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Apple lanza el chip M5: ¿es el gran salto en IA y rendimiento?

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Apple lanza el chip M5

Apple estrena el chip M5 en MacBook Pro, iPad Pro y Vision Pro: IA en local más rápida, mejor batería y ray tracing en equipos clave potente!

M5 ya está aquí y no llega solo. Apple lo ha estrenado a la vez en el MacBook Pro de 14 pulgadas, en el iPad Pro y en una versión actualizada de Vision Pro. La estrategia es transparente: subir el listón del cómputo en local para inteligencia artificial y mantener precios de entrada. Desde hoy se pueden reservar y, salvo cambios de última hora, estarán en tiendas el miércoles 22 de octubre. En el plano técnico, el nuevo chip promete más de cuatro veces el cómputo pico para IA en la GPU frente a M4, un ancho de banda de memoria unificada de 153 GB/s, una CPU más rápida y un Neural Engine mejorado. En el plano práctico, eso se traduce en modelos generativos y LLM corriendo en el propio dispositivo con menos espera, gráficos más estables y una autonomía que, en el portátil, apunta a cubrir una jornada completa.

El impacto no es cosmético, es de silicio. El M5 adopta un proceso de 3 nanómetros de tercera generación y reestructura la GPU con 10 núcleos, cada uno con su acelerador neuronal dedicado. Suma trazado de rayos de tercera generación y una caché dinámica revisada. En productos, Apple cifra mejoras de hasta 3,5 veces en tareas de IA respecto a M4 para Mac y iPad, subida de hasta el 45% en cargas gráficas con ray tracing y más fluidez en Vision Pro, que ahora puede renderizar un 10% más de píxeles y elevar el refresco a 120 Hz. Para quien trabaja con edición de vídeo, 3D o modelos locales, el salto debería sentirse desde el primer proyecto. Para usos generales, significa holgura y longevidad. Y todo, manteniendo precios en EE. UU.: 1.599 dólares el 14″, 999 dólares el iPad Pro, 3.499 dólares el visor.

MacBook Pro 14” con M5: continuidad por fuera, empuje por dentro

El nuevo 14 pulgadas conserva el chasis, la pantalla XDR, la dotación de puertos y el audio de seis altavoces. Lo que cambia está dentro. La GPU de 10 núcleos con aceleradores neuronales absorbe parte de las tareas que antes recaían en el Neural Engine, lo que dispara el rendimiento de IA sin penalizar la eficiencia. Apple habla de hasta 3,5x en cargas de IA frente a la generación previa y de 1,6x en gráficos. La CPU de hasta 10 núcleos (cuatro de rendimiento y seis de eficiencia) empuja el multihilo con picos de 20% en flujos como la compilación de código. El SSD acelera lectura y escritura, y la opción de hasta 4 TB de almacenamiento baja fricción para bibliotecas de vídeo, escenas pesadas o modelos locales. El dato que más ruido hará es la autonomía: hasta 24 horas en escenarios concretos. No es la cifra cotidiana durante sesiones largas de GPU o IA intensiva, pero sí un techo realista en tareas mixtas.

El efecto en el día a día se entiende bien con ejemplos. LM Studio carga y ejecuta LLM locales con menos espera; Draw Things reduce tiempos de difusión; Blender y motores como Octane X ven crecer las tasas de fotogramas, sobre todo al activar ray tracing; Xcode compila proyectos grandes con minutos de ventaja a lo largo de una jornada. Donde antes el usuario cuidaba qué se hacía en el portátil y qué se derivaba a la nube, M5 abre margen para que Apple Intelligence y las herramientas de terceros funcionen en local con más solvencia. El resto permanece donde estaba —teclado, cámara de 12 MP con Center Stage, puertos—, lo que tiene una lectura doble: quien esperaba un rediseño no lo tiene; quien pedía “más de lo mismo, pero más rápido”, lo consigue.

iPad Pro con M5: el ultraportátil que se hace mayor

En tablet, la combinación de M5, iPadOS 26 y la conectividad renovada coloca al iPad Pro en una posición ambiciosa. Llega en 11 y 13 pulgadas, con el panel Ultra Retina XDR que ya era referente. La novedad está en tres frentes. Primero, la IA en local: Apple cuantifica hasta 3,5x frente al M4 y hasta 5,6x frente al M1. Eso acelera la generación de imágenes con difusión, la máscara de vídeo con IA o el upscaling sobre la marcha. Segundo, la GPU con ray tracing de tercera generación, que ancla una mejora clara en 3D. Tercero, la conectividad: el chip N1 habilita Wi-Fi 7, y los modelos celulares adoptan el módem C1X, que promete hasta 50% más de velocidad de datos y mejor eficiencia. En memoria, los modelos de 256 y 512 GB arrancan con 12 GB de RAM unificada, detalle poco vistoso en marketing pero muy relevante para multitarea y modelos medianos. También hay carga rápida con el nuevo adaptador USB-C de 40 W: media hora de enchufe y el nivel sube con rapidez en condiciones ideales.

El resultado práctico es que tareas que antes pedían un portátil entran en el terreno del iPad sin sensación de compromiso. En Procreate y Shapr3D, pinceles y sólidos responden con menos latencia. En DaVinci Resolve y Final Cut para iPad, las máscaras inteligentes y la transcodificación se arrancan con menos esperas y más consistencia. El multitarea gana enteros con el nuevo sistema de ventanas de iPadOS 26, que ordena mejor las sesiones con varias apps y documentos. El iPad sigue siendo iPad, con sus límites en software profesional frente a macOS, pero M5 estira esos límites y reduce cuellos de botella que venían de la GPU y de la memoria.

Vision Pro con M5: más nítido, más rápido, más cómodo

El visor Vision Pro no cambia de cuerpo, y aun así se siente más pulido. M5 permite renderizar un 10% más de píxeles en los micro-OLED, elevar el refresco hasta 120 Hz y recortar tiempos por todo el sistema: las apps abren más deprisa, la navegación es más sensible, el texto gana definición. El Neural Engine de 16 núcleos acelera hasta un 50% procesos como la creación de la Persona o la transformación de fotos en escenas espaciales; en apps de terceros, se habla de mejoras de hasta 2x en tareas de IA. La batería da hasta 2,5 horas de uso general y 3 horas de vídeo. Quien lo usa como pantalla virtual del Mac notará el salto a 120 Hz en estabilidad al leer texto o mover ventanas.

La novedad visible está en la sujeción: la Dual Knit Band, con dos tiras tejidas en 3D y un dial de ajuste, reparte mejor el peso y mejora el confort en sesiones largas. Es compatible con el Vision Pro anterior y se vende por separado. En visionOS 26, Apple mete más madera en contenidos y funciones: widgets anclados al espacio, mejoras de Persona, nuevos entornos y un catálogo creciente de experiencias inmersivas —incluidos partidos de la NBA en directo—. Sumado al tocado en rendimiento, el visor se siente menos “beta” y más listo para trabajar, consumir contenido o defender su sitio en la mesa de desarrollo de empresas.

Arquitectura M5: lo importante está bajo la piel

La clave del M5 está en cómo reparte la inteligencia por todo el chip. La GPU de 10 núcleos —con un Neural Accelerator en cada uno— no solo sube los teraflops, modifica la forma de ejecutar cargas de IA: parte de lo que antes se derivaba al Neural Engine o a la CPU pasa a resolverse en la propia GPU, en paralelo con el render o con otras tareas de cómputo. De ahí el titular de más de 4x en cómputo pico para IA frente a M4. El ray tracing de tercera generación y la caché dinámica de segunda generación, por su parte, buscan dos cosas: más fotogramas sostenidos y menos oscilación en cargas largas. No es solo “subida de pico”, es estabilidad.

En CPU, Apple mantiene la apuesta heterogénea con núcleos de rendimiento y eficiencia. El conjunto suma hasta 10 núcleos (cuatro + seis) y firma el núcleo de mayor rendimiento del sector según las pruebas que la propia compañía publica. En multihilo, la ganancia promedio sobre M4 se queda en torno al 15%, con picos del 20% en tareas muy específicas como compilar. El Neural Engine también evoluciona —sigue en 16 núcleos, pero más rápido— y complementa al nuevo reparto de cargas con la GPU. La memoria unificada da el salto a 153 GB/s, casi un 30% más, que se nota cuando se cargan LLM medianos en RAM sin tirar de swap o cuando un proyecto de 3D convive con el navegador, el correo y una exportación en segundo plano.

Otro punto interesante es el software. Apple empuja Metal 4 y sus Tensor APIs para que los desarrolladores programen directamente los aceleradores neuronales de la GPU. Quien use Core ML o Metal Performance Shaders verá subida de rendimiento “de fábrica”, y quien necesite exprimir, podrá hacerlo a bajo nivel. La promesa para el ecosistema Mac y iPad es clara: menos fricción para portar o crear herramientas de IA que corran bien en el dispositivo, sin depender de CUDA ni de la nube para cada paso.

Qué cambia en el mercado: Apple responde a los “AI PC”

Mientras Qualcomm y Intel empujan portátiles con NPU y relojes de inferencia como reclamo, Apple contraataca con números en equipos reales y con integración vertical. La narrativa es “on-device”: cargas generativas y de visión que se ejecutan en el propio hardware, con Apple Intelligence como paraguas y con macOS Tahoe, iPadOS 26 y visionOS 26 alineados. No hay golpe de efecto visual —el 14” no estrena chasis—, pero sí una escalera de rendimiento por vatio que le permite mantener precios, simplificar la oferta y convencer a creativos, desarrolladores y empresas de que el equipo “pequeño” ya es suficiente para tareas que hace dos años pedían sobremesas o la nube.

Una lectura adicional está en iPad Pro. El paso a Wi-Fi 7 con el chip N1 y al módem C1X fabricado por la propia Apple refuerza una idea: control total de la pila, desde el procesador hasta la conectividad. En Vision Pro, el salto a 120 Hz y el empuje del M5 apuntan a sesiones más largas y a experiencias espaciales más ambiciosas. Para desarrolladores, el incentivo es doble: más base instalada con músculo y APIs más maduras. Y para el departamento financiero, el movimiento de mantener precios de arranque en EE. UU. ayuda a cuadrar la decisión de renovar equipos en ciclos de 3-4 años.

Fechas, precios y disponibilidad: lo que hay que tener claro

Reservas abiertas hoy; llegada a tiendas y primeras entregas el 22 de octubre. El MacBook Pro de 14” M5 arranca en 1.599 dólares en Estados Unidos; el iPad Pro parte de 999 dólares (11″) y 1.299 (13″); el Vision Pro actualizado mantiene 3.499 dólares. En España, los PVP pueden variar por impuestos y tipo de cambio. El detalle que interesa ahora es que Apple no ha encarecido el acceso a esta generación. Configuraciones con más almacenamiento y más memoria suben el coste final, como es lógico, pero el punto de partida se mantiene.

En calendario de software, macOS Tahoe y iPadOS 26 acompañan a esta remesa, con Apple Intelligence extendiéndose por más idiomas, incluido el español, y con un marco —Foundation Models— que facilita integrar modelos de base en apps. visionOS 26 añade widgets anclados al espacio, mejoras de Persona y nuevas experiencias inmersivas. Para quien gestiona parques de dispositivos, esto tiene lectura operativa: menos dependencia de la nube, más seguridad en datos —al estar los modelos y la inferencia en el propio dispositivo— y, potencialmente, menos coste por uso intensivo de servicios externos.

Guía de compra honesta: a quién le compensa el salto

Quien venga de Intel o de M1 se encontrará con un salto muy grande en todo: IA, gráficos con ray tracing, CPU. En Mac, el rendimiento por vatio y la autonomía cambian la rutina; en iPad, el recorte de tiempos en 3D, vídeo y generación de imágenes es notorio. Para estos perfiles, M5 justifica el movimiento sin demasiadas dudas, especialmente si el equipo actual ya aprieta o si las herramientas de trabajo ya tiran de IA.

Quien venga de M2 verá mejoras palpables. No hay rediseño ni sorpresa estética, pero sí sensación de velocidad, más batería en el Mac, más ancho de banda y conectividad de nueva hornada en iPad. Si la renovación estaba en el horizonte cercano, adelantarla con M5 tiene lógica: Apple Intelligence y el nuevo Metal van a centrarse en este escalón y, probablemente, en el siguiente.

Quien venga de M4 tiene una decisión de matiz. Si la actividad incluye modelos locales, edición de vídeo con filtros de IA, render 3D sostenido o se usa Vision Pro como pantalla virtual, la ganancia en tiempo y estabilidad se nota. Si el uso es generalista —ofimática, navegación, multimedia—, M4 sigue siendo más que suficiente y el atractivo de M5 se reduce a autonomía (muy llamativa en el portátil) y a estar listo para flujos de IA algo más pesados.

Qué implica para desarrolladores y empresas

El enfoque “on-device first” tiene derivadas claras. En privacidad y cumplimiento, menos superficie expuesta. En coste, menos dependencias de APIs externas con tarifado por token o por hora. En latencia, una mejora directa: respuestas inmediatas cuando el modelo corre en el propio equipo. El reverso es conocido: gestión de versiones de modelos, espacio en disco y monitorización del rendimiento. Apple intenta suavizarlo con Foundation Models, Core ML y Metal 4; y, sobre todo, con un M5 que reparte aceleración por toda la matriz del chip. En paralelo, el ancho de banda de 153 GB/s y la memoria unificada facilitan albergar modelos medianos sin saltos constantes al SSD.

En creatividades, el trinomio GPU + Neural Engine + memoria tiene un efecto directo. Renders en Octane X o Blender con menos picos y menos “dientes de sierra”, máscaras automáticas en vídeo que se calculan en ciclos más cortos, estabilización y upscaling con IA que dejan de ser el cuello de botella de la entrega. Ese ahorro se mide en minutos por tarea y en horas por semana. Y ahí es donde M5 busca su hueco: no solo en la cifra de referencia, sino en el tiempo que recupera.

Un apunte sobre sostenibilidad y ciclo de vida

El discurso de Apple 2030 también aparece aquí: menos consumo por tarea gracias a la mejora de rendimiento por vatio. Es un mensaje que, más allá del marketing, influye en coste energético y en temperaturas bajo carga sostenida. El M5 mantiene el diseño térmico en el 14″ sin necesidad de redimensionar chasis, lo que indica que la ganancia viene de la eficiencia del proceso y de la repartición más lista de las cargas de IA.

Calendario inmediato y perspectivas

A muy corto plazo, el punto de interés estará en las pruebas independientes que validen —o ajusten— las cifras oficiales y en qué apps adoptan rápido las Tensor APIs de Metal 4. En paralelo, se abre un melón en Vision Pro: con 120 Hz y más nitidez, el visor gana tracción para oficina híbrida y para contenidos immersive que se ven y se sienten mejor. En iPad, la clave será si iPadOS 26 consolida la sensación de “ordenador que además es tableta” sin renunciar a su identidad táctil.

Lo que se juega Apple con M5

El mensaje que dejan estos anuncios es consistente: acelerar por dentro y no agitar por fuera. El M5 no trae portátiles o tabletas con aspecto nuevo, trae chips que empujan IA en el dispositivo, gráficos y autonomía hasta un punto que hace viable mover más trabajo sin salir del equipo.

Quien utilizaba la nube por pura necesidad técnica, ahora tiene opción. Quien prioriza orden y continuidad en el hardware, mantiene hábitos. MacBook Pro 14”, iPad Pro y Vision Pro se alinean, y con ellos macOS Tahoe, iPadOS 26 y visionOS 26. El salto no es ruidoso, pero sí decisivo: el rendimiento ya no se mide solo en núcleos o hercios, sino en cuánta inteligencia cabe —y corre bien— dentro de cada dispositivo. Y ahí, esta vez, Apple ha movido ficha con seguridad.


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Este artículo ha sido redactado basándose en información procedente de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: Europa Press, Computer Hoy, El HuffPost, La Razón.

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