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Cultura y sociedad

¿Quién arrasó en los Premios Ondas 2025 y por qué?

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Premios Ondas 2025

Premios Ondas 2025: ganadores clave, por qué la radio brilló tras el apagón de 28 de abril y quienes lideran en TV y música, fechas y claves.

La 72.ª edición de los Premios Ondas 2025 deja un palmarés amplio y, al mismo tiempo, muy nítido: la radio vuelve a situarse en el centro del sistema mediático tras el gran apagón del 28 de abril; la televisión premia liderazgos reconocibles y coberturas de alto voltaje; la música equilibra oficio y fenómeno; y la publicidad radiofónica consolida una creatividad que funciona sin alardes. El veredicto, leído en Barcelona y anunciado en “La Ventana”, reconoce como mejor programa de radio a “Versió RAC1”, distingue la programación especial emitida durante el apagón, premia la trayectoria de Isaías Lafuente y subraya la idea radiofónica de “Un libro, una hora”. En televisión, El Gran Wyoming y Alejandra Herranz encarnan la figura del comunicador sólido; la cobertura de la muerte y el funeral del papa Francisco y del cónclave eleva el listón informativo; y en ficción brillan “Celeste” y el ex aequo dramático entre “Querer” y “Pubertat”, con el elenco femenino de “Furia” como apuesta coral. En música, Pastora Soler recibe el homenaje a una carrera que ya es patrimonio del pop español, mientras Valeria Castro y Guitarricadelafuente comparten el fenómeno del año; el mejor evento es LOS40 Music Awards Santander.

Dicho sin rodeos: los Ondas 2025 explican quién gana y, sobre todo, por qué. La radio es premiada por su respuesta útil y ordenada en una jornada límite; la televisión, por demostrar que puede narrar hechos históricos con criterio y músculo técnico; la música, por demostrar que la autenticidad cabalga con el oficio; y la publicidad, por recordar que una buena idea sonora permanece mucho después de que se apague la cuña. El miércoles 26 de noviembre, el Gran Teatre del Liceu será el escenario de la gala, pero la foto de este año ya está tomada: una industria que, tras meses de ruido, ofrece señales de consistencia y un mapa de nombres propios que no viven de rentas.

Lo esencial del palmarés 2025

El acta del jurado resume bien la temperatura del año mediático. En radio, el Mejor Programa recae en “Versió RAC1”, el magazine de tarde que ha convertido la conversación, la información y el humor en un manual de estilo; la Mejor Programación Especial reconoce, de manera explícita, los programas emitidos durante el apagón del 28 de abril, cuando la radio reforzó su papel de servicio público en ausencia de pantallas; la Mejor Idea Radiofónica se la lleva “Un libro, una hora” por su manera sencilla y rigurosa de adaptar clásicos literarios; la Trayectoria o Mejor Labor Profesional premia a Isaías Lafuente, referencia en divulgación del lenguaje y periodismo civil; y el Mejor Podcast es “Se llamaba como yo”, producción que abre hueco a historias silenciadas desde una mirada documental cuidada. En proximidad, “Cafè d’idees” de Ràdio 4 se impone con un periodismo sereno que pisa la actualidad sin ansiedad.

En televisión, la fotografía tiene nombres propios inapelables. El Gran Wyoming es Mejor Comunicador, premio a una vigencia que se mide en presente —no en nostalgia—; Alejandra Herranz es Mejor Comunicadora por sostener con solvencia el Telediario 1 de TVE en un tramo durísimo de competencia; la Mejor Cobertura de Actualidad distingue el especial de RTVE sobre la muerte y el funeral del papa Francisco y el cónclave, una operación informativa compleja por alcance y sensibilidad; “Página Dos” se convierte en Mejor Programa de Entretenimiento, buena noticia para la divulgación cultural; “Celeste” gana en Comedia; y el Drama se reparte ex aequo entre “Querer” y “Pubertat”. En interpretación, el jurado premia de forma conjunta al reparto femenino de “Furia” —Carmen Machi, Candela Peña, Pilar Castro, Nathalie Poza, Ana Torrent, Cecilia Roth y Claudia Salas— y reconoce a Secun de la Rosa por “Superstar”. En contenido de proximidad, destaca “El campo es nuestro” de Aragón TV. En documental, el premio va a “El minuto heroico: yo también dejé el Opus Dei”.

El apartado musical ofrece una combinación de trayectorias consolidadas y nuevas referencias con capacidad de arraigo. Pastora Soler recibe el premio a la Trayectoria Musical tras tres décadas de escenario, con discos que han sabido dialogar con varias generaciones; el Fenómeno Musical del Año se reparte entre Valeria Castro y Guitarricadelafuente, dos artistas que han llevado lo íntimo a un público masivo sin perder identidad; y el Mejor Espectáculo, Gira o Festival recae en LOS40 Music Awards Santander, prueba de que las galas ya son productos multiplataforma con impacto real. En publicidad radiofónica, Pingüino Torreblanca firma “La radio lo hace todo inolvidable” para la AERC y MONO Madrid repite como Mejor Agencia, confirmando racha. En el campo internacional, los Ondas viajan: Alejandro Dolina recibe el de Radio y RAI Italia el de Televisión por “The Last Ride (The Human Factor)”.

La radio, a prueba en el gran apagón

El 28 de abril queda ya como una fecha-faro del año audiovisual. El apagón masivo tensionó comunicaciones, tráfico, servicios básicos y, durante horas, recolocó el consumo informativo. La radio demostró una virtud que parecía olvidada en la era de la hiperconexión: resistir. Resistir con antenas, repetidores, unidades móviles, incluso coches ejerciendo de estudios improvisados. Resistir con locutores que abren teléfonos, redacciones que verifican a contrarreloj, enviados que transmiten sin luz y técnicos capaces de mantener el aire en condiciones precarias. El jurado no solo premia el resultado; premia el método. Buena parte de la ciudadanía volvió a girar el dial —sí, como se hacía antes— buscando explicaciones claras, instrucciones útiles y un ritmo que ordenase el ruido. Cuando el país miró a oscuras, la radio encendió el mapa.

Ese reconocimiento activa, además, una conversación pendiente: la infraestructura. Los Ondas, al señalar la reacción de técnicos e ingenieros, abren una veta que rara vez asoma en los premios: cómo se planifica redundancia, cómo se opera sin red, qué protocolos garantizan que un estudio puede seguir emitiendo en caída de energía. No es un detalle menor. El apagón puso sobre la mesa la capacidad de contingencia de las cadenas —públicas y privadas— y su coordinación con operadores, autoridades locales y cuerpos de seguridad. El premio envía un mensaje: la resiliencia técnica forma parte del servicio público, también en emisoras comerciales.

Voces y formatos que marcan época

El Mejor Programa para “Versió RAC1” es un guiño a un formato grande que, lejos de estar en retirada, conserva nervio y capacidad de reacción. Su mezcla de conversación, información y humor permite pivotar, en minutos, del comentario cultural a un operativo de tráfico, de la entrevista liviana a un corte que define el día. Es un magazine en el sentido clásico, sí, pero con una producción tan ágil que parece hecho a mano cada tarde. Por eso se entiende que el jurado vea ahí un referente de radio generalista contemporánea.

La Mejor Idea Radiofónica para “Un libro, una hora” apunta a algo que hacía falta: alta cultura en clave accesible. La propuesta no “lee” novelas: las adapta, las cuenta, diseña una arquitectura sonora que acompaña y no distrae. En sesenta minutos, un clásico deja de ser tarea pendiente para mucha gente y se convierte en una experiencia atenta, con narración cuidada y una realización que no compite con el texto, lo arropa. Ese espíritu divulgativo —sin paternalismo— explica que el programa haya conectado con audiencias heterogéneas y, de paso, haya revalorizado el papel de la edición sonora.

El premio a la Trayectoria de Isaías Lafuente funciona como una especie de columna vertebral del palmarés radiofónico. Su trabajo ha combinado rigor, defensa de la propiedad del lenguaje y un tono civil que ha hecho escuela. No hay estridencia, no hay atajo fácil: hay explicación serena, datos, contexto y un compromiso con la pedagogía cívica que hoy vale doble. En proximidad, “Cafè d’idees” mantiene una promesa que cuesta sostener: entrevistas con tiempo y escucha, política sin barro, actualidad que respira. Y en el terreno del audio largo, “Se llamaba como yo” confirma que el podcast narrativo tiene espacio para historias que el directo pisa sin querer; la memoria, la identidad y la violencia atravesada por el silencio encuentran aquí su idioma.

La fotografía completa de la radio condecorada este año dibuja un arco claro: servicio público en crisis, creatividad formal en divulgación, autoría en el comentario, periodismo de proximidad que no confunde cercanía con complacencia y documental sonoro con mirada. No hay ruido por el ruido. Hay decisiones editoriales que sostienen audiencia incluso cuando las circunstancias obligan a improvisar.

Televisión: liderazgo, cobertura y ficción con músculo

En televisión, el foco se parte entre liderazgos personales y arquitecturas colectivas. El Gran Wyoming, Mejor Comunicador, personifica el valor de la continuidad con filo: un comunicador que, pasados los años, evita la autocaricatura, mantiene criterio y ritmo y sigue sabiendo qué cara poner a las turbulencias del día. El premio a Alejandra Herranz como Mejor Comunicadora refuerza otra idea: la credibilidad como capital. La presentadora ha asentado un telediario con un estilo limpio, directo, de voz firme sin levantar la voz. En ambos casos hay una constante: la audiencia reconoce autoridad sin pontificar.

El Mejor Programa de Actualidad o Cobertura Especial para el operativo de RTVE sobre la muerte y el funeral del papa Francisco y el cónclave es el otro gran marcador. No se premia una pieza brillante de estudio, sino una cadena de decisiones: cómo abrir la señal, cómo articular conexiones internacionales, cómo modular el tono ante un acontecimiento religioso con evidente dimensión política y diplomática. Ese trabajo exige músculo técnico, coordinación editorial, capacidad de contexto y un uso sofisticado de la documentación. En un ecosistema fragmentado y sobreexpuesto, ejecutar una cobertura así sin estridencias ni agujeros sigue siendo noticia.

A escala de formatos, “Página Dos” se lleva el Entretenimiento y eso, más allá del título, significa que la cultura se ha ganado una silla estable en prime o en su vecindad. La Comedia de “Celeste” confirma que hay espacio para sonreír sin simpleza; el Drama compartido entre “Querer” y “Pubertat” revela un doble carril narrativo que vale la pena mirar con calma: violencias íntimas y tránsitos adolescentes contados con matices. La Interpretación Femenina al reparto de “Furia” premia un trabajo de conjunto —difícil de medir, fácil de percibir—, mientras que Secun de la Rosa sostiene el galardón masculino con “Superstar”, un papel que exige carisma y oficio. El contenido de proximidad de “El campo es nuestro” recuerda que las autonómicas siguen siendo laboratorio y termómetro: informan desde el territorio y, a veces, marcan agenda nacional.

En la no ficción seriada, el Ondas a “El minuto heroico: yo también dejé el Opus Dei” confirma una tendencia de la temporada: el documental que no busca el golpe de efecto, sino ordenar hechos relevantes, con testimonios, edición sobria y una narrativa que presta atención a la experiencia tanto como al titular.

La música: oficio largo y fenómeno en auge

La Trayectoria de Pastora Soler era una deuda y llega en buen momento. Treinta años después de su despegue, su voz sigue intacta y su repertorio ha sabido modernizarse sin perder la raíz. No es solo una cuestión de notas altas: es una manera de habitar el escenario y de dialogar con la orquesta, con los arreglos, con el público. El Ondas cierra el círculo: consistencia y evolución, ambas evaluadas con el tiempo largo.

El Fenómeno Musical del Año compartido por Valeria Castro y Guitarricadelafuente explica una intuición que ya estaba en los foros y en la venta de entradas: la emoción contenida y la artesanía como signos de época. Castro, con su pulso íntimo y un respeto explícito por la raíz canaria, ha encontrado una audiencia que no necesita volumen para conmoverse. Guitarricadelafuente, con un disco ambicioso y una voz que viene de lo cercano, ha unificado lo local y lo universal sin postureo, con canciones que crecen en directo. Ambos representan un modelo de carrera que no depende del golpe viral, sino de la suma de conciertos, colaboraciones bien escogidas y discos que duran.

El premio a LOS40 Music Awards Santander como Mejor Espectáculo, Gira o Festival deja otra pista relevante. Las grandes galas ya no terminan en el recinto: son eventos multiplataforma con dramaturgia televisiva, narrativa en redes y un dispositivo técnico que convierte el directo en una experiencia compartida. Que un Ondas corone este formato significa que la industria ya no mira estas ceremonias como mera autopromoción, sino como productos culturales con impacto.

Publicidad y mirada internacional

En Publicidad en Radio, dos nombres propios consolidan racha. Pingüino Torreblanca recibe el premio a Mejor Campaña por “La radio lo hace todo inolvidable” para la AERC, un concepto moderno por su sencillez: apelar a la memoria sonora como territorio compartido. Sin fuegos de artificio, con copy y realización precisos, la pieza funciona en cualquier dial porque entiende dónde vive la radio en la cabeza de la gente. MONO Madrid repite como Mejor Agencia, confirmando un músculo creativo que apunta a dos cosas: ideas claras y una producción que no tapa el concepto.

La mirada internacional amplía el mapa: Alejandro Dolina recibe el Ondas Internacional de Radio, reconocimiento a una manera de narrar que mezcla filosofía cotidiana y humor, capaz de cruzar fronteras sin perder idioma propio. En Televisión, RAI Italia es premiada por “The Last Ride (The Human Factor)”, muestra del documental europeo que vive fuera del circuito anglosajón y que, sin embargo, dialoga con audiencias globales. Estos dos galardones no son notas al pie: sitúan a los Ondas, un año más, como plataforma para talento en español y producciones de referencia en el continente.

Fechas, sede y la liturgia necesaria

La gala se celebrará el 26 de noviembre en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. El emplazamiento ya es parte del relato: una ceremonia que combina glamour, industria y una cierta liturgia que gusta en el sector. Que Iñaki Gabilondo haya leído el fallo añade una capa simbólica que los Ondas llevan cultivando años: maestros que legitiman con su voz un palmarés que, edición tras edición, pretende ser termómetro y espejo. Detrás, un jurado de casi una treintena de profesionales deliberó en Barcelona sobre 542 candidaturas de 18 países. El dato pesa porque cuenta de dónde salen estos nombres: de una competencia amplia, de varios mercados y de sensibilidades diversas.

No menos importante es el impacto industrial de la foto de noviembre. Para los equipos premiados, el Ondas es marca a la hora de vender formatos, consolidar parrillas o cerrar patrocinios; para las cadenas y productoras, es un aval editorial que permite mover piezas y reforzar franjas. La lectura de este año parece clara: servicio público y autoría no se excluyen, conviven. La técnica, el guion y la edición importan tanto como la cara que anuncia el informativo o el programa. Y cuando hay que contar lo importante, el sistema —si está bien afinado— responde.

Ondas 2025: señales claras de hacia dónde va el sector

Hay ediciones que ordenan la conversación más allá del titular del día. Esta lo hace. Al reconocer la cobertura del apagón y la programación especial que aquel episodio detonó, el jurado rubrica la idea de que la radio sigue siendo infraestructura crítica. Al destacar a Wyoming y Herranz, eleva el valor de la credibilidad y la vigencia; con “Página Dos”, “Celeste”, “Querer” y “Pubertat”, protege formatos donde la narrativa y el tono pesan más que la estridencia; con el premio al elenco de “Furia” y a Secun de la Rosa, abraza la interpretación como trabajo de precisión, sea coral o individual; con Pastora Soler, Valeria Castro y Guitarricadelafuente, legitima carreras que se construyen con paciencia y personalidad; con LOS40 Music Awards Santander, certifica que el directo y lo multiplataforma forman parte del mismo lenguaje; con Pingüino Torreblanca y MONO Madrid, deja dicho que la buena publicidad cabe —y luce— en la radio; y con Dolina y RAI Italia ensancha el foco para mirar más allá de nuestras fronteras.

En conjunto, el palmarés dibuja una conclusión razonable: en 2025, los medios que mejor funcionan son los que no confunden actualidad con ansiedad, los que planifican la técnica con el mismo celo que el editorial, los que escriben y editan antes de querer gritar, los que conocen a su audiencia y la respetan. Por eso estos ganadores importan. Porque no solo cuentan lo que ha pasado, sino cómo se puede seguir contando, con calidad, cuando las luces fallan o cuando los hechos reclaman cabeza fría. La gala del Liceu pondrá brillo; el trabajo premiado, en cambio, ya ha puesto método. Y ahí, donde se cruzan oficio, criterio y servicio, es donde los Ondas siguen encontrando su razón de ser.


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Este artículo ha sido redactado basándose en información procedente de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: Cadena SER, El País, El Confidencial, LOS40, AS.

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