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Cultura y sociedad

¿Dónde actuará Alejandro Sanz en 2026? Aquí todas las fechas

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Alejandro Sanz en 2026

Alejandro Sanz en 2026: calendario con ciudades, recintos y entradas en Latinoamérica y España, fechas confirmadas y claves para planificar.

Alejandro Sanz ya tiene dibujada su ruta para 2026 y el itinerario está claro desde el primer día. El calendario comienza en Latinoamérica con una secuencia ordenada de grandes plazas: Bogotá (13 de febrero, Movistar Arena), Quito (19 de febrero, Estadio Olímpico Atahualpa), Guayaquil (21 de febrero, Estadio Modelo), Lima (25 y 26 de febrero, Estadio Nacional), Santiago de Chile (28 de febrero, Estadio Bicentenario de La Florida) y un bloque argentino que pasa por Rosario (4 de marzo, Autódromo Municipal), Buenos Aires (6 de marzo, Campo Argentino de Polo) y Córdoba (8 de marzo, Estadio Mario Alberto Kempes). Son plazas de gran aforo, con venta activa y operativa a través de los canales oficiales de cada país.

La etapa española se despliega entre junio y julio en formato estadio y grandes recintos al aire libre: Sevilla (6 de junio, Estadio de La Cartuja), Gijón (12 de junio, Parque Hermanos Castro), Bilbao (14 de junio, Bizkaia Arena BEC), Mallorca (17 de junio, recinto por confirmar), Madrid (20 de junio, Riyadh Air Metropolitano), Barcelona (27 de junio, RCDE Stadium), Gran Canaria (4 de julio, Estadio de Gran Canaria – Granca Live Fest), Murcia (9 de julio, Plaza de Toros), Valencia (11 de julio, Estadi Ciutat de València), A Coruña (18 de julio, programación Coruña Sounds) y Fuengirola (24 de julio, Marenostrum Fuengirola). La venta general en España arrancó el 9 de octubre de 2025 con preventas escalonadas según recinto y promotor; desde entonces, las ciudades han ido liberando cupos y módulos de visibilidad por sectores.

Todo sobre la gira 2026 de Alejandro Sanz

Fechas cerradas y formato: un mapa nítido para 2026

El diseño del tramo latinoamericano no deja dudas: se ha armado como una lanza de estadios y arenas que cruza la región de norte a sur en tres semanas largas, con una lógica que prioriza capitales o nodos históricos para Sanz y asegura disponibilidad de infraestructura técnica de primer nivel. Colombia abre la puerta con un arena que facilita montaje y control acústico. Ecuador apuesta por dos estadios —Atahualpa y Modelo— que permiten un diseño de escenario grande, pasarelas, y una pasarela central pensada para acercarlo al público general y no solo al primer anillo de pista. Perú se reserva dos noches en el Nacional de Lima, un doblete que responde más a demanda real que a marketing; la ciudad ha mostrado capacidad para dos llenos consecutivos en giras anteriores del madrileño. Chile sitúa la fecha en el Bicentenario de La Florida, un recinto con tradición de conciertos internacionales y muy bien comunicado. Argentina reparte fuerzas: Rosario ofrece el factor de cercanía y escalas intermedias; Buenos Aires, con el Campo Argentino de Polo, otorga escena panorámica y visibilidad; Córdoba cierra el bloque en el Kempes, uno de los estadios más acostumbrados al gran formato en el interior del país.

La etapa española sigue otra lógica: estadios de fútbol con servicios avanzados para público masivo —La Cartuja, Metropolitano, RCDE, Ciutat de València— y ubicaciones de aire libre donde los promotores llevan años afinando flujos de entrada-salida, restauración, baños y accesibilidad. Hay también citas integradas en ciclos o festivales: el Granca Live Fest en el Estadio de Gran Canaria, Coruña Sounds en el puerto herculino y el cierre en Marenostrum Fuengirola, un recinto al pie del castillo Sohail que suma una estética muy particular a la experiencia. Mallorca permanece como la parada “en preparación” de la lista, con recinto por confirmar, pero firme en el calendario.

En ambos bloques, el horario real de inicio oscila según normativa y clima entre las 20.00 y las 22.00, con apertura de puertas 90–120 minutos antes. Las entradas nominativas, la entrega diferida de e-tickets (Chile y parte de Argentina aplican con frecuencia estos sistemas) y las políticas de menores varían por país, aunque se repite el mismo principio: documento de identidad a mano y un adulto responsable si no se supera el umbral de edad fijado localmente. No es burocracia sobrante; es lo que evita un mal rato en el control.

Dónde comprar las entradas y cómo evitar sobrecostes

El lineal de compra recomendado es simple: canal oficial del artista y operadores primarios de cada plaza. En España, la web oficial de eventos del propio Sanz centraliza la información y enlaza a puntos de venta de confianza; los listados de Entradas El Corte Inglés recogen fechas, recintos y horarios y actúan como agregador con garantías. En ciudades que forman parte de ciclos o festivales, los portales del propio recinto publican links directos a las ticketeras concertadas y confirman las condiciones particulares de cada cita —accesos, zonas de movilidad reducida, prohibiciones de objetos, entrega de pulseras, servicios de restauración—. Fuera del circuito primario, cada ciudad suele contar con operadores de reventa autorizada, pero aquí el consejo es inequívoco: si hay disponibilidad en el canal oficial, no salirse de ahí. Es donde se respetan cambios, devoluciones o variaciones de recinto u horario si las hubiera.

En Latinoamérica el mapa de operadores está muy atomizado, pero igual de claro. Bogotá trabaja con su arena y la ticketera ligada al inmueble; Quito y Guayaquil se mueven con Ticketshow y promociones bancarias puntuales en períodos de preventa. Lima centraliza la venta en Teleticket con entrega de e-tickets diferida y control reforzado de QR en el acceso. Santiago opera con Ticketmaster Chile y entradas nominativas, un sistema que ha ganado tracción para frenar reventa clandestina. Argentina reparte su venta entre redes locales de cada ciudad, con Enigma y Edén como referencias para Buenos Aires y Córdoba, respectivamente. En todos los casos, el plano de localidades no es un adorno: ahí está el detalle del escenario, los pasillos de emergencia y la visibilidad real por sector. Conviene tomarse cinco minutos, ampliar y fijar bien la zona antes de confirmar compra.

Respecto a los precios, sería inexacto fijar una cifra aquí porque las bandas tarifarias se actualizan por oleadas y por sectores. Lo que ya se ve: gradas numeradas, plateas y campos con diferentes escalones, así como paquetes premium en algunos estadios españoles que incluyen early entry, aparcamiento o hospitality. En América del Sur, las grillas publicadas contemplan desde rangos medios para campo general hasta plateas altas con precios diferenciados por cercanía y servicios. El criterio útil para el comprador es siempre el mismo: mirar costes de servicio, modalidad de entrega y posibles comisiones por método de pago.

Qué show prepara Sanz: repertorio, banda y sonido

La pregunta artística se responde sola con el nombre de la gira. ¿Y ahora qué? no es solo el título, es el hilo conductor de un directo que mezcla músculo de estadio con la lectura sentimental de un cancionero que ya forma parte de varias generaciones. Sanz está presentando su etapa más reciente de estudio, un paquete de canciones nuevas que han llegado acompañadas de colaboraciones con nombres latinos que dominan listas de streaming, y las enlaza con ese bloque de himnos que pide el público a voz en cuello: “Corazón partío”, “Amiga mía”, “Mi soledad y yo”, “No es lo mismo”. El orden respira como en las grandes noches: arranque enérgico, tramo central donde se permite bajar un punto el tempo para narrar, y final que sube el fader de luces y decibelios con toda la banda en coda colectiva.

La producción que se está preparando para 2026 es ambiciosa. El escenario —pensado para pistas y estadios— abre con una boca ancha y un diseño de pantallas LED de alta resolución que rehúye el exceso de saturación cromática a favor de una paleta limpia. La iluminación juega a favor de los tiros de cámara —cada recinto registra el show para piezas cortas en redes— y mantiene una coherencia narrativa por bloques. En lo musical, el núcleo de la banda descansa en una sección rítmica sólida, teclas con colchones que sostienen los estribillos y metales que irrumpen en los clímax. Es una mezcla muy probada en estadio, con la que Sanz viene domando ecos y vientos en recintos abiertos para que el público del anillo alto escuche con la misma definición que la primera fila de pista.

A escala de setlist, no esperes un museo. El nuevo material tiene peso propio, sí, pero aparece engarzado con los clásicos; hay rearmonizaciones discretas, pequeños cambios de tono para favorecer el canto masivo y cortes que se abren para el público. Ese momento de silencio controlado antes del “¡ay, ay, ay, ay!” en “Corazón partío” seguirá siendo territorio de comunión. Y, cuando el concierto entra en su última curva, Sanz suele recuperar un motivo melódico del principio, cerrar el círculo y despedirse sobre un sostenido largo de la banda. En estadios como La Cartuja o el Metropolitano la pegada final es particularmente contundente por la respuesta sonora del recinto.

Guía de recintos y logística: entradas, accesos, horarios

Sevilla inaugura la etapa española en La Cartuja, un estadio acostumbrado a grandes montajes —finales de Copa, macroconciertos— con anillos de acceso que alivian las colas si se llega con tiempo. Los puentes y las rondas pueden saturarse; quien venga en coche hará bien en apartar el vehículo y caminar los últimos diez o quince minutos. Gijón acoge el show en el Parque Hermanos Castro, un espacio verde que funciona bien para conciertos abiertos; calzado cómodo si se elige campo y atención a las zonas de sombra si la jornada llega calurosa. Bilbao se reserva el Bizkaia Arena (BEC), que aporta techo y control acústico: útil si el parte meteorológico amenaza con viento o lluvia. Mallorca aparecerá con recinto confirmado a medida que avance el curso y, como en otros destinos insulares, la reserva de alojamiento con antelación da tranquilidad.

Madrid se anota uno de los grandes golpes del itinerario en el Riyadh Air Metropolitano. Metro en la puerta, servicio lanzadera en eventos de gran aforo y un perímetro cómodo para colas y desalojos. La visibilidad desde las tribunas altas es buena y los campos suelen organizarse con accesos sectorizados que evitan embudos. Barcelona ubica el concierto en el RCDE Stadium de Cornellà, un recinto con experiencia en montajes profundos y con una planta que permite pasarelas sin comprometer la visión lateral. Gran Canaria integra su fecha en el Granca Live Fest en el Estadio de Gran Canaria: formato festival, con pulsera cashless, accesos por zonas y un manual del asistente que conviene leer.

Murcia se suma con la Plaza de Toros, donde la numeración y la sectorización de gradas facilitan encontrar asiento aun entrando con el tiempo justo; el campo —cuando está habilitado— suele dividirse por calles señalizadas. Valencia trabaja en el Estadi Ciutat de València, estadio de amplia planta y cómodas bocas de acceso; A Coruña encaja la parada en el ciclo Coruña Sounds, en el entorno del Puerto y con una logística particular de controles y vallas perimetrales que ordena los flujos desde primera hora. Fuengirola cierra el tramo en Marenostrum, un recinto singular, al aire libre, con el castillo Sohail como fondo y gradas naturales que el público valora por su estética y por las fotografías que deja la noche malagueña.

En Latinoamérica el transporte manda. Bogotá, por tratarse de un arena, escalona accesos por puertas numeradas y sugiere llegar con margen por la altitud y el tráfico vespertino. Quito y Guayaquil activan preventas bancarias y suelen insistir en la documentación a la entrada; el estadio al aire libre exige mirar el cielo y no confiarse con la hora. En Lima, el Estadio Nacional bloquea avenidas aledañas y, con doble fecha tan cercana, la revisión de seguridad puede demorar la cola; mejor ligero de equipaje. Santiago, con sus entradas nominativas, pedirá documento y evitará transferencias fuera del circuito de la ticketera. En Buenos Aires, el Campo Argentino de Polo tiene múltiples accesos y sugiere entradas laterales para campo; Córdoba dirige los flujos al Kempes con cortes perimetrales habituales; Rosario —por la ubicación del Autódromo— empuja a prever el regreso con antelación, sobre todo si el transporte público recorta su servicio nocturno.

Una mención específica sobre menores: en varios recintos rige la norma de menores acompañados hasta cierta edad y, en algunos casos, prohibición por debajo de un umbral determinado (los 3 o 4 años aparecen en numerosas políticas). No hay un criterio homogéneo, así que es recomendable comprobarlo al comprar. Y un apunte más: muchos recintos españoles han reforzado sus protocolos de accesibilidad, con plataformas para sillas de ruedas y asistencia de acomodación; esos cupos son limitados y, cuando hay mucha demanda, vuelan.

Cómo suenan los estadios: diferencias que importan

No todos los recintos responden igual. La Cartuja y el Metropolitano comparten resonancia de gran estadio abierto; la mezcla suele buscar pegada en graves y definición en medios, con un delay bien calculado para que los últimos sectores no sientan el show a destiempo. En RCDE Stadium, la geometría favorece una percepción más cercana incluso desde anillos altos, y los técnicos trabajan con reverberación controlada que permite escuchar matices de voz. BEC, cerrado, ofrece otro juego: presión sonora alta a menor potencia y un abanico de reflexiones que se dominan con facilidad en manos de equipos que ya conocen el recinto. Granca Live Fest en Gran Canaria, por contra, se arma para turnaround rápido de bandas, con line array versátil y un escenario que se adapta a la parrilla del día.

En Sudamérica, arenas como la de Bogotá facilitan el control fino del sonido, mientras que estadios abiertos en Quito, Guayaquil o Lima obligan a anclar bien las torres de PA, prever viento y asegurar visuales sin sombras. El Bicentenario de La Florida tiene fama de recinto agradecido para el técnico, con un campo que recoge bien la mezcla y tribunas que no devuelven eco agresivo. Kempes y Campo Argentino de Polo requieren otra estrategia: subgraves muy medidos para no embarullar el conjunto y sidefills que mantengan la coherencia lateral en pasarelas largas.

Todos estos ajustes técnicos no son caprichos. En 2026, un concierto de este nivel no compite solo con la memoria de noches pasadas: compite con clips grabados en móviles de alta gama, con stories y con una audiencia digital que juzga el show desde la grada y lo comparte a tiempo real. La producción lo sabe y empuja el espectáculo a un estándar televisivo aunque nadie encienda una unidad de realización.

Cómo disfrutar de una gira así

Reservar alojamiento con cancelación flexible a 20–30 minutos del recinto salva imprevistos. En plazas con festival (Gran Canaria, Fuengirola) conviene leer la letra pequeña: pulsera cashless, zonas valladas, normas sobre objetos y botellas. Comprar merchandising oficial en puntos identificados evita sorpresas con piratería de baja calidad. Si el plan incluye moverse por varias ciudades, trenes de media y larga distancia ahorran tiempo respecto al coche, especialmente en Valencia–Barcelona–A Coruña o Sevilla–Madrid; para Gran Canaria la antelación en vuelos marca la diferencia.

El día del concierto, no hay ciencia oculta: hidratarse, protegerse del sol en jornadas de calor y dosificar energías si se entra temprano para pista. La carga del móvil no es un detalle menor; los estadios han incorporado puntos de recarga en zonas comunes, pero no siempre hay suficientes. Las rutas de evacuación —marcadas en paneles y comunicadas por megafonía— deben ubicarse nada más llegar, aunque parezca obvio. Y el regreso: Metro en Madrid, Cercanías donde alcance, buses especiales en Sevilla, servicios metropolitanos en Barcelona y taxis o VTC con punto de recogida identificado para no dar vueltas sin fin. En Sudamérica, el tránsito posconcierto puede tomarse su tiempo; pactar un punto de encuentro lejos de la puerta más saturada reduce esperas.

Una última pauta sobre tiempos: muchas contraseñas de preventa y determinados cupos de sectores se liberan en oleadas. No todo se agota el primer minuto, y no toda la visibilidad de asiento aparece en la primera tirada. Las ticketeras van abriendo filas y esquinas de grada conforme el recinto adapta la producción. Mantener alertas en el canal oficial evita refrescar páginas sin sentido.

Resumiento del cartel: el plan, la ciudad, las canciones

El dibujo de 2026 para Alejandro Sanz es conciso y ambicioso: Latinoamérica en febrero y marzo, con Bogotá, Quito, Guayaquil, Lima (doble fecha), Santiago, Rosario, Buenos Aires y Córdoba; y un verano español de grandes recintos que arranca en Sevilla y se cierra en Fuengirola pasando por Gijón, Bilbao, Mallorca, Madrid, Barcelona, Gran Canaria, Murcia, Valencia y A Coruña. Las ventas ya están operativas, los recintos han comenzado a mover su logística y la producción del show se asienta sobre una columna vertebral que combina novedad y clásicos.

Queda por ajustar el detalle de Mallorca —la isla confirmará recinto— y, como ocurre con cualquier gira de gran formato, no sería extraño que asomaran fechas extra allí donde el aforo vuele. A partir de aquí, todo depende del plan de cada ciudad: llegar con margen, moverse en transporte público cuando sea posible, mirar bien el plano de localidades antes de comprar y abrazar la evidencia de que hay canciones que, en estadio, se agrandan. En La Cartuja, en el Metropolitano o con el Atlántico de fondo en A Coruña, el eco cambia, pero la esencia es la misma. El itinerario está sobre la mesa; el resto es elegir la parada y dejar que el directo haga lo suyo. Fechas, recintos y ciudades están fijados. El 2026 de Sanz ya tiene forma.


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Este artículo se ha redactado con información contrastada en medios y portales oficiales. Fuentes consultadas: Estadio La Cartuja, El Corte Inglés Entradas, Diario de Sevilla, Europa Press, Ayuntamiento de Fuengirola, RTVC, 20minutos.

Periodista con más de 20 años de experiencia, comprometido con la creación de contenidos de calidad y alto valor informativo. Su trabajo se basa en el rigor, la veracidad y el uso de fuentes siempre fiables y contrastadas.

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