Síguenos

Cultura y sociedad

¿Quién es Xolo Maridueña? Será Ace en el nuevo One Piece 3

Publicado

el

Xolo Maridueña Ace One Piece 3s

Foto: Xolo Mariduena de Super Festivals (original en Flickr), vía Wikimedia Commons, licencia CC BY 2.0.

Xolo Maridueña será Ace en ‘One Piece’ 3 y Cole Escola dará vida a Bon Clay; rodaje en Ciudad del Cabo, fechas clave e impacto para la serie.

Xolo Maridueña interpretará a Portgas D. Ace en la temporada 3 del live action de ‘One Piece’ en Netflix. La confirmación llega con un detalle práctico: la producción del nuevo bloque retoma el rodaje este año en Ciudad del Cabo (Sudáfrica). No hay fecha de estreno para esa tercera entrega, pero el movimiento en el reparto cierra una de las incógnitas más repetidas en foros y redes en los últimos meses. Es oficial y cambia el tablero.

El anuncio aterriza en un contexto de alta actividad para la franquicia. Por un lado, la temporada 2 está fijada para el 10 de marzo de 2026, con la travesía del grupo ya en Grand Line y paradas clave que elevan la escala de la aventura. Por otro, Cole Escola se incorpora como Bon Clay (Mr. 2/Bentham), un personaje con peso propio, queridísimo por el fandom y con capacidad para levantar escenas por pura teatralidad. Dos nombres en cuestión de días que marcan tendencia: más ambición, más color y un foco puesto en personajes que emocionan y divierten a partes iguales.

Maridueña es Ace: anuncio y relevancia inmediata

La elección de Xolo Maridueña como Ace resulta coherente y, a la vez, estratégica. Coherente por perfil: viene de ‘Cobra Kai’, donde acreditó facilidad para la acción física y el drama íntimo, y de ‘Blue Beetle’, que le dio visibilidad global en cine con un héroe cercano, sin afectaciones. Estratégica porque coloca a un rostro joven, carismático y reconocible en un papel central en el imaginario de Eiichirō Oda. Ace no es un cameo simpático: es símbolo emocional, es historia compartida con Monkey D. Luffy, es mitología con nombre y apellidos. Convertirlo en carne y hueso en la tercera temporada da pistas del tono que viene: aventura, lealtades, cicatrices.

La noticia llega, además, con coordenadas de producción claras. Ciudad del Cabo seguirá siendo el puerto base de una serie que ya demostró absorber bien las infraestructuras sudafricanas: platós con volumen, exteriores disponibles, equipos técnicos con oficio en rodajes de alto presupuesto. Ese dato no es menor; implica continuidad de procesos, tránsitos logísticos conocidos y, previsiblemente, menos fricción entre el plan de rodaje y la ambición en pantalla. En esta clase de proyectos, repetir ecosistema ahorra semanas y ayuda a que lo que se ve en plano crezca sin que el calendario se rompa.

Qué representa Ace en el universo de ‘One Piece’

Portgas D. Ace es el hermano jurado de Luffy, capitán de los Piratas Spade y una figura que entra en la saga con energía de vendaval. En la obra original, su presencia encarna libertad, honor y una tristeza elegante que asoma —a veces— en la comisura de una sonrisa. Su iconografía es inmediata: sombrero naranja con las dos caritas, tatuaje que habla antes de que hable, collar de cuentas y un andar entre provocador y despreocupado. Se mueve con un aire de “todo va bien” incluso cuando no va bien, y esa sobriedad orgullosa, casi de cowboy del mar, es la cualidad que quien lo encarne no puede impostar.

Para el live action, ese temperamento pide contención, presencia, economía de gesto. Ace no grita para llenar un plano; lo llena estando. Por eso la selección de un actor con cintura dramática y entrenamiento físico importa tanto. La cámara necesita confiar en que, cuando entre a un primer plano, haya un mundo dentro. Y cuando toque acción, el cuerpo responda: corrección en la postura, pegada realista, coreografías legibles. Si algo ha probado la primera temporada es que la serie sabe modular el espectáculo sin perder el detalle humano. Con Ace, toca redoblar esa apuesta.

Rasgos que deben trasladarse al live action

Hay detalles mínimos que hacen a Ace irrepetible. El sombrero no es un atrezzo más, es identidad; se cuida en plano, en montaje y en continuidad. El tatuaje pide maquillaje limpio y una paleta que lo mantenga nítido bajo distintos tipos de luz, sobre todo exteriores luminosos. El lenguaje corporal —el hombro apenas caído, la mano que roza el colgante en momentos de tensión, la sonrisa ladeada— ayuda a anclar al personaje, evita que se convierta en una colección de poses. Y algo más: Ace piensa. Que la dirección deje respirar planos medios y primeros tiempos, que no corra siempre hacia el golpe grande, será clave para que funcione.

La química con Luffy es otra pieza innegociable. Ace no existe sin su contrapunto, sin esa fraternidad no biológica que —en las páginas de Oda— ha regalado algunos de los momentos más recordados. En acción real, esa conexión requiere tiempo de pantalla compartido y una intuición común entre intérpretes: cuándo bajar la voz, cuándo tensar la mirada, cuándo permitir que una broma rompa la solemnidad. Xolo Maridueña llega con kilómetros en escenas de camaradería combativa; si el guion ofrece aire, la relación puede encender capítulos por sí sola.

Cole Escola se suma como Bon Clay

El segundo movimiento de casting en días es Cole Escola como Bon Clay (Mr. 2/Bentham). La elección encaja por un motivo evidente: el personaje vive de la teatralidad bien entendida, del cuerpo como instrumento cómico y dramático, de la transformación como lenguaje. Bon Clay es camaleónico, se disfraza, juega con los códigos de género y, aun así, conserva una integridad innegociable que aflora en decisiones críticas. Pedir eso a pantalla real exige una mirada contemporánea y un intérprete con tablas escénicas. Escola llega con esa mochila, con el pulso del escenario tatuado en la piel, y atraviesa la cámara con facilidad.

No es un adorno. En la trama de Baroque Works, Bon Clay acelera giros, reescribe lealtades, humaniza el conflicto incluso cuando el chiste podría volverse ruido. Su poder de imitación abre un filón visual en acción real: cambios de rostro y voz, coreografías que coquetean con el cabaret, gags físicos precisos. Si el montaje respeta la claridad de cada set piece y el diseño de vestuario se permite exuberancia con criterio, el personaje puede robar escenas sin comerse la narración. Lo ha hecho en papel y en animación; el reto ahora es que suceda en un plató con la misma verdad.

Un personaje camaleónico con lectura actual

La llegada de Bon Clay también sintoniza con debates del audiovisual presente. Personajes que desafían expectativas —y tropos envejecidos— necesitan un cuidado narrativo consciente. No basta con abastecer el color; hay que afinar el enfoque para evitar lugares comunes que hoy chirrían. Escola, con un registro que abraza lo performativo pero no olvida la emoción, parece elegido para ofrecer un retratro respetuoso y brillante. Si el guion evita convertir la identidad de Bon Clay en mero gag, y la centra en decisiones, lealtades y gestos de coraje, el resultado puede ensanchar el alcance del live action sin perder su tono de aventura.

Producción, calendario y dónde encaja la temporada 3

El calendario de la franquicia ya tiene un hito a la vista: temporada 2 el 10 de marzo de 2026. Ocho episodios (según comunicados recientes) que introducen escenarios cruciales de la primera gran etapa del viaje en Grand Line y abren la puerta a nuevos personajes con capacidad de quedarse. Sobre la temporada 3, por ahora, la certeza es el rodaje en 2025 en Ciudad del Cabo y la renovación temprana que adelantó el proceso creativo. El equipo —con Joe Tracz al frente y Ian Stokes sumándose como co-showrunner— consolida un mando que ya comprende qué sí y qué no funciona en la traducción de viñetas a imagen real.

Hay, claro, preguntas naturales sobre qué arcos concretos cubrirá el tercer bloque. La producción ha sido prudente con los detalles. Lógico: se protege el efecto sorpresa. Aun así, por lógica interna de la adaptación, la presencia de Ace y Bon Clay orienta el mapa hacia piezas del macroarco Baroque Works y zonas limítrofes de esa línea temporal. La serie ha demostrado que puede condensar sin deformar, así que el ritmo será —otra vez— clave: set pieces de acción legible, escenas íntimas que respiran y mundo. Mucho mundo. El plan visual de la primera temporada fue eficiente en escenarios y atrezo; en 3D, la textura evitó el plástico. Ese estándar marca el listón.

Un apunte logístico con impacto creativo: repetir Sudáfrica no solo reduce costes. También fideliza equipos de especialistas, cámara, maquillaje y VFX que ya conocen la serie. Esa continuidad acorta curvas de aprendizaje, mejora la coordinación con unidades de segunda cámara y permite que decisiones de diseño —por ejemplo, el sombrero y el tatuaje de Ace, el vestuario barroco de Bon Clay— se trabajen codo con codo entre departamentos. Parece menor. No lo es.

Qué aporta este casting al proyecto de Netflix

En términos de marca, ‘One Piece’ confirmó en su primera temporada que sí se puede adaptar un shōnen masivo sin desmontarlo por el camino. El éxito —medido en visionados, conversación y recepción crítica— alivió un escepticismo heredado de intentos anteriores en el género. Con Ace y Bon Clay, Netflix no solo alimenta el hype con dos fan favorites; refina la narrativa pública del proyecto: respeto al original, casting con criterio, diversión sin cinismo. Xolo Maridueña acerca público generalista por reconocimiento y empatía; Cole Escola pone sobre la mesa el prestigio teatral y una sensibilidad adecuada para personajes mayores que la vida.

Desde el ángulo de representación, el fichaje de Maridueña para un personaje tan querido suma visibilidad a un protagonismo latino en una producción global. Lo relevante aquí no es el señalamiento vacío; es la alineación entre talento y papel. Maridueña funciona en acción, escucha bien en escena dramática y no necesita sobreactuar. Es exactamente el tipo de presencia que Ace exige. Escola, por su parte, abre la puerta a una lectura actual de un papel con trazo amplio en origen, que ahora puede beneficiarse de la mirada 2025: humor, sí; exceso medido, también; pero siempre desde la dignidad del personaje y sus decisiones.

El mensaje industrial es transparente: la temporada 3 va en serio. La renovación temprana, el regreso a Cape Town, la incorporación de Ian Stokes al timón junto a Joe Tracz y la elección de dos nombres con tracción real sostienen la conversación de aquí a 2026, cuando llegue la segunda temporada. Netflix necesita eventos seriados que aguanten entre grandes estrenos y sirvan como pilares de catálogo. ‘One Piece’ cumple esa función y, con estos mimbres, aspira a hacerlo durante años.

Detalle de personajes y cómo encajarlos en escena

Ace trae fuego emocional. Incluso sin entrar en destripes, su mera aparición eleva el suelo dramático. La serie tiene la oportunidad de modular esa presencia con una planificación muy concreta: planos cerrados que capten miradas y silencios, planos medios para la conversación tensa y abiertos que den contexto geográfico —mar, desierto, callejón— al duelo. La música merece un subrayado: una motívica discreta, capaz de crecer sin invadir, suele hacer justicia al personaje en momentos definitorios.

Bon Clay, en cambio, pide juego. Su teatralidad se traduce en coreografías con carácter, maquillaje expresivo, poses que no son pose porque nacen del personaje. Y, sobre todo, cámara juguetona: travellings cortos, pequeños whip pans, cortes que dialoguen con la imitación como recurso visual. Si además el montaje respeta la claridad de la acción —nada de hachazos que rompan la geografía—, el personaje puede convertirse en termómetro de ritmo del episodio en que aparezca.

Hay una clave transversal: el equilibrio. ‘One Piece’ vive tanto de los gags como de los juramentos. Una secuencia de combate con Bon Clay puede —debe— arrancar una carcajada y, un minuto después, clavar una idea de honor que cale. Un encuentro breve entre Ace y Luffy puede sostener, sin que nadie se mueva, la tensión de toda una entrega. El reto es no confundir color con saturación. La primera temporada lo entendió; la tercera, con estos dos personajes, tendrá que filar aún más la cuchilla.

Recepción, expectativas y pista de aterrizaje

La recepción inicial a los fichajes ha sido calurosa. No solo por la popularidad de los nombres, también porque “encajan en la foto” que el fandom se había hecho desde hace tiempo. Maridueña, de hecho, circulaba en quinielas de fans desde hace meses, con montajes comparativos de Ace y el actor a cada nueva entrevista. Cuando la confirmación oficial cae, el interés se dispara; el algoritmo acompaña. Escola, por su parte, ha vivido un año de visibilidad teatral con premios y apariciones que lo han convertido en rostro de temporada. El salto a ‘One Piece’ parece un paso natural.

¿Hasta dónde llega la euforia? Hay realismo en la comunidad: el casting no garantiza nada sin guion, plazos y cuidado. Pero también hay memoria: la primera temporada entendió al grupo, respetó el color de Oda y apostó por diseño antes que por CGI indiscriminado. Con esa base y dos incorporaciones tan ajustadas, el proyecto se fortalece. Lo veremos en el tipo de conversación que sostenga la serie en los meses previos al estreno de la segunda temporada: entrevistas con foco en proceso, piezas sobre vestuario y utilería, avances que enseñen contexto antes que golpes de efecto.

Lo que significan Ace y Bon Clay para el plan mayor

Cada anuncio en ‘One Piece’ se lee también como indicador del plan mayor: qué arcos se priorizan, qué personajes llevan el peso, qué tono se busca. Ace impulsa el drama y ensancha la familia de Luffy en pantalla real; Bon Clay afila el espectáculo, ensancha la comedia física y se presta a set pieces de alto impacto. Juntos, dibujan una temporada 3 con más contraste: luces y sombras bien marcadas, combates coreografiados con personalidad y escenas íntimas que sostengan el corazón de la serie.

Hay, de fondo, un mensaje para la conversación sobre adaptaciones de anime: se puede crecer sin perder el alma. Las decisiones de casting cuentan y, cuando están alineadas con el ADN del personaje, multiplican. Aquí ocurre. Xolo Maridueña puede ofrecer el carisma calmado que Ace necesita; Cole Escola parece preparado para celebrar a Bon Clay con dignidad y desparpajo. Si la puesta en escena abraza esa dualidad, la temporada 3 tendrá material para convertirse en evento.

Horizonte cercano con la brújula clara

Ace ya tiene rostro y Bon Clay también. La temporada 2 llega el 10 de marzo de 2026, así que la conversación irá escalando con imágenes, fragmentos y anuncios que apuntalen el camino. La temporada 3 entra en rodaje en Sudáfrica este mismo año con los showrunners ya en marcha y un plan de continuidad que beneficia a la producción. En términos de relato, el tablero se ordena: más Grand Line, más Baroque Works, más personajes icónicos puestos a prueba en un lenguaje de acción real que ya demostró que funciona.

Queda margen para sorpresas, claro; es parte del juego. Pero el dato firme está ahí: Xolo Maridueña es Portgas D. Ace y Cole Escola es Bon Clay. Dos piezas clave para una serie que, tras un arranque sólido, se atreve a subir un nivel la ambición sin que tiemble el pulso. Se entiende por qué. Y apetece ver cómo prende la mecha.


🔎​ Contenido Verificado ✔️

Este artículo se ha elaborado con información de fuentes oficiales y medios confiables. Fuentes consultadas: Espinof, Netflix Tudum, Hobby Consolas, Cinco Días, Entertainment Weekly, Variety.

Periodista con más de 20 años de experiencia, comprometido con la creación de contenidos de calidad y alto valor informativo. Su trabajo se basa en el rigor, la veracidad y el uso de fuentes siempre fiables y contrastadas.

Lo más leído