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Porque no centrifuga la lavadora

Es uno de los electrométricos más importantes y si no sabes porque no centrifuga la lavadora, aquí podrás entender y solucionar el problema.
Cuando la lavadora no centrifuga, el problema puede convertirse en un verdadero quebradero de cabeza. La ropa empapada, ciclos interminables o el tambor sin girar pueden deberse a diversas razones. Desde una simple sobrecarga de ropa hasta fallos técnicos más serios, es fundamental conocer las causas y cómo solucionarlas para evitar daños en el electrodoméstico y alargar su vida útil.
Si tu lavadora ha dejado de centrifugar, aquí encontrarás todas las posibles razones, soluciones y consejos útiles para resolver el problema de manera rápida y eficiente.
¿Qué es la centrifugación y cómo funciona en una lavadora?
Para entender por qué una lavadora no centrifuga correctamente, primero hay que comprender cómo funciona este proceso. La centrifugación es la fase final del ciclo de lavado, en la que el tambor gira a gran velocidad para expulsar el exceso de agua de la ropa mediante la fuerza centrífuga.
Cuando la lavadora entra en modo centrifugado, el motor impulsa el tambor con una velocidad mucho mayor que en el ciclo de lavado. Esto hace que el agua sea expulsada de las fibras de la ropa y enviada al sistema de drenaje. Al finalizar, la ropa sale mucho menos húmeda, reduciendo el tiempo de secado al aire o en secadora.
Si la lavadora no centrifuga, significa que algo está impidiendo que el tambor gire correctamente o que el sistema de drenaje no está funcionando bien. La causa puede ser un problema técnico, una mala configuración del programa de lavado o incluso una acumulación de espuma dentro del tambor.
Porque no centrifuga la lavadora: 6 motivos
1. Carga de ropa desequilibrada: Un error común que puede detener el centrifugado
Si la lavadora detecta que la ropa no está bien distribuida en el tambor, el sistema de seguridad impide el centrifugado. Esto suele ocurrir cuando se lavan prendas muy pesadas juntas, como edredones o toallas grandes, que se acumulan en un solo lado, generando un desbalance.
Para evitarlo, reparte la ropa de manera uniforme en el tambor y no sobrecargues la lavadora. Si el problema persiste, prueba con una carga menor. Algunos modelos modernos de lavadoras incluyen sensores de carga, pero si el tuyo no lo tiene, es recomendable ajustar la cantidad de ropa manualmente.
2. El agua no se drena completamente y bloquea el centrifugado
Uno de los motivos más frecuentes por los que una lavadora no centrifuga es que el agua no se evacúa correctamente. Si el tambor todavía tiene agua al final del ciclo de lavado, la máquina no avanzará al centrifugado.
Este problema suele estar relacionado con un filtro de desagüe obstruido, una manguera doblada o un fallo en la bomba de drenaje. Para solucionarlo, es importante revisar el filtro de la bomba, ubicado en la parte inferior de la lavadora, y limpiarlo si hay residuos acumulados. También es recomendable comprobar la manguera de drenaje y asegurarse de que no esté obstruida o dañada.
3. Exceso de espuma en el tambor
El detergente también influye en el centrifugado. El uso excesivo de detergente puede generar una cantidad excesiva de espuma, lo que interfiere con el ciclo de centrifugado. Muchas lavadoras modernas tienen sensores que detectan un exceso de espuma y, como medida de seguridad, detienen el centrifugado para evitar daños en el motor o en los componentes internos.
Para evitar este problema, es fundamental usar la cantidad de detergente recomendada por el fabricante. Además, si ya se ha generado un exceso de espuma, puede ser necesario hacer un ciclo de aclarado adicional para eliminarla por completo.
4. Problemas en la puerta o en la tapa de la lavadora
Las lavadoras están diseñadas con mecanismos de seguridad que impiden el funcionamiento del centrifugado si la puerta o tapa no están correctamente cerradas. Si el cierre está defectuoso o el sensor de bloqueo no funciona correctamente, la lavadora no avanzará al ciclo de centrifugado.
Si la lavadora indica un error en la puerta o tapa, es recomendable asegurarse de que esté bien cerrada antes de reiniciar el ciclo. En algunos casos, el problema puede estar en el mecanismo de cierre, que deberá ser revisado y reemplazado si es necesario.
5. Fallo en la correa de transmisión o en el motor
Si la lavadora no gira en absoluto, es posible que haya un problema con la correa de transmisión o con el motor. La correa conecta el motor con el tambor y, si se ha desgastado o roto, el tambor no podrá girar.
Para comprobar si la correa está dañada, se puede acceder a la parte trasera de la lavadora y observar si está en su lugar. Si está suelta o rota, será necesario reemplazarla por una nueva. En caso de que el motor sea el problema, lo mejor es acudir a un técnico especializado.
6. Fallos en la placa electrónica y en los sensores de la lavadora
Las lavadoras modernas cuentan con placas electrónicas que controlan todas las funciones del electrodoméstico, incluido el centrifugado. Si la placa sufre una avería, la lavadora puede no detectar correctamente el final del ciclo de lavado o detenerse antes de centrifugar.
Si la lavadora no responde y sigue sin centrifugar a pesar de haber revisado otros posibles problemas, se recomienda desenchufarla durante unos minutos para reiniciar el sistema. Si el fallo persiste, lo más probable es que la placa electrónica necesite ser reparada o reemplazada.
Cómo evitar problemas con el centrifugado en el futuro
Para reducir la posibilidad de que la lavadora deje de centrifugar, es importante seguir algunos consejos clave:
Distribución equilibrada de la ropa
La forma en que se coloca la ropa dentro de la lavadora es crucial para un centrifugado eficiente. Si la carga está mal distribuida, la lavadora puede detectar un desequilibrio y detener el ciclo para evitar daños al tambor o al motor. Esto sucede con mayor frecuencia cuando se lavan prendas voluminosas, como sábanas, toallas grandes o edredones, que tienden a agruparse en un lado del tambor.
Para evitar este problema, es recomendable distribuir la ropa de manera uniforme en el tambor y combinar prendas de diferentes tamaños para equilibrar el peso. Si la lavadora tiene un sensor de carga, es importante prestar atención a cualquier aviso de desbalanceo y reorganizar la ropa antes de continuar con el ciclo. Además, evitar sobrecargar la lavadora no solo optimiza el centrifugado, sino que también prolonga la vida útil del electrodoméstico.
Limpieza y mantenimiento regular
Uno de los factores clave para evitar fallos en el centrifugado es mantener la lavadora en buen estado. Con el tiempo, el filtro de la bomba puede acumular residuos, pelusas y objetos pequeños que dificultan la evacuación del agua. Si la lavadora no drena correctamente, el tambor no podrá girar a la velocidad necesaria para centrifugar eficazmente.
Para evitar este problema, es recomendable revisar y limpiar el filtro de la bomba cada dos o tres semanas. También es importante inspeccionar la manguera de drenaje para asegurarse de que no esté doblada o bloqueada. Una manguera obstruida impide que el agua salga correctamente, lo que puede hacer que la lavadora interrumpa el centrifugado por seguridad.
Otro aspecto del mantenimiento regular es limpiar el tambor con vinagre o productos desinfectantes especiales para lavadoras. Esto previene la acumulación de residuos de detergente y cal, lo que puede afectar el rendimiento del electrodoméstico a largo plazo.
Uso correcto del detergente
El exceso de detergente es una de las principales causas de problemas en el centrifugado. Si se usa más detergente del recomendado, se genera una cantidad excesiva de espuma, lo que interfiere con los sensores de la lavadora y puede hacer que esta interrumpa el ciclo de centrifugado.
Para evitar esto, es fundamental seguir las indicaciones del fabricante en cuanto a la cantidad de detergente recomendada. También es importante considerar la dureza del agua en la zona donde se vive, ya que el agua más dura requiere menos detergente que el agua blanda.
Si notas que la lavadora está generando demasiada espuma, puedes realizar un ciclo de enjuague adicional para eliminar el exceso. Además, el uso de detergentes de baja espuma formulados específicamente para lavadoras automáticas puede prevenir la acumulación de residuos y mejorar el rendimiento del centrifugado.
Cierre correcto de la puerta o tapa
Las lavadoras modernas están diseñadas con mecanismos de seguridad que impiden que el tambor gire si la puerta o tapa no están correctamente cerradas. Esto evita accidentes y protege tanto al usuario como al electrodoméstico.
Si la lavadora no inicia el centrifugado, verifica que la puerta esté completamente cerrada y bloqueada. En algunos modelos de carga frontal, el sistema de cierre puede tardar unos segundos en activarse antes de comenzar el ciclo. Si la puerta no se bloquea correctamente, podría ser un problema en el sensor de seguridad, lo que requerirá revisión técnica.
En lavadoras de carga superior, es fundamental asegurarse de que la tapa no tenga ninguna obstrucción y que el interruptor de cierre funcione correctamente. Si la tapa presenta holgura o no hace el «clic» habitual al cerrarse, podría ser necesario reemplazar el sistema de bloqueo para garantizar el correcto funcionamiento del centrifugado.
Revisión periódica de la correa y el motor
Si la lavadora comienza a hacer ruidos extraños, vibra excesivamente o deja de girar, es posible que haya un problema con la correa de transmisión o el motor. La correa es la encargada de conectar el motor con el tambor y, con el tiempo, puede desgastarse o romperse.
Si la lavadora no centrifuga en absoluto, desenchufa el electrodoméstico y revisa la parte trasera para comprobar si la correa está en su lugar. Si está rota o suelta, será necesario reemplazarla. En algunos casos, si la lavadora es muy antigua, puede ser más conveniente cambiar la correa antes de que cause daños mayores en el sistema de giro.
El motor también puede verse afectado por el uso prolongado o fallos eléctricos. Si al intentar centrifugar la lavadora hace ruido pero el tambor no gira, es posible que el motor necesite ser revisado por un técnico. Un diagnóstico temprano puede prevenir una avería mayor y evitar gastos innecesarios en reparaciones o reemplazo del electrodoméstico.
El mantenimiento es clave para evitar fallos en el centrifugado
Si la lavadora ha dejado de centrifugar, es importante identificar el problema antes de llamar a un técnico. En muchos casos, la solución es sencilla, como redistribuir la carga, limpiar el filtro de desagüe o usar la cantidad correcta de detergente.
Si tras realizar estas comprobaciones la lavadora sigue sin centrifugar, puede tratarse de una avería más seria en el motor, la correa de transmisión o la placa electrónica. En ese caso, será necesario acudir a un servicio técnico especializado para una reparación adecuada.
Mantener la lavadora en buen estado no solo ayuda a prevenir fallos en el centrifugado, sino que también prolonga su vida útil y garantiza un mejor rendimiento en cada lavado. Con un uso adecuado y un mantenimiento regular, es posible evitar la mayoría de los problemas y asegurar que la lavadora funcione de manera eficiente por muchos años.
🔎 Contenido Verificado ✔️
Este artículo ha sido elaborado basándose en información de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: Teka, Grundig, Xataka Home, TCL, The Spruce.

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