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Salud

¿Precio dentadura fija en 24 horas? Evita pagar demasiado

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Precio dentadura fija en 24 horas en España: rangos reales por arcada, técnicas y materiales, mantenimiento y cifras claras para decidir 2025

En España, el precio de una dentadura fija en 24 horas —la rehabilitación completa de una arcada con implantes y carga inmediata— se mueve hoy en una horquilla real de 5.990 a 10.000 € por arcada en clínicas consolidadas. Ese intervalo suele cubrir diagnóstico con TAC, cirugía con cuatro a seis implantes, prótesis provisional fija el mismo día y una prótesis definitiva fabricada a los tres o seis meses, cuando el hueso ha integrado los implantes. Por debajo de ese rango se encuentran propuestas de entrada con alcance más limitado; por encima, planes con materiales de alta gama (zirconia monolítica), mayor número de implantes o cirugías avanzadas.

Cuando se rehabilitan ambas arcadas en un mismo plan, el importe total suele situarse entre 12.000 y 20.000 €, variable en función de la técnica (All-on-4, All-on-6, cigomáticos si hay poco hueso), la complejidad del caso y el material de la prótesis final. La carga inmediata permite salir de la cirugía con dientes fijos provisionales atornillados —no removibles— y recuperar función y estética sin esperar la osteointegración. La diferencia de precio entre presupuestos aparentemente similares suele estar en lo que incluyen exactamente, en la calidad del laboratorio y en cómo se materializa la prótesis definitiva.

Qué incluye de verdad un presupuesto completo

Un presupuesto serio para dientes fijos en un día detalla, con nombres y apellidos, cada eslabón del proceso. Empieza con el estudio implantológico: anamnesis completa, exploración, fotografías intraorales, TAC 3D y, cada vez más, escáner intraoral para diseñar de forma digital la cirugía y la futura prótesis. Esa fase es decisiva; de ella salen el número de implantes por arcada, su posición y angulación, y la posibilidad de recurrir o no a técnicas que eviten injertos de hueso.

La cirugía guiada coloca los implantes en una sola sesión, habitualmente cuatro en protocolos tipo All-on-4 —dos anteriores rectos y dos posteriores inclinados— y, en muchos casos, seis cuando la anatomía o la carga funcional lo aconsejan. La sedación consciente no es obligatoria, pero es habitual en tratamientos largos: mejora el confort, reduce el estrés y permite al equipo trabajar con mayor fluidez. Su coste suele ser una partida aparte que conviene tener localizada en el presupuesto, igual que los posibles actos complementarios (regularización ósea, injertos puntuales, elevaciones de seno cuando proceda).

El mismo día de la cirugía se atornilla una prótesis provisional fija que el paciente llevará durante la osteointegración. Es estética y funcional, pero es provisional: la definitiva llega después de un periodo de tres a seis meses, con los tejidos ya estables. Un presupuesto completo no se queda en el titular del “en 24 horas”, sino que incluye controles, higienes programadas, revisiones y la fabricación de la prótesis definitiva con su correspondiente ajuste de oclusión y estética. Cuando la cifra es ajustada pero razonable, suele haber detrás un laboratorio trazable y un calendario claro de visitas hasta la entrega final.

Provisional en 24 horas y definitiva: calendario real

La clave biológica es la osteointegración. El titanio necesita tiempo para fusionarse con el hueso de forma estable. Durante ese periodo, la prótesis provisional reparte las fuerzas masticatorias y protege los implantes; permite comer con prudencia —nada de romper cáscaras o castigar con alimentos extremadamente duros— y sonreír sin complejos desde el primer día. En la segunda fase, el equipo toma registros de precisión: dimensión vertical, relación entre maxilar y mandíbula, posición de labios, línea de sonrisa, fonética. Con esa información, el laboratorio diseña la prótesis definitiva, a medida, que se atornilla y se afina con ajustes selectivos hasta lograr una oclusión estable.

Ese calendario real —24 horas para la provisional, 3–6 meses para la definitiva— explica por qué dos presupuestos separados por cientos o miles de euros no siempre hablan de lo mismo. Un plan que solo cubre la provisional hoy, la cirugía y una definitiva “básica” mañana no es comparable a un paquete con laboratorio premium, pruebas estéticas y un material de alta resistencia. La diferencia se ve con el paso de los años: estabilidad, mantenimiento y menor necesidad de reparaciones.

Factores que explican la diferencia de precio

Bajo el paraguas comercial de “dentadura fija en 24 horas” conviven varios protocolos y filosofías de tratamiento. El número de implantes por arcada condiciona el coste: cuatro es el estándar en All-on-4; seis da más soportes y redundancia biomecánica, especialmente útil en maxilar superior o en pacientes con hábitos parafuncionales. A mayor número de implantes, más componentes, más tiempo de sillón y más trabajo de laboratorio. No hay una receta universal: la indicación se ajusta a la anatomía, la calidad y el volumen de hueso, la mordida y la expectativa funcional.

Otro factor es la calidad de los componentes y el sistema implantológico. Marcas con décadas de investigación, conexiones precisas y catálogos amplios permiten soluciones protésicas más fiables a largo plazo, y eso tiene un precio. Lo mismo ocurre con la cirugía guiada y la planificación digital: plantillas de alta exactitud, diseño CAD y fresado CAM elevan el coste de laboratorio, pero mejoran ajuste, pasividad y, a menudo, acortan tiempos.

La experiencia del equipo suma. Un cirujano y un prostodoncista que trabajan cada semana con carga inmediata reducen riesgos, optimizan prótesis provisionales y anticipan problemas de oclusión o fonética. Su curva de aprendizaje ya estuvo pagada por otros; el paciente actual se beneficia con una ejecución más predecible. No es un intangible: la tasa de incidencias baja, los ajustes son menores y el resultado final, más estable.

All-on-4, All-on-6 y otras variantes

El All-on-4 es hoy el protocolo más extendido para devolver dientes fijos en un día en una arcada edéntula o terminal. Maximiza el hueso disponible con dos implantes anteriores rectos y dos posteriores inclinados, esquivando áreas de menor densidad y, a menudo, evitando injertos. El resultado es una estructura eficiente que soporta una prótesis de arcada completa y contiene el coste. El All-on-6 añade apoyos y puede ser preferible en anatomías que lo piden o en pacientes con demandas funcionales elevadas. All-on-8 y la vía de implantes cigomáticos aparecen en casos con gran reabsorción maxilar, cuando no hay hueso suficiente para anclajes convencionales; son soluciones más complejas y caras, pero, bien indicadas, permiten también carga inmediata.

En la práctica, el precio final crece en paralelo a la complejidad. No solo por el número de implantes, también por la logística: mayor tiempo operatorio, más componentes protésicos y ajustes, y más horas de laboratorio para diseñar estructuras extensas con pasividad impecable.

Superior e inferior no cuestan lo mismo

El maxilar superior suele exigir más que la mandíbula. Hueso menos denso, proximidad de los senos maxilares, mayor palanca al masticar. Por eso son frecuentes seis implantes arriba frente a cuatro o seis abajo; también hay más ocasiones en las que se recurre a inclinaciones pronunciadas para ganar anclaje y evitar injertos. Ese diferencial técnico se refleja en el precio por arcada, y explica por qué un paciente recibe, para dos arcadas, dos cifras distintas con idéntica filosofía de tratamiento.

Materiales y laboratorio: de la resina a la zirconia

El material de la prótesis definitiva es un determinante claro del precio de la dentadura fija en 24 horas. Tras la provisional, lo más habitual es elegir entre prótesis híbridas (estructura metálica con dientes y encía de resina de alta densidad) o zirconia monolítica fresada en bloque. La híbrida es más ligera, más fácil de reparar si se fractura algún diente de resina o se desprende un fragmento de encía artificial, y suele resultar más económica. La zirconia, por su parte, ofrece rigidez, resistencia al desgaste y estética muy elevada, con superficies glaseadas y maquilladas que imitan la translucidez del esmalte. Su coste es mayor por la materia prima y por la tecnología implicada: diseño CAD, sinterizado y fresado en máquinas de precisión.

La oclusión manda. Una prótesis de zirconia mal diseñada puede transmitir fuerzas excesivas a los implantes; una híbrida mal pulida puede retener placa y encías inflamadas. De ahí la importancia del laboratorio: no es un actor invisible, es el coautor del resultado. Laboratorios con trazabilidad, bibliotecas digitales y control de calidad entregan estructuras con mejor ajuste y acabados previsibles. Ese plus se paga, pero reduce contratiempos y visitas de urgencia.

Hay intermedios interesantes: zirconia estratificada (estructura de zirconia con cerámica de recubrimiento) para hilar más fino en estética anterior; o resinas de alta resistencia impresas en 3D con refuerzos, útiles en provisionales largas o en pacientes que aprietan. Son opciones que el equipo propone en función de prioridades: estética, resistencia, mantenimiento, presupuesto.

Tiempos clínicos, garantías y tasas de éxito

La fotografía temporal es clara. Jornada de cirugía y prótesis provisional fija en el día, revisiones a la semana, al mes y a los tres meses; a partir de ahí, registros para la definitiva y entrega, con una fase de microajustes durante las primeras semanas. La mayoría de clínicas ordena higienes y revisiones periódicas cada seis o 12 meses. En el plan suele figurar una garantía para implantes y para la prótesis, condicionada a ese mantenimiento: no es un formalismo, es parte de la medicina preventiva del tratamiento.

En términos de previsibilidad, los protocolos de carga inmediata en arcadas completas cuentan con años de seguimiento con tasas de supervivencia altas para los implantes y para las prótesis cuando la indicación es correcta y el paciente sigue el mantenimiento. Las complicaciones protésicas más frecuentes, cuando aparecen, suelen ser tornillos aflojados, pequeñas fracturas en dientes de resina o chipping en cerámicas; se solucionan con reparaciones y reajustes. En zirconia monolítica, el chipping es raro; en híbridas, el desgaste es mayor con el tiempo, pero también son más sencillas de reparar.

La higiene es determinante. Las prótesis atornilladas permiten retiradas periódicas en clínica para limpiezas profundas, revisión de tornillos y de encías, pulido de superficies y, si procede, sustitución de elementos desgastados. Un plan que integra ese mantenimiento protege la inversión y alarga la vida útil del conjunto implante-prótesis.

Cómo comparar ofertas sin perderse en la letra pequeña

La forma de comparar precios no es restar o sumar euros a ciegas, sino alinear alcances. Un presupuesto comparable al de otro debe responder a las mismas preguntas. ¿Cuántos implantes por arcada y de qué sistema? ¿Incluye sedación consciente o se cobra aparte? ¿La prótesis provisional es fija atornillada ese mismo día? ¿La prótesis definitiva es híbrida o de zirconia, y en qué laboratorio se fabrica? ¿Cuántas revisiones y higienes están cubiertas el primer año? ¿Hay injertos, elevación de seno o regularizaciones óseas previstas? ¿Qué garantía se ofrece y de qué depende?

La claridad en el calendario es otro termómetro de seriedad. Un plan sólido deja por escrito fechas aproximadas de controles, toma de registros y entrega de la definitiva. Un plan que solo promete “dientes fijos el mismo día” pero omite el camino hasta la final no deja al paciente comparar de forma honesta. La transparencia sobre el laboratorio —propio o concertado, pero identificado— aporta tranquilidad: se sabe quién diseña, qué máquinas fresan la estructura y qué protocolo de control sigue antes de salir a clínica.

También conviene analizar qué se excluye. Hay presupuestos que parecen más baratos porque no incorporan la sedación, el TAC, la retirada de suturas, la ferulización provisional o el ajuste de oclusión al mes. O porque la zirconia figura como opcional, y el precio base incluye una híbrida. Nada de eso es irregular si se explica, pero trastoca la comparación. Un precio cerrado con memoria descriptiva: esa es la herramienta que permite decidir sin sorpresas.

Financiación, mantenimiento y costes a medio plazo

Un plan de dentadura fija en 24 horas es una inversión grande y tangible. Muchas clínicas ofrecen financiación a plazos con o sin intereses promocionales durante un periodo limitado, lo que abre la puerta a afrontar un tratamiento completo de ambas arcadas sin comprometer la economía familiar de golpe. Las condiciones cambian según la clínica y la entidad financiera: comisiones de apertura, plazos de 12 a 60 meses, carencias puntuales. Merece la pena leer esas condiciones con el mismo cuidado que el plan clínico, porque el coste financiero puede añadir un porcentaje relevante al total.

A medio y largo plazo, los costes de mantenimiento son asumibles y, sobre todo, predecibles si se empujan con disciplina. Una higiene profesional semestral o anual, controles, tornillos de recambio cuando toca, pulidos de resina o reacondicionamientos menores. En prótesis híbridas, cada cierto tiempo puede ser aconsejable un rebase o un repintado estético de la encía artificial; en zirconia, lo habitual es revisar contactos, pulir zonas de roce y mantener la superficie brillante. En ambos casos, la limpieza domiciliaria —cepillo eléctrico, sedas específicas o superfloss, irrigador, cepillos interproximales— condiciona más que el material cuánto duran los buenos resultados.

La sedación consciente merece un apunte. En tratamientos de dos arcadas o en pacientes con ansiedad, puede cambiar la experiencia. Su precio suele rondar una cifra que eleva el presupuesto, pero la convierte en una sesión llevadera y controlada, con monitorización constante y un anestesista responsable. No es un lujo caprichoso: para muchas personas, es la diferencia entre posponer un tratamiento necesario y afrontarlo con seguridad.

Hay otro coste que a veces no se mide y, sin embargo, pesa: el tiempo. La carga inmediata reduce semanas de incomodidad. No es lo mismo pasar meses con una prótesis removible de quita y pon que salir de la cirugía con dientes fijos. Esa ganancia de calidad de vida en el día a día —masticar mejor, hablar sin prótesis que se mueven, sonreír sin pensar— forma parte del valor real del tratamiento. Por eso, cuando se mira la cifra final, conviene ponerla en el contexto de los años de uso y de la rutina que cambia desde el primer día.

Lo que cuesta recuperar la mordida y por qué

El mapa español de 2025 permite trazar una conclusión práctica y sin fuegos artificiales. Un arco con carga inmediata bien planificado se sitúa hoy, con realismo, entre 7.000 y 10.000 € cuando el presupuesto incluye diagnóstico con TAC, cirugía con cuatro a seis implantes, prótesis provisional fija en 24 horas y una definitiva fabricada en laboratorio contrastado. Existen opciones de entrada desde 5.990 € por arcada con alcance más simple, y propuestas que superan los 10.000 € cuando se opta por zirconia monolítica, se incrementa el número de implantes o se requiere cirugía avanzada. Cuando el plan comprende ambas arcadas, la cifra total razonable —con sedación, pruebas estéticas y calendario de revisiones— oscila entre 12.000 y 20.000 €, con variaciones lógicas según técnica, materiales y complejidad anatómica.

El precio dentadura fija en 24 horas no es un número mágico: es la consecuencia directa de un plan clínico, de unos materiales y de un laboratorio. La provisional en el día devuelve función y estética sin dilaciones; la definitiva llega cuando la biología dicta; la mecánica —oclusión estable, pasividad, ajuste— es el pegamento invisible que hace que todo funcione durante años. Si el presupuesto identifica cuántos implantes, qué sistema, qué material protésico, qué laboratorio, qué revisiones y qué garantía, entonces sí estamos ante cifras comparables.

Hay margen para ajustar sin comprometer el resultado. Se puede optar por una híbrida bien hecha hoy y planear una zirconia a futuro, o por All-on-4 en una arcada y All-on-6 en la otra, si el hueso lo permite. Se puede financiar una parte o escalonar fases cuando no es posible abordar las dos arcadas a la vez. Se pueden pactar planes de mantenimiento claros que fijen el coste anual y eviten sorpresas. Lo que no conviene es comprar un eslogan. La noticia no es que existan dientes fijos en un día; la noticia es que, con la tecnología y la experiencia actuales, esa promesa se sostiene con datos, cronograma y un presupuesto bien escrito.

En cifras, en contexto, la inversión es medible y el retorno, tangible: masticar mejor, hablar con naturalidad y sonreír sin prótesis móviles. Ese cambio llega desde la primera jornada, se consolida a los 3–6 meses y se mantiene en el tiempo con revisiones y cuidado. Con un plan claro, el precio deja de ser un muro y pasa a ser un camino razonable hacia una boca estable, cómoda y estéticamente convincente. Esa es, al final, la métrica que importa.


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Este artículo ha sido redactado basándose en información procedente de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: Face Clinic, Smylife, Cleardent, Dentalmedics, Sanitas, ImplaDent.

Periodista con más de 20 años de experiencia, comprometido con la creación de contenidos de calidad y alto valor informativo. Su trabajo se basa en el rigor, la veracidad y el uso de fuentes siempre fiables y contrastadas.

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