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Como llamar con numero oculto: haz esto y podrás hacerlo

Guía rápida y completa para llamar con número oculto en España: #31#, 067, ajustes en iPhone y Android, legalidad, trucos útiles y ejemplos.
Ocultar el identificador en una llamada es inmediato y gratuito. En España, marca #31# seguido del número de destino para que tu móvil no muestre tu línea en esa llamada concreta. Si llamas desde un fijo a un móvil, antepone 067 antes del número; de fijo a fijo, vuelve a funcionar #31#. No hay que activar nada con la operadora ni instalar aplicaciones. Simplemente teclea el prefijo, marca y la otra persona verá “número privado”, “desconocido” u “oculto”, según el terminal y la red que use.
Si lo que quieres es que todas tus llamadas salgan en oculto hasta que decidas lo contrario, puedes desactivar la presentación del número desde el propio teléfono. En iPhone, entra en Ajustes, Teléfono y cambia el interruptor de “Mostrar ID de llamada”. En Android, abre la app de Teléfono, entra en Ajustes (rueda o tres puntos), busca Identificador de llamada y elige “Ocultar número” o similar. Cuando quieras volver a mostrarlo, invierte la opción. Más simple, imposible. Y si alguna vez necesitas una excepción puntual, utiliza los mismos prefijos: #31# para ocultar solo esa llamada o *31# para forzar que tu número se muestre si lo tienes oculto por defecto.
Como llamar con numero oculto sin complicaciones
La regla práctica en redes españolas no cambia con los años: #31# en móviles y #31# o 067 en fijos según el destino. Es un estándar de red, no un truco casero, y por eso es tan fiable. Lo mejor es que no depende de la marca del teléfono, de la tarifa o del sistema operativo. Da igual si usas un iPhone reciente, un Android de gama media o un inalámbrico DECT conectado al router; la instrucción viaja por la señalización de la llamada y la entiende la central. La diferencia entre #31# y 067 al llamar desde un fijo a un móvil responde a cómo se intercambia la petición de restricción de identificación en el salto entre redes: no es un capricho, es ingeniería de telefonía aplicada, y por eso conviene memorizar ambos.
Quien llama mucho en privado suele dar un paso más: guardar en la agenda una segunda ficha para ciertos contactos con #31# pegado delante del número. De ese modo, al tocar ese nombre el móvil marca directamente en oculto, sin tener que escribir el prefijo cada vez. Si la línea está configurada en modo oculto permanente, la jugada es simétrica: añade otra ficha con *31# al principio para forzar que te vean en casos concretos. Esta doble entrada evita despistes, acelera la operativa y funciona con la marcación predictiva del propio teléfono, porque el buscador interno reconoce ambos nombres.
Otro punto que conviene tener en mente: no existe coste adicional por ocultar el número, ni penalización en la calidad de audio. Lo único que puede cambiar es la tasa de respuesta. Muchas personas y empresas filtran o rechazan llamadas “desconocidas”, ya sea de forma manual o con un ajuste del móvil. Si notas que nadie contesta cuando sales en oculto, no siempre es mala suerte; quizá estás chocando con ese filtro. Valora si la privacidad merece ese peaje en ese momento.
Ajustes en el móvil para dejarlo siempre en privado (y volver cuando toque)
Quien prefiere dejar el modo privado de forma continuada —por trabajo, por privacidad o simplemente por costumbre— tiene la opción de cambiarlo desde los ajustes del propio teléfono. En iPhone, el camino está un nivel por debajo para evitar toques accidentales pero es rápido: Ajustes, Teléfono y “Mostrar ID de llamada”. Al desactivarlo, todas las llamadas salientes presentarán “número oculto”. El comportamiento no se limita a la red móvil; si el iPhone cursa la llamada por Wi-Fi Calling con tu operador, la orden de ocultar viaja igual. Y si alguna vez el conmutador no aparece, el motivo suele ser que la operadora decide gestionarlo en red y no expone ese control en el terminal; no es un fallo del teléfono, es política del servicio.
En Android, la diversidad de fabricantes introduce matices en el nombre del menú, pero el patrón es parecido. Abre la app Teléfono, entra en Ajustes o Ajustes de llamadas, localiza Servicios adicionales o Identificador de llamada y elige entre “Mostrar número”, “Ocultar número” o “Predeterminado de red”. En Samsung suele verse “Mostrar ID de llamante”; en otras capas, “ID del emisor”. Si usas un segundo marcador (por ejemplo, el dialer de Google y el de tu marca), el ajuste afecta al que uses para marcar. Y si una app de voz sobre IP (softphone empresarial, números virtuales) gestiona su propia numeración, tendrás que activar la ocultación dentro de esa app o usar el teclado del sistema para que el código MMI se entienda bien.
Un detalle operativo útil: aunque tengas el modo oculto permanente, puedes forzar que se muestre tu número en una llamada específica anteponiendo *31# al número de destino. Es la pareja de baile del #31#. Así te ahorras estar entrando y saliendo de ajustes cuando vas alternando entre conversaciones que requieren anonimato y otras que se benefician de una identidad clara.
Telefonía fija, centralitas y empresas: lo que cambia cuando hay una PBX de por medio
La telefonía fija doméstica mezcla tradición y fibra. Muchos teléfonos de sobremesa no ofrecen una opción visible para activar la restricción de presentación de forma general. ¿Solución práctica? Marcar con prefijo. De fijo a móvil, 067 antes del número. De fijo a fijo, #31#. La razón técnica está en cómo la red fija y la red móvil negocian la señalización y en qué tramo se aplica la orden de CLIR (Calling Line Identification Restriction). No hace falta saber ese detalle para usarlo, basta con asumir la regla, pero entenderla explica por qué no todas las combinaciones aceptan el mismo código.
En entornos corporativos el guion es otro. Una centralita IP (PBX) decide en gran medida qué CLI (identificador de línea llamante) sale a la calle y cómo. Hay empresas que, por norma, presentan siempre el número principal sin importar qué extensión llame; es una política de imagen y de cumplimiento que además simplifica la devolución de llamadas. En esas arquitecturas, la central puede ignorar lo que marque el usuario —incluidos los códigos #31# o *31#— porque la troncalía SIP o el enlace primario está configurado para anteponer un ID concreto. Si necesitas ocultar una extensión o, al contrario, mostrar tu número real en momentos puntuales, no te pelees con el teclado del terminal: lo correcto es solicitar la regla al equipo de sistemas o a la operadora que gestiona la troncal. Es más estable, evita comportamientos inconsistentes y respeta las obligaciones de trazabilidad que muchas compañías asumen en sus contratos.
Otro matiz práctico en oficinas con telefonía híbrida: si alternas móvil corporativo y softphone en el portátil, cada pieza puede gestionar la identidad por su cuenta. El móvil obedece a los códigos de marcación y a su ajuste de ID; el softphone seguirá lo que imponga la plataforma (Teams, Zoom Phone, Webex, etc.). Conviene alinear criterios para que la persona que reciba la llamada no vea identidades contradictorias según el canal que uses.
Privacidad responsable y marco legal básico que conviene conocer
La privacidad en la llamada no es un capricho; es un derecho reconocido al usuario final, con dos pilares complementarios. Por un lado, puedes impedir que se presente tu número al destinatario mediante los códigos mencionados o por configuración de red. Por otro, puedes rechazar llamadas entrantes sin identificación si configuras tu terminal o usas un servicio de la operadora que filtre “desconocidos”. Ese equilibrio —tú eliges cuándo te muestras y, al mismo tiempo, puedes protegerte de quien no se muestra— dibuja un ecosistema sano frente a abusos y acosos.
Conviene recordar un límite categórico: las llamadas de emergencia (el 112 en España y otros números críticos) ignoran el modo oculto y reciben tanto tu número de origen como la localización del llamante. Es una salvaguarda esencial para responder más rápido y con precisión, y está diseñada en el corazón de las redes modernas. Si marcas el 112, no esperes anonimato, y tiene sentido que sea así.
En el terreno de la llamada comercial y el fraude telefónico, la normativa reciente ha impuesto criterios estrictos. Se obliga a que la numeración que se presenta sea válida y asignada, y que las campañas de prospección o atención al cliente se realicen con números claramente identificables (geográficos, 800/900 o cortos autorizados, según el caso). Las operadoras han reforzado los filtros para bloquear suplantaciones (spoofing) y numeraciones irregulares. Para la vida real, la consecuencia es clara: si recibes llamadas comerciales “en oculto”, huelga de sospecha; no deberían producirse en un esquema sano. Y si se reiteran, se pueden denunciar. La trazabilidad en red —registros, metadatos— permite investigar conductas puntuales de acoso o estafa; el anonimato total no existe en telefonía convencional, y la ley ampara su persecución con autorización judicial.
Problemas habituales y cómo resolverlos sin perder tiempo
A veces la teoría se topa con la práctica. “Marco #31# y mi número sigue saliendo.” Tres diagnósticos probables, empezando por el más común. Primero, estás marcando desde una aplicación que no pasa el código MMI a la red (por ejemplo, un softphone o una app de llamadas por Internet): usa el marcador nativo del sistema o activa la ocultación dentro de esa app si lo permite. Segundo, tu operadora o tu plan empresarial ha fijado una política que ignora la orden de ocultación en el extremo del emisor; en ese caso, solo el proveedor puede activar la restricción de presentación en red o en la troncalía. Tercero, cuidado con copiar y pegar números con espacios o caracteres raros delante del #31#: a veces el marcador interpreta mal la cadena si hay un símbolo extraño al inicio. Escribe la secuencia a mano y comprueba.
Otro clásico: “En roaming no me funciona #31#.” En la Unión Europea lo normal es que los códigos sean compatibles y funcionen igual, pero en Estados Unidos y Canadá algunas redes utilizan *67 para ocultar el número en una llamada concreta. Si viajas y notas que el receptor sigue viendo tu línea, prueba *67. Alternativamente, entra en los ajustes del teléfono y activa el modo oculto permanente mientras dure el viaje; te evitarás estar memorizando excepciones país por país.
“Me llaman en privado y dicen ser de una empresa.” Con el escenario actual, las organizaciones que realizan llamadas comerciales o de atención no deberían ocultar su número. Si alguien se identifica como compañía y aparece “desconocido”, desconfía, cuelga y verifica por otro canal. Si insisten, bloquea y, si hay patrón, denuncia. Mantener esa higiene reduce tu exposición al vishing (estafa por llamada).
Y hay dudas filosóficas que en realidad son muy prácticas: “¿Es de mala educación llamar en oculto?” Depende del contexto. En gestiones puntuales con personas desconocidas —por ejemplo, responder a un anuncio— tiene sentido proteger tu número. En relaciones de confianza, profesionales o personales, mostrarlo inspira más credibilidad y evita filtros automáticos. Un compromiso razonable es usar el modo oculto solo cuando aporta valor real y, en el resto, dejar que la llamada salga identificada. Ese criterio, tan sencillo como efectivo, reduce fricciones y conserva privacidad.
Roaming e internacionales: pequeñas reglas que ahorran disgustos
Fuera de España, el lenguaje de los prefijos cambia por acentos. Los códigos MMI base de la telefonía móvil son universales, pero cada mercado ha consolidado atajos distintos. El #31# es ampliamente reconocido en redes GSM/UMTS/LTE, *67 domina en Norteamérica, y hay operadores que bloquean la ocultación en numeraciones virtuales o en líneas prepagas con detección de fraude. Lo más razonable es hacer una prueba rápida con alguien de confianza antes de la llamada que te importa. Si ves que tu número se presenta pese a marcar el prefijo, activa la opción en ajustes del teléfono y confirma de nuevo. Y no olvides que los teléfonos fijos de hotel o de oficinas compartidas pueden inhabilitar códigos como *67 o #31#; no te confíes en esos escenarios.
Llamadas por aplicaciones: WhatsApp, FaceTime, Telegram y compañía
Las plataformas OTT funcionan con otra lógica. Una llamada de WhatsApp no cursa por la red telefónica clásica (PSTN), por lo que no aceptan códigos de marcación como #31# o 067. La otra persona verá el identificador de cuenta que uses en esa plataforma: tu número en WhatsApp, tu Apple ID en FaceTime Audio, tu alias en Telegram. Si necesitas llamar sin mostrar tu número real en ese universo, debes usar cuentas separadas, alias o numeraciones virtuales que la propia app permita. Y si la llamada sale desde el teléfono pero “por Wi-Fi” con tu operadora (Wi-Fi Calling), entonces sí se aplican las reglas de ocultación de la red porque, aunque uses Wi-Fi, la llamada es de tu línea, no de la app.
Técnicas prácticas para el día a día: rapidez, orden y sentido común
Para quien quiere ir al grano y minimizar equivocaciones, hay tres hábitos sencillos que marcan la diferencia. El primero, crear fichas duales en la agenda para los contactos sensibles: una con el número “limpio” y otra con #31# delante. Esa duplicidad mantiene la cabeza despejada; eliges la variante adecuada sin entrar en menús. El segundo, usar recordatorios contextuales. Si sueles cambiar de visible a oculto varias veces al día, programa una nota fija —en el calendario, en la pantalla de inicio— que te recuerde volver a mostrar el número cuando acabes una serie de llamadas privadas. Evita semanas enteras en oculto sin querer, algo más frecuente de lo que parece. El tercero, probar antes de una llamada importante. Un test de diez segundos con alguien de confianza te ahorra malentendidos, buzones automáticos y sospechas infundadas.
También ayuda alinear expectativas con quien te espera al otro lado. En servicios profesionales, decir por mensaje previo que recibirá una llamada “en privado” durante esa franja evita que la descarten por desconfianza. Y si el destinatario utiliza filtros automáticos —los móviles permiten silenciar “desconocidos” por defecto—, estar avisado hace que desbloquee el filtro temporalmente.
La protección del número personal no está reñida con la seriedad. Si trabajas con clientes o proveedores, quizá te compense usar una numeración corporativa o un número secundario para llamadas de primera toma. Dejas tu línea personal fuera del circuito y ofreces una identidad estable. Hoy lo resuelven desde desvíos inteligentes hasta números virtuales con buzón y horarios. Igual que el modo oculto, son herramientas; eliges la que mejor cuadre con cada escenario.
Discreción que funciona sin complicarse
El cómo llamar con número oculto tiene, en realidad, muy poca ciencia cuando se entiende la mecánica básica. #31# delante del número desde el móvil y también de fijo a fijo. 067 al marcar desde un fijo a un móvil. Ajustes de iPhone y Android para dejar el modo oculto de forma permanente, con la puerta abierta a excepciones puntuales mediante *31# o el propio conmutador del sistema. Centralitas y softphones piden coordinarlo con sistemas porque la identidad puede fijarse en la troncal y la secuencia de marcación no siempre manda. Emergencias sin anonimato, por diseño. Normativa que empuja a las empresas a presentarse con números legítimos y a las operadoras a filtrar suplantaciones. Y, en lo cotidiano, un par de hábitos sencillos —contactos duplicados, pruebas rápidas, avisos previos— que quitan fricción.
Al final se trata de gestionar la huella que dejas con cada llamada. Hay momentos en los que proteger el número es sensato —una gestión puntual, un primer contacto con alguien desconocido— y otros en los que mostrarlo abre puertas y evita malentendidos —relaciones profesionales, trámites, seguimientos médicos, citas donde la confianza pesa—. Con estas claves operativas y un criterio razonable, la discreción se vuelve una herramienta útil y no un quebradero de cabeza. Y si alguna vez dudas, recuerda la ruta corta: marca #31# + número, respira, llama y listo.
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Este artículo ha sido redactado basándose en información procedente de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: Movistar, Orange, BOE, Ministerio del Interior.

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