención de IRPF baja-media y cotizaciones estándar— queda de forma aproximada en 1.100–1.350 euros al mes en la parte baja de la horquilla y 1.400–1.700 euros en los servicios con mayor retribución fija. Todo ello sin contar nocturnidad, domingos y festivos, que empujan las cifras hacia arriba.

El dato no es plano. La nómina de un celador depende de la categoría exacta (con o sin atención directa), del puesto (quirófano, psiquiatría, autopsias, grandes quemados, encargados de turno) y del volumen de jornada complementaria que haga cada mes. Además, la actualización retributiva aplicada sobre las cuantías de 2024 continúa siendo la base de cálculo en 2025 a la espera de nuevos presupuestos, con la consiguiente consolidación de importes. Con este marco, la respuesta corta sería: , con jornada ordinaria un celador se mueve en las cifras citadas; , con noches y festivos el sueldo de celador sube de manera visible; y , el sueldo neto varía en función de la situación personal ante Hacienda.

Radiografía del salario del celador: bruto, neto, pagas y estructura

El puesto de celador —agrupación profesional equivalente al antiguo Grupo E del empleo público— tiene una retribución estructurada en varios bloques. Sueldo base y trienios son estatales: marcan el punto de partida. A ese armazón se suman el complemento de destino (asociado al nivel del puesto) y, sobre todo, el complemento específico que aprueba cada comunidad para su servicio de salud. Esta arquitectura explica gran parte de las diferencias territoriales, porque el específico sanitario es la pieza con más recorrido. Si añadimos la atención continuada (nocturnidad, domingos, festivos, guardias donde existan) y la productividad reglada, el sueldo de un celador se mueve en una horquilla amplia, aunque razonablemente previsible.

El bruto anual suele expresarse en 14 pagas: doce ordinarias y dos pagas extra, generalmente en junio y diciembre, que incorporan parte de las cuantías fijas (sueldo base y trienios, y en su caso, una fracción de complemento de destino). El neto mensual depende de la retención de IRPF —condicionada por estado civil, hijos, discapacidad, etc.— y de la cotización a la Seguridad Social. Con perfiles personales estándar y sin mínimos familiares, un bruto de 18.200–21.000 euros en 14 pagas se traduce en algo más de 1.100 euros netos al mes en los meses “limpios” (sin pluses). Cuando entran noches y festivos, es común ver nets que pasan de 1.300–1.400 euros, incluso más en servicios con ritmos intensos. A medida que aumentan los trienios, la cifra avanza, despacio pero seguro.

Qué parte de la nómina es fija y qué parte se mueve

La parte fija combina sueldo base, trienios y complemento de destino. El específico viene “precargado” por la comunidad autónoma para cada perfil de celador (sin atención directa, con atención directa, puestos especiales, encargados de turno), y también cuenta como fijo. La parte variable responde a turnicidad y días especiales.

En un mes con seis noches, el plus acumulado puede rondar 180–260 euros brutos sobre la base, y si se añaden dos o tres festivos el extra total puede escalar hasta 300–350 euros brutos. No son importes simbólicos; hacen mella real en el neto. De ahí que dos celadores con la misma categoría y centro terminen cobrando cifras distintas por su patrón de turnos.

Diferencias por comunidad: Madrid, Euskadi y Andalucía en foco

La Comunidad de Madrid publica tablas retributivas sanitarias con categorías muy concretas. Ahí aparece la figura del “celador sin atención directa”, situada alrededor de 18.200 euros brutos al año en 14 pagas, y escalones superiores para “celador con atención directa”, quirófano y psiquiatría, autopsias o encargado de turno, que** rebasan los 19.000–20.700 euros** brutos anuales sin pluses. Son cifras de base, repetimos: con noches y festivos la foto cambia mes a mes. En nómina, los pluses suelen entrar como “atención continuada” o “productividad”, con cuantías unitarias por noche o por jornada festiva que redondean el salario con bastante rapidez.

En Euskadi, la instrucción económica anual de Osakidetza fija importes claramente más altos para varias posiciones de celador (polivalente, con especialidad o jefatura, encargados de turno, autopsias). De forma habitual, la horquilla se mueve entre 24.000 y 28.500 euros brutos al año, también en 14 pagas, con nets consecuentemente mayores: 1.400–1.700 euros en meses sin turnos especiales y más cuando se acumula nocturnidad o festivos. La clave: el complemento específico que el servicio vasco de salud asocia a estas categorías, más elevado que en otras regiones.

En Andalucía, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) mantiene una estructura retributiva clásica y una casuística muy amplia por centros y áreas. Los celadores se sitúan en la franja media nacional en términos de base —con sueldos que, en ausencia de turnos, gravitan en torno al entorno 18.500–21.000 euros brutos al año— y completan nets similares a los de otras autonomías con retribución media. El diferencial aparece, otra vez, con la jornada complementaria. La actualización consolidada de las cuantías de 2024 opera como referencial mientras no haya nuevos presupuestos, lo que aporta previsibilidad a mitad de ejercicio y reduce la incertidumbre.

Sanidad privada: salarios y convenios, otra escala

Fuera del paraguas estatutario, la sanidad privada se rige por convenios colectivos autonómicos o provinciales. En Madrid, por ejemplo, el convenio vigente 2023–2026 marcó una senda de subidas del 2,5% anual y regula pluses como nocturnidad, transporte y complementos de especialidad para áreas concretas (quirófano, UCI, laboratorio, anatomía patológica). La práctica muestra que, salvo mejoras internas de empresa, la remuneración de celador en la privada queda por debajo de los niveles altos de la pública; aunque hay hospitales y grupos que compensan con bonus, planes de carrera o flexibilidad de turnos. En cualquier caso, la comparación real debe hacerse tabla en mano, porque el encaje de categorías y los pluses varían.

Tres nóminas espejo: números que aterrizan la teoría

Para ver cuánto gana un celador con claridad, conviene poner ejemplos concretos con hipótesis razonables. Nada de modelos algebraicos ininteligibles, sino escenarios habituales.

Caso A. Celador sin atención directa en un gran hospital de Madrid. Base alrededor de 18.200 euros brutos anuales en 14 pagas. El bruto mensual se sitúa en 1.300 euros. Con una cotización de trabajador en torno al 6,35% y un IRPF de un dígito alto (perfil soltero, sin hijos), el neto de un mes sin turnos especiales suele quedar en 1.080–1.170 euros. Si ese mes acumula dos noches y un domingo, el extra puede sumar 90–140 euros brutos que empujan el neto hacia 1.200–1.250 euros. En meses “planos”, cae; en meses “cargados”, sube. Así de simple.

Caso B. Celador con puesto especial (autopsias) o encargado de turno en Madrid. La tabla se va a 19.400–20.700 euros brutos sin pluses. El bruto mensual, 1.390–1.480 euros. Con cuatro o cinco noches en un mes tipo y algún festivo, el neto cruza con facilidad la frontera de 1.400–1.550 euros, a veces más si se encadenan semanas intensas. En meses sin noches, la cifra cae, como es lógico, pero la media anual queda apreciablemente por encima del caso A.

Caso C. Celador polivalente en Euskadi (Osakidetza). La estructura retributiva sitúa el bruto anual entre 24.000 y 28.500 euros, según perfil. En 14 pagas, el bruto mensual oscila 1.730–2.030 euros. Con condiciones personales estándar, el neto de un mes sin turnos especiales suele moverse por encima de 1.500 euros. Si el calendario trae noches y festivos, 1.600–1.700 no es extraño. El diferencial con respecto a la media estatal existe, y se explica por el diseño de complementos del servicio vasco.

Estas tres fotografías no agotan la casuística, pero ayudan a fijar orden de magnitudes: sueldo de celador en la base 18–21 mil y subida sensible cuando entran en juego puestos específicos o turnicidad; salario de celador superior en Euskadi por su marco retributivo; sanidad privada en niveles más contenidos salvo mejoras.

Cómo se accede, cómo se progresa y por qué eso impacta en el sueldo

El acceso a una plaza de celador en la sanidad pública llega por oposición y concurso de méritos; entre una convocatoria y otra se alimenta la bolsa temporal. La experiencia y la antigüedad suman: cada trienio añade un importe fijo que, aunque modesto por unidad, crece con el tiempo y entra en extras, de modo que el avance es real cuando se acumulan varios. Más allá de la antigüedad, algunas comunidades han abierto carrera profesional para el personal de gestión y servicios, concepto que introduce complementos adicionales al cumplir ciertos requisitos de evaluación y formación continuada. Donde opera, un celador puede sumar varios cientos de euros al año.

La movilidad interna es otra palanca clara. Un celador que accede a puestos con atención directa o con condiciones especiales (quirófano, psiquiatría, anatomía patológica) pasa de una banda salarial a otra por la vía de los complementos. También encargados de turno o jefaturas funcionales recogen retribuciones específicas. No es un salto de miles de euros de golpe, pero sí un escalón que, al cabo del año, se nota. En determinados servicios o unidades con alta presión asistencial, la jornada complementaria se vuelve constante y el “sueldo real” de fin de año crece.

Turnos, noches y festivos: cuánto añaden realmente

La nocturnidad es un clásico en el salario de celador. Cada servicio de salud fija cuantías por noche y por festivo. En grupos equivalentes al antiguo Grupo E, una noche suele moverse en un rango 30–50 euros brutos. Un domingo o festivo diurno, algo más; y hay fechas singulares (24 o 31 de diciembre, por ejemplo) con plus reforzado. Con seis noches en un mes y dos festivos, el extra acumulado puede superar 300 euros brutos. No es anecdótico: explica diferencias entre nóminas de compañeros del mismo servicio. Quien encadena rotatorios de forma habitual firma medias anuales que despegan respecto al esquema “sin turnos”.

Atención directa y puestos “calientes”

La atención directa al paciente conlleva un plus frente a puestos sin trato asistencial continuado. Quirófano, psiquiatría, grandes quemados, parapléjicos o anatomía patológica —donde entran autopsias— son ámbitos con retribuciones específicas. En números, ese cambio de perfil empuja la base anual varios cientos o más de mil euros frente a la categoría de partida. A esto, de nuevo, se añaden los turnos, con lo que la nómina final se separa con rapidez de la cifra “de tabla”.

Impuestos, cotizaciones y 14 pagas: el neto que llega a la cuenta

Quien mira solo el bruto anual puede equivocarse en lo que realmente cobra cada mes. Con 14 pagas, un bruto de 18.200 euros no se divide entre doce, sino entre catorce. Por eso el bruto mensual parece modesto si se compara de forma acrítica con cifras prorrateadas a 12 pagas que circulan en portales. Si el contrato prorratea las extras (algo menos común en el sector público), el bruto mensual sube y el neto también, pero no hay “más dinero”, solo cambia la distribución a lo largo del año.

La retención del IRPF es el otro gran modulador. Dos celadores con idéntico bruto pueden tener nets distintos si varía su situación familiar o si uno acumula más trienios o prorratea pluses de manera desigual a lo largo del año. Al subir de tramo o al recibir pagas extra, es normal ver retenciones ligeramente superiores en esos meses. La cotización a la Seguridad Social incluye contingencias comunes, formación y desempleo en los contratos que correspondan, y no suele sorprender: ronda el 6–7% del salario del trabajador.

Con estos elementos, hablar de “neto medio” exige cautela. Aun así, los intervalos descritos funcionan bien para orientarse: 1.100–1.350 euros en servicios con tablas medias sin turnos; 1.400–1.700 en servicios con tablas altas o en meses con nocturnidad y festivos. Cuando la vida laboral avanza y se suman trienios y, si procede, carrera profesional, los nets suben sin necesidad de multiplicar noches.

Perspectiva 2025: actualizaciones, estabilidad y expectativas razonables

El ejercicio 2025 arranca con las cuantías de 2024 consolidadas y los ajustes aplicados en su momento por el Gobierno y las comunidades autónomas, que sirven de base mientras se aprueban nuevos presupuestos. Ese piso retributivo dibuja un terreno estable para la nómina del celador a mitad de año y evita sobresaltos. Las grandes palancas para “mover la aguja” siguen siendo idénticas: puestos con atención directa o especialidad, turnos y nocturnidad, y la recepción de complementos vinculados a carrera allí donde esté desplegada.

En el sector privado, los convenios marcan la senda de subidas y mantienen la letra pequeña de pluses. En 2025, la tendencia es de pequeñas alzas pactadas, más notables si hay revisión salarial por inflación, pero con diferencias claras entre grupos hospitalarios. La competencia por perfiles con disponibilidad de turnos y experiencia abre la puerta a mejoras internas en algunos centros. Aun así, la comparación en frío con la sanidad pública sigue dejando a la privada, como norma general, un paso por detrás en retribución total, si bien con organización del trabajo distinta y a veces mayor flexibilidad.

Qué mirar en una oferta: más allá del número grande

Cuando se habla de cuanto cobra un celador, la atención se va al bruto y al neto, pero hay otros elementos que pesan a lo largo del año. La planificación de turnos y la disponibilidad para nocturnidad son decisivas si el objetivo es elevar la nómina. Un servicio donde se hacen noches regulares puede suponer 2.000–3.000 euros brutos más al cierre del ejercicio frente a otro donde apenas haya. El centro de destino —grande, mediano, comarcal— y la unidad determinan también la densidad de festivos trabajados.

La movilidad entre centros y áreas está regulada con transparencia, pero no siempre es rápida. Conviene revisar las bases de cada concurso o bolsa, porque ahí aparecen las puntuaciones por experiencia, formación y antigüedad, claves para dar el salto a un puesto que paga mejor. Donde exista carrera profesional para el colectivo, acreditar niveles es una vía de ingresos adicionales sin necesidad de cambiar de unidad.

Un apunte que a menudo se pasa por alto: las pagas extra. En categorías con tabla ajustada, las dos extras sostienen el ahorro anual o amortiguan gastos puntuales (matrícula, vacaciones, tributos locales). Perder su efecto colchón por prorrateo no siempre compensa, aunque eleve el neto mensual. Es un equilibrio personal que conviene valorar con una calculadora y números en la mano.

Mitos, realidades y el papel de la antigüedad

Corre el mito de que el sueldo de celador es “inmóvil”. No lo es. La antigüedad por trienios suma cada tres años. La diferencia acumulada en una carrera de 15–18 años no es desdeñable, porque entra en pagas extra y se consolida. Se une a lo que de verdad cambia la foto: turnos y puestos. Otro tópico dice que la sanidad privada “paga mucho menos”. Depende. De media, paga menos en la base fija y tiene pluses menos generosos, pero hay centros que compensan con otras fórmulas: productividades internas, bolsas de horas pactadas, mejoras voluntarias. Y hay provincias donde la privada acorta distancias.

También se repite que “en el norte se cobra mejor”. En categorías de celador, es cierto que Euskadi presenta una escala superior. En otras comunidades, la diferencia es menor y el factor turnos inclina la balanza. Todas las comparaciones deben hacerse con tablas oficiales de la categoría exacta y año correcto, porque un adjetivo (“con atención directa”, “autopsias”, “encargado de turno”) cambia la línea de base. No es un matiz menor: impacta el bolsillo.

Panorama salarial claro para 2025

El salario de un celador en España en 2025 se entiende mejor con tres ideas fijas. Primero, la base se sitúa entre 18.200 y 21.000 euros brutos en servicios con retribuciones medias, y entre 24.000 y 28.500 en el marco más alto de Euskadi, sin contar turnos. Segundo, el neto responde a la situación fiscal y a la jornada complementaria: en meses sin noches ni festivos, el rango habitual es 1.100–1.350 donde las tablas son medias y 1.400–1.700 donde son altas; cuando hay nocturnidad y festivos, esas cifras crecen. Tercero, antigüedad, carrera (si existe) y puestos especiales consolidan mejoras que abultan la nómina sin necesidad de “vivir de noche”.

A partir de ahí, cuanto cobra un celador ya no es una cifra aislada, sino un sistema de piezas que encajan: grupo retributivo, complementos autonómicos, turnos y trayectoria. Las tablas oficiales de cada servicio de salud son la referencia y el punto de partida para tomar decisiones laborales, solicitar movilidad o aceptar un cambio de unidad. Con ellas delante, y con la realidad de los turnos del centro en mente, la previsión de ingresos deja de ser una incógnita para convertirse en un número creíble mes a mes.


🔎​ Contenido Verificado ✔️

Este artículo ha sido redactado basándose en información procedente de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: Comunidad de Madrid, Osakidetza, Ministerio de Hacienda, Junta de Andalucía, BOCM.

Periodista con más de 20 años de experiencia, comprometido con la creación de contenidos de calidad y alto valor informativo. Su trabajo se basa en el rigor, la veracidad y el uso de fuentes siempre fiables y contrastadas.

Lo más leído