Síguenos

Más preguntas

¿Caixabank ofrece prácticas remuneradas a estudiantes universitarios en España​?

Publicado

el

tres becarios trabajando en Caixabank

Prácticas remuneradas en CaixaBank para universitarios en España: requisitos, áreas, bolsa y horarios, con opciones de continuidad y tutoría.

CaixaBank mantiene un programa de prácticas remuneradas para estudiantes universitarios en España con convocatorias estables a lo largo del año académico y picos de oferta en verano. La entidad concede una bolsa económica, integra a cada persona en equipos de negocio o áreas corporativas, fija un plan formativo y exige convenio con la universidad. Las plazas se publican en su portal de empleo y en plataformas de talento, con procesos de selección estandarizados y fechas que se mueven según necesidades internas. No es un piloto ni una acción puntual: es una vía de entrada ordenada al banco, diseñada para aportar aprendizaje y experiencia.

Las oportunidades abarcan la red de oficinas y servicios centrales (riesgos, finanzas, auditoría, sostenibilidad, marketing, datos, legal, tecnología, banca de inversión, medios de pago, experiencia de cliente, cumplimiento normativo). Las prácticas universitarias remuneradas tienen duraciones habituales de tres a doce meses, jornadas parciales en periodo lectivo y, en campañas concretas, opciones intensivas. La retribución se ajusta a la dedicación y a la ubicación, con ayuda económica competitiva en el sector financiero español y cobertura de seguro según el convenio. Se valora expediente, motivación, manejo de ofimática, idiomas y, cada vez más, competencias digitales y de datos. Las posibilidades de continuidad existen: no se promete un contrato, pero hay pasarelas hacia programas junior y vacantes permanentes.

Qué hay realmente detrás de estas prácticas remuneradas

Las prácticas de CaixaBank no son un mero acompañamiento al margen del negocio. Se definen objetivos de aprendizaje, tareas acotadas y un marco de seguimiento. La persona en prácticas trabaja con documentos reales, herramientas internas y metodologías propias del banco, siempre bajo supervisión. La experiencia incluye inducción al sector, formación en normativa clave (prevención de blanqueo, protección de datos, seguridad de la información), introducción a los sistemas y al catálogo de productos y servicios. La curva de aprendizaje, rápida. La exposición a clientes o a procesos sensibles, gradual.

En oficinas, el foco pasa por apoyo al asesoramiento de ahorro e inversión, operativa de caja y canales digitales, con énfasis en atención responsable y en migración hacia la cita previa y la transaccionalidad por app. En servicios centrales, el tejido de proyectos es más diverso: análisis de carteras, seguimiento de KPIs, automatización con Excel y Python en áreas que lo permiten, documentación de procesos, redacción de notas internas y soporte a la gobernanza de datos. La práctica no se improvisa: cada persona tiene tutor de referencia y entregables periódicos que luego pueden traducirse en logros concretos para el currículum.

El banco cuida el alineamiento con la universidad a través del convenio. Eso significa que las funciones nunca sustituyen a un puesto estructural, el horario se adapta al calendario académico y existe una evaluación formativa que retroalimenta al centro de estudios. Esa coordinación, bien llevada, evita desajustes entre expectativas académicas y necesidades del negocio.

Qué gana la entidad y por qué eso importa

CaixaBank usa las prácticas como cantera de talento. Le permite probar perfiles, adelantarse a demandas de áreas y detectar competencias en contexto real. También sirve para nutrir equipos de proyectos con miradas frescas y habilidades emergentes (automatización, visualización de datos, diseño de experiencia de usuario, sostenibilidad aplicada a riesgos, ciberseguridad). A cambio, asume un compromiso: remunerar el esfuerzo, tutelar el aprendizaje y abrir puertas a procesos de incorporación posteriores cuando encaja. Esa lógica ganar-ganar sostiene la estabilidad del programa en el tiempo.

Requisitos y acceso: cómo se llega a una plaza sólida

Las prácticas remuneradas para universitarios se enmarcan en convenios de cooperación educativa. Imprescindible estar matriculado en un grado o un máster oficial y poder firmar convenio a través de la universidad o la escuela de negocio. La disponibilidad horaria mandará; en periodo lectivo, lo normal es una parcialidad compatible con clases y exámenes; en verano, hay más margen para intensificar.

El proceso de candidatura arranca en el portal de empleo de CaixaBank, que funciona como embudo principal. El banco utiliza formularios estandarizados, CV en PDF, campos de experiencia y habilidades, y preguntas de motivación. Aparece también en hubs de empleo universitario y redes profesionales. Tras la inscripción, criba curricular. No se trata sólo de notas: cuenta el encaje con el área, los idiomas, la soltura tecnológica y la capacidad de comunicación escrita.

La evaluación acostumbra a incluir prueba de competencias (razonamiento, atención al detalle, idiomas si la plaza lo requiere), entrevista telefónica o por videollamada y, en ocasiones, una dinámica o caso práctico breve. Hay interés por la capacidad de aprendizaje, la ética profesional y la gestión de la presión. En banca, la precisión y la responsabilidad no se negocian. Por eso también son habituales verificaciones documentales y la aceptación explícita de códigos de conducta internos.

Documentación que suele pedirse y plazos típicos

Se requiere expediente académico actualizado, matrícula del curso en vigor, DNI o NIE, acreditación de idiomas cuando se menciona como requisito, y autorización para firmar convenio por parte de la universidad. Los plazos se mueven en ventanas de dos a seis semanas, según el volumen de candidaturas y la disponibilidad del equipo tutor. Hay momentos de mayor intensidad —primavera y principios de otoño— porque enlazan con el arranque de proyectos internos y con calendarios académicos.

Dónde están las oportunidades: mapa de áreas y funciones

CaixaBank es un grupo con piezas especializadas y eso se traduce en itinerarios de prácticas según perfiles. Economía, ADE, Derecho, Matemáticas, Estadística, Ingeniería, Comunicación, Relaciones Internacionales o Marketing encuentran sitio con misiones distintas. Un vistazo panorámico ayuda a entender el alcance.

Red comercial y experiencia de cliente

En la red de oficinas, el proyecto formativo se centra en operativa comercial y educación financiera aplicada. Las personas en prácticas acompañan la preparación de citas, el análisis de necesidades de particulares y empresas, la explicación de canales digitales, la actualización de datos con consentimiento y la recopilación de documentación para productos sujetos a regulación estricta. Cuando la práctica avanza, llegan tareas de prepara­ción de simulaciones (hipotecas, préstamos, planes de ahorro) y de reporte interno de actividad, siempre bajo supervisión y sin facultades decisorias propias.

Riesgos, finanzas y control

En la casa de riesgos, las prácticas se orientan a modelización ligera, monitorización de carteras, seguimiento de apetito de riesgo y documentación de comités. En finanzas y controlling, se trabaja con cuadros de mando, cierres y análisis variacional. En auditoría interna, el papel pasa por testing de controles, trazabilidad y soporte a informes. Todo con una capa de confidencialidad y de cumplimiento normativo que se aprende desde el día uno.

Datos, tecnología y ciberseguridad

En tecnología y datos, el banco busca tanto perfiles analíticos como de software. Se interviene en limpieza y catalogación de datos, en automatización de procesos con herramientas corporativas, en desarrollo interno y en tests de resiliencia. Las prácticas aquí se parecen a un laboratorio: aprendizaje práctico, mentoría técnica y exposición a metodologías ágiles. La seguridad protagoniza sesiones formativas específicas: phishing, gestión de credenciales, segregación de funciones.

Banca mayorista, pagos y proyectos corporativos

En banca de empresas y corporativa, el trabajo toca análisis financiero, estudio de sectores, apoyo a presentaciones y seguimiento de operaciones. En medios de pago, se mezclan negocio y tecnología: reporting de fraude, experiencia de usuario en TPV y wallet, y métricas de adopción. Hay plazas en sostenibilidad y finanzas verdes, con foco en taxonomías europeas y en riesgos climáticos; también en comunicación y marca, donde se cuidan los contenidos y la coherencia reputacional.

Condiciones que importan: remuneración, horarios, modalidad y derechos

La oferta de prácticas remuneradas de CaixaBank se rige por convenios educativos y por políticas internas. La bolsa se ajusta a la jornada y a la localización. En grandes ciudades con coste de vida más alto, la referencia tiende a situarse en la franja media-alta de la horquilla habitual en el sector; en otras plazas, el ajuste es proporcional. No hay una cifra única para todos los casos; se comunica en cada convocatoria. Es frecuente que las jornadas oscilen entre veinte y treinta horas semanales en periodo lectivo, con posibilidad de intensificar en verano. El descanso en exámenes y la flexibilidad en entrega de trabajos académicos se pactan previamente.

La modalidad se define por área. En la red comercial, la presencialidad manda por la relación con clientes. En servicios centrales, el esquema puede volverse híbrido, con días en remoto si la función lo permite y si la política interna lo prevé para personal junior en formación. En tecnología y datos se ve más flexibilidad, aunque la fase inicial de onboarding suele ser presencial para acelerar la integración.

El convenio incluye seguros y precisa tutorización. El banco entrega certificación de prácticas al cierre y, cuando procede, cartas de recomendación. Existen protocolos de protección de datos y códigos de conducta que se deben firmar. Las prácticas no crean una relación laboral estándar, pero la remuneración y el marco formativo las diferencian de experiencias no pagadas y elevan su atractivo frente a otras opciones del mercado.

Un apunte legal y práctico

En España, el contrato en prácticas es una figura laboral distinta del convenio de prácticas universitarias. CaixaBank opera fundamentalmente con convenios de cooperación educativa para estudiantes que siguen matriculados. Esa diferencia implica duración, cotización y responsabilidades específicas. Conviene comprobar con la universidad el reconocimiento de créditos y asegurarse de que la matrícula cubre todo el periodo de la práctica remunerada; la administración académica suele exigir continuidad formal para validar el convenio.

Proceso de selección: cómo se gana una plaza de verdad

La competencia es alta. La diferenciación no se logra con frases hechas, sino con señales objetivas de valor. Un currículum claro y medible —sin adornos vacíos— marca la diferencia. Las experiencias que puntúan: trabajos de investigación aplicados, proyectos de datos, voluntariado con componente de gestión, participación en asociaciones universitarias con responsabilidades reales, iniciativas de emprendimiento, certificaciones técnicas o financieras de nivel inicial.

En la entrevista, CaixaBank quiere claridad, honestidad y criterio. Las preguntas van a lo concreto: una situación con plazos ajustados, una discrepancia dentro de un equipo, un error cometido y cómo se resolvió. Preparar ejemplos breves y verificables ayuda. No se espera perfección, sí capacidad de aprendizaje y autocrítica constructiva. La convivencia con la regulación bancaria requiere madurez para seguir procedimientos, documentar y escalar dudas. Eso también se evalúa.

La motivación pesa. Explicar por qué banca —y por qué CaixaBank— sin caer en tópicos, conectando con proyectos públicos del grupo o con líneas de negocio concretas, suma puntos. Las habilidades digitales deben demostrarse con hechos: un dashboard, un pequeño script, un análisis reproducible. En perfiles jurídicos o de riesgos, un comentario bien argumentado sobre cambios regulatorios recientes o sobre metodologías de rating se aprecia tanto como una nota alta en una asignatura.

Detalles operativos que aclaran el camino

La disponibilidad y la movilidad influyen. Indicar claramente franjas horarias posibles, fechas de inicio y, cuando existe, apertura a moverse dentro de una provincia o a una localidad concreta ayuda al encaje. Las candidaturas difusas, con “cualquier área” y “cualquier horario”, acaban en la cola. Declarar niveles reales de idioma evita malos emparejamientos; si un equipo necesita inglés operativo para leer documentación o tratar con proveedores, se detectará en la entrevista.

El tiempo de respuesta de un proceso varía según la unidad. Si la candidatura progresa, llegan comunicaciones formales con propuesta de bolsa, horario, funciones y duración. La documentación se prepara con la universidad para la firma del convenio. Importa revisar bien las cláusulas, confirmar coberturas y transparentar incompatibilidades (otras prácticas, trabajos a tiempo parcial). La profesionalidad administrativa se valora desde el primer correo.

Aprendizaje en campo: qué se aprende y cómo se mide

Una práctica en CaixaBank es, sobre todo, una experiencia de aprendizaje aplicada. Se aprende a documentar decisiones, a distinguir un riesgo de una incidencia, a comunicar hallazgos con lenguaje sencillo, a priorizar con datos y a cuidar la reputación de la marca en cada interacción. Se interiorizan controles: doble verificación, límites de autorización, segregación de tareas. Lo pequeño importa, y mucho: nombres propios bien escritos, cifras redondeadas de forma consistente, versiones de archivos bajo control.

El banco anima a formular preguntas, escalar dudas y proponer micro-mejoras. La persona en prácticas que observa un cuello de botella y sugiere una forma de reducirlo con una macro sencilla no sólo ayuda al equipo; pone su firma en un pequeño cambio con impacto real. En áreas analíticas, se favorece el uso de herramientas de visualización, guías de estilo internas y repositorios para asegurar trazabilidad. En comunicación y marketing, se aprende a alinear tono, precisión y velocidad con política editorial y gobernanza reputacional.

La evaluación final mira desempeño y aprendizaje. El tutor calibra autonomía, rigor, trabajo en equipo y orientación a resultados, con comentarios cualitativos. Esa información, más que una nota numérica, se convierte en referencia para posiciones junior. De ahí la importancia de cerrar bien la práctica: entregables limpios, documentación de lo hecho, devolución de material corporativo y un breve mensaje de agradecimiento a quienes acompañaron el proceso. Suena obvio, pero no siempre ocurre.

Qué viene después: continuidad y puertas que se abren

CaixaBank utiliza sus prácticas para alimentar programas de entrada como posiciones junior, itinerarios de desarrollo o gradu­ate tracks en áreas troncales. La contratación posterior no es automática, pero los porcentajes de conversión son sensibles a tres factores: rendimiento probado, necesidades del área y timing presupuestario. Quien no se incorpora inmediatamente, sale con experiencia acreditable en banca, referencias verificables y una idea clara de qué funciones le interesan de verdad, algo valioso para la siguiente candidatura, dentro o fuera del banco.

Se abre también la puerta a colaboraciones con áreas satélite del grupo (tecnología, pagos, financiación especializada) y a programas de becas de organizaciones vinculadas del ecosistema financiero. La red de contactos creada durante la práctica —tutores, analistas, gestores, especialistas— se convierte en un activo que acompaña durante años. La reputación profesional empieza a trabajarse ahí, en gestos simples: puntualidad, cuidado de los detalles, curiosidad por aprender.

Consejos prácticos que marcan diferencia sin caer en lo obvio

Un dossier de candidatura afinado aumenta la probabilidad de entrevista. CV de una página, limpia, con logros cuantificados. Un ejemplo: “Soporte en gestión de carteras de pymes, actualización de 200 expedientes en dos semanas, reducción de incidencias en un 15 por ciento gracias a un checklist”. Esa frase cuenta más que cinco líneas de lugares comunes. La carta —si se pide— ha de conectar con proyectos del banco: inclusión financiera, digitalización de la red, sostenibilidad en riesgos. No repetir el CV; aportar contexto y motivación.

La huella digital cuenta. Tener un perfil profesional ordenado, sin estridencias y con muestras de trabajo (presentaciones de clase de calidad, proyectos con datos anonimizados, pequeñas piezas de análisis) refuerza el discurso. La preparación de la entrevista no es teatrillo, es comprensión del negocio: saber explicar cómo gana dinero un banco, qué riesgos gestiona, cómo funcionan los pagos, cuáles son las prioridades de una oficina y las diferencias con los servicios centrales. Nada barroco. Conocer lo esencial.

La gestión de la incertidumbre conviene practicarla. Quizá se aplica a un área y surge oferta en otra. Ser flexible en el encaje, sin desdibujarse, abre posibilidades. Y conviene también saber decir que no cuando no hay alineamiento con el plan académico o con el interés profesional. Una práctica remunerada es útil cuando suma aprendizaje, no cuando resta foco.

Remuneración y valor: cuánto pesa el dinero y cuánto el aprendizaje

La pregunta sobre cuánto se cobra no es menor. Las bolsas de ayuda en el sector financiero, por regla general, están por encima de la media de otros sectores para perfiles universitarios en convenios de prácticas. CaixaBank se sitúa de forma competitiva, ajustando por jornada y plaza. Esa remuneración compensa desplazamientos, manutención y parte del coste de oportunidad. Sin embargo, el valor total de la práctica incluye también lo que no se paga en nómina: formación específica, exposición a proyectos, mentoría y marca en el CV.

La conversación madura acepta los dos planos. Si la cifra baila unos euros arriba o abajo según ciudad, área o periodo, lo decisivo es la calidad del aprendizaje. Una práctica en la que se documenta un procedimiento, se construye un mini dashboard que queda en producción y se participa en un comité con entrega cerrada, vale más que una con tareas rutinarias y escaso retorno formativo. En ese intercambio, el banco también se juzga: retener a quienes aportan depende de ofrecer un camino de crecimiento creíble.

Señales de una buena práctica

Algunas señales confirman que la experiencia merece la pena: objetivos claros desde el inicio, tutor accesible, tareas con impacto, feedback periódico, exposición a reuniones y posibilidad de presentar lo trabajado. Que se reconozcan logros concretos y que se entregue un informe final que el equipo realmente usa son indicadores de calidad. Si, además, la práctica deja relación con profesionales de distintas áreas y abre la opción de participar en una vacante junior, el círculo empieza a cerrarse.

Cómo prepararse por dentro del banco: cultura, ritmo y expectativas

CaixaBank tiene una cultura corporativa asentada por el tamaño del grupo y por su papel en el sistema financiero español. Se valora la orientación al cliente, la gestión del riesgo, la colaboración entre áreas y la innovación prudente. Quien se integra en prácticas convive con ritmos distintos: momentos pico de cierre contable, campañas comerciales, despliegues de funcionalidades digitales, auditorías y proyectos de transformación. El orden y la documentación salvan jornadas.

La comunicación tiene peso. Informes claros, emails concisos, presentaciones bien estructuradas y reuniones con actas y compromisos. El idioma de trabajo es el español, pero en áreas técnicas y de relación con proveedores internacionales el inglés aparece como herramienta. No basta con entenderlo; hay que usar documentación y, en ocasiones, conversar. La diversidad de perfiles aporta riqueza; se convive con generaciones distintas y con especializaciones muy técnicas. Buen terreno para aprender códigos profesionales y liderar desde la contribución.

Lo que no se ve, pero cuenta

En banca, hay controles invisibles que sostienen la operación: trazabilidad, segregación de funciones, controles automáticos y manuales, políticas de acceso. La persona en prácticas las pisa desde el día uno. Respetarlas no es burocracia; es seguridad jurídica, tecnológica y reputacional. Entenderlo pronto evita fricciones y acelera la confianza del equipo.

Dónde y cuándo buscar: ventanas de oportunidad y estrategia

Las convocatorias se distribuyen a lo largo del año, pero hay ventanas. En primavera se planifican refuerzos de verano y arranques del curso siguiente; en septiembre y octubre, muchas áreas reajustan equipos y abren nuevas plazas. Mantener alertas en el portal de empleo de CaixaBank y en los sistemas de prácticas de la universidad multiplica opciones. Las escuelas de negocio y los servicios de orientación universitaria suelen tener acuerdos de difusión. Mover el CV cuando el ciclo se activa evita llegar tarde.

La estrategia de búsqueda mezcla foco y amplitud. Foco: áreas en las que el perfil encaja de verdad. Amplitud: provincias o localidades cercanas, funciones colindantes. Una candidatura intensa y bien escrita para tres plazas afines supera a diez envíos genéricos. Y cuidado con los duplicados: conviene presentar versiones del CV ajustadas a cada área, destacando piezas distintas según se trate de riesgos, datos, marketing o red comercial.

Casos reales que se repiten

Se repiten patrones de éxito. Quien llega a red comercial desde ADE con buen expediente y soft skills sólidas, crece rápido si demuestra responsabilidad y cercanía. En datos, perfiles de Matemáticas, Ingeniería o Economía cuantitativa que muestran portfolio propio (aunque sea académico) se integran bien y participan en mejoras de procesos. En legal y cumplimiento, los dobles grados y los másteres especializados suelen encontrar acoplamiento si traen criterio y rigor. No es una lista cerrada; es un mapa de probabilidades.

Una vía directa al mundo bancario actual

CaixaBank ofrece prácticas remuneradas a estudiantes universitarios en España con una propuesta clara: aprendizaje con impacto, remuneración acorde al mercado, tutorización real y puentes hacia la primera oportunidad laboral. No hay promesas grandilocuentes, sí un terreno fértil para entender cómo funciona un banco por dentro, aportar valor tangible y desarrollar competencias que luego se convierten en empleabilidad. La clave está en preparar bien la candidatura, elegir el encaje con cabeza y sostener el esfuerzo con profesionalidad desde el primer día.

Para quien quiera orientarse al sector financiero, estas prácticas son un termómetro y una palanca. Permiten comprobar si el día a día de una oficina, de un área de riesgos o de un equipo de datos encaja con las expectativas. Se trabaja con responsabilidad, se crece deprisa y se sale con una historia profesional que contar. Cuando esa historia incluye resultados medibles, aprendizaje demostrado y relaciones de confianza, el paso siguiente —una posición junior, un programa de entrada, una oferta en un área del grupo— deja de ser un deseo y empieza a parecer una consecuencia natural del trabajo bien hecho.


🔎​ Contenido Verificado ✔️

Este artículo ha sido redactado basándose en información procedente de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: CaixaBank, BOE, SEPE, Universidad Complutense de Madrid.

Periodista con más de 20 años de experiencia, comprometido con la creación de contenidos de calidad y alto valor informativo. Su trabajo se basa en el rigor, la veracidad y el uso de fuentes siempre fiables y contrastadas.

Lo más leído