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Cultura y sociedad

¿Cuándo es el Victoria’s Secret Show 2025 y cómo verlo?

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Cuándo es el Victoria’s Secret Show 2025

Victoria’s Secret Fashion Show 2025: hora en España, dónde verlo en streaming, artistas confirmadas y gran regreso de las alas en Nueva York.

El Victoria’s Secret Fashion Show 2025 se celebra hoy, miércoles 15 de octubre, con emisión en directo a las 19.00 (hora del Este de Estados Unidos). En España, la retransmisión comienza a la 1.00 de la madrugada del jueves 16; la previa arranca a las 0.30 con la tradicional alfombra rosa. El espectáculo estará disponible en streaming global: se podrá seguir en los canales oficiales de Victoria’s Secret y en plataformas asociadas pensadas para la emisión en directo, con posibilidad de ver el show bajo demanda una vez termine el estreno.

El evento vuelve decidido a recuperar su lugar en la cultura pop, pero con códigos de 2025: formato híbrido, cámara pensada para móvil y un guion que combina coreografías, bloques temáticos y actuaciones musicales sincronizadas con la pasarela. El despliegue técnico no se limita a la sala; la conversación en redes amplifica cada salida, cada estilismo, cada compás. En España, el plan es sencillo: madrugada, streaming, y vídeo completo disponible después para quien prefiera verlo con calma.

Una emisión global con acento neoyorquino

Nueva York sirve de escenario y de actitud. El show regresa a su hábitat natural con una puesta en escena de gran formato, donde la pasarela se curva, los fondos dialogan con la música y el montaje alterna planos cinematográficos frontales con barridos a ras de suelo que acompañan la marcha de las modelos. El sello de la casa sigue ahí, reconocible al instante, pero la narrativa visual se ha adaptado a la era del directo en múltiples pantallas: lo que antes era un único punto de vista televisivo ahora es un mosaico pensado para móviles, televisores conectados y tablets.

La alfombra rosa se ha consolidado como acto propio: treinta minutos de llegadas, entrevistas breves, primeros planos de los looks y guiños de backstage. No es un añadido; es un preambulo informativo que sitúa a la audiencia, introduce a los artistas invitadas y marca la transición hacia el primer gran bloque del desfile. En la señal internacional, esa previa es la puerta de entrada a la estética de la noche: brillo, humor medido y un ritmo que evita los vacíos.

Artistas confirmadas y el pulso musical de la noche

El cartel musical dibuja el tono del espectáculo. Karol G lleva la bandera latina con repertorio de estadio y estribillos coreables; su presencia evidencia la centralidad del pop urbano en la conversación global. Missy Elliott, pionera y vigente, aporta el músculo del hip hop de alto octanaje, ideal para segmentos con looks de gran formato y coreografías con quiebros marcados. TWICE, fenómeno mundial del K-pop, asegura precisión milimétrica y fanbase internacional: pura energía para los tramos más coloristas. Madison Beer completa el espectro con pop de pulso melódico y arreglos que fluyen en pasarela.

Este mix de artistas femeninas no es casual: la programación busca equilibrar tradición y presente con cuatro voces que actúan como metrónomo de la pasarela. La música no entra como intermedio: entra dentro del desfile. Cada cambio de tema se coordina con un cambio de bloque, cada drop sostiene un look de impacto, cada break instrumental permite un ajuste de escenografía o de estilismo sin romper el ritmo. El resultado es un show que se ve y se baila casi a la vez, aunque uno esté frente al televisor o al móvil.

Modelos, iconos que regresan y rostros del presente

El casting condensa la estrategia de 2025: iconos históricos que activan la memoria del espectáculo junto a modelos que lideran la conversación actual. En la lista figuran Adriana Lima, Alessandra Ambrosio y Lily Aldridge, nombres que definen una era y que regresan como gesto de continuidad. Junto a ellas, Gigi Hadid encarna el puente entre generaciones y cámaras; Joan Smalls y Anok Yai aportan pasarela en estado puro; Alex Consani y Yumi Nu conectan con los lenguajes estéticos del ahora; Ashley Graham y Paloma Elsesser consolidan una idea de diversidad real que ya no se entiende como etiqueta.

Una de las presencias que más conversación promete es la de Angel Reese, estrella de la WNBA. Su participación marca un hito por lo que representa el cruce natural entre deporte profesional, moda y entretenimiento. No es una anécdota de casting: es una lectura del presente. Las fronteras entre disciplinas se desdibujan y el público abraza a perfiles transversales que levantan estadios, venden zapatillas y desfilan con solvencia. Todo eso, en un solo plano.

El regreso de las alas y su significado hoy

Vuelven las alas. No como réplica exacta de lo que fueron, sino como un símbolo reinterpretado. La dirección creativa ha trabajado estructuras más ligeras, materiales con texturas sorprendentes y paletas intensas que funcionan en la luz del directo. Las alas, en 2025, no uniforman: se personalizan alrededor de la modelo y del bloque temático, y se leen como una pieza de escultura en movimiento. El público lo entiende enseguida: ese despliegue visual activa un recuerdo colectivo —clips virales, memorias televisivas—, pero también dice “hoy” en el lenguaje de la moda.

Hay algo más. El Wings Reveal —el instante en que un diseño se abre y ocupa el plano— se utiliza como punto de fuga del relato. Se prepara el encuadre, entra el beat, la cámara respira y, por un segundo, todo el show se reduce a ese gesto. Es técnica, sí, pero también dramaturgia. A veces, una imagen basta.

Cómo verlo desde España: guía práctica sin rodeos

Conviene ajustar el reloj: preshow a las 0.30 y desfile a la 1.00 (hora peninsular). La señal se ofrece en streaming global por los canales oficiales de la marca y se distribuye en plataformas asociadas con soporte para directo. El visionado posterior bajo demanda queda disponible una vez finaliza la emisión, de modo que es posible verlo al día siguiente sin spoilers si se desconecta de redes durante la madrugada.

En cuanto a dispositivos, televisores conectados, consolas, apps de smart TV, móvil y tablet reproducen la señal sin problema. En ordenadores, el navegador ofrece la experiencia más estable. Es recomendable contar con conexión Wi-Fi por encima de 15–20 Mbps para evitar compresiones agresivas en planos con mucha lentejuela y pluma, que suelen exigir más ancho de banda. Los subtítulos automáticos aparecen en la señal social y ayudan si se prefiere seguir la música con el volumen bajo; para la calidad de imagen, la emisión apunta a 1080p con bitrate adaptable.

Una vez termine la retransmisión en directo, la organización publica el show completo en abierto. Es la vía más cómoda para rebobinar, pausar en los detalles de los looks y volver a escuchar actuaciones. Para quienes quieran seguir la conversación en tiempo real, el chat en vivo y los hashtags oficiales concentran las reacciones y las primeras galerías de fotos, que suelen aparecer pocos minutos después de cada segmento.

Lo que mostrará la pasarela: bloques, ideas y tendencias

El show organiza su relato en bloques temáticos. Hay segmentos que dialogan con la tradición —fantasía, abundancia, brillo metalizado, volumen— y otros que incorporan tendencias que se han asentado en el armario real: athleisure llevado a la lencería, transparencias con juego de capas, corsetería con estructura, tonos saturados y texturas táctiles que ganan presencia en cámara. La clave no es el capricho estético, sino la lectura contemporánea que se hace de ellos: lo sensual y lo cómodo ya no pelean; conviven.

La coreografía se integra en la pasarela con movimientos que abren hueco a las cámaras y sincronizan el paso con cada drop musical. Se cuidan los travellings a media altura, los planos de detalle en tejidos y calzado, la iluminación que sube y baja sin estridencias para remarcar el ritmo. Los tocados y las estructuras —plumas, metales ligeros, materiales translúcidos— siguen funcionando como declaración de intenciones. A veces, el segmento arranca con un golpe visual grande y, en medio, se relaja para dejar ver la prenda; luego vuelve a subir la intensidad al cierre.

En la narrativa también hay guiños de humor. Pequeñas rupturas del protocolo de pasarela —una sonrisa sostenida, un gesto coreografiado, una interacción con la música— que hacen más amable el visionado sin perder la elegancia. Es un equilibrio delicado: se evita el exceso de parodia y se apuesta por una diversión controlada que suma al conjunto.

Inclusión y memoria: la ecuación que define 2025

Después de años convulsos, la marca busca reconciliar memoria y presente. Por un lado, recupera su ADN con un gran espectáculo; por otro, ensancha el repertorio de cuerpos, edades y perfiles que ocupan el centro. Lo importante no es solo el cartel de esta noche, sino lo que esa foto avance en campañas, tallajes, colaboraciones o embajadoras durante el resto del año. El desfile deja de ser un monólogo que se apaga al amanecer para convertirse en una plataforma que irradia a toda la temporada.

La selección de modelos mencionada antes —desde los nombres históricos hasta quienes han cambiado la conversación en la última década— refuerza esa idea de amplitud. Se nota en la modulación de estilismos (no todas las siluetas se construyen igual), en la dirección de cámara (que evita encuadres homogeneizadores) y en la música (plural, con culturas distintas conversando en el mismo escenario). La pregunta que queda abierta es si ese enfoque permea más allá de la pasarela y se convierte en práctica sostenida. La edición de 2025, por lo pronto, ofrece una señal clara.

Duración, ritmo y experiencia de visionado

El show se mueve en torno a una hora de duración, con la media hora de previa como aperitivo imprescindible. El ritmo está calculado para soportar picos de audiencia en los primeros minutos de desfile y en el cierre, cuando las modelos vuelven a escena en grupo mientras suena el tema final. Ese tramo sirve también para las últimas alas y para un repaso rápido de los looks más comentados.

La experiencia de visionado en casa se cuida al detalle. La señal prioriza la nitidez en los planos generales y la textura en los planos cortos, con cámaras estabilizadas que evitan sacudidas y edición que respeta el gesto y el paso. En televisores, la definición 1080p con bitrate adaptativo garantiza una buena lectura de telas difíciles (satén, tul, pedrería). En móvil, los planos verticales que la marca comparte durante la emisión funcionan como complemento —no sustituto— del directo: pequeñas píldoras que capturan el minuto caliente sin desviar la atención del show principal.

También se multiplican los contenidos paralelos: galerías de fotos con zoom generoso en detalles de costura y accesorios; clips de actuaciones con edición específica para redes; entrevistas rápidas en backstage con diseñadores, estilistas y artistas; datos sobre materiales, horas de taller, referencias estéticas del bloque. Esa producción lateral prolonga la vida del show y permite una segunda pantalla informativa para quien quiera sumergirse del todo.

La mecánica detrás del espectáculo: del fitting al “cue”

Nada de esto sucede por arte de magia. Detrás hay un proceso de producción milimétrico. Los fittings afinan la caída de cada prenda y el encaje de cada estructura; las pruebas de alas comprueban su peso, su estabilidad y su dialogo con la iluminación; los cambios rápidos entre bloques se sincronizan con cues de realización y con breaks instrumentales de las artistas. Si la operación es la correcta, el espectador no ve el esfuerzo; lo que ve es fluidez.

El trabajo en maquillaje y peluquería también ha evolucionado: piel luminosidad controlada, cabello con movimiento y acabados que soportan la temperatura del foco y los planos cortos sin perder naturalidad. Es un show que, pese al tamaño, busca evitar el exceso de artificio. La cámara ya no perdona el cartón-piedra; premia el detalle bien ejecutado y el gesto auténtico.

Qué esperar de cada bloque: pistas útiles para seguir el directo

El primer bloque suele arrancar con impacto: alas o tocados escultóricos, una línea de color clara y música con pulso alto. A continuación, un segmento más sintético permite leer mejor la prenda y la construcción. En el ecuador aparece el número más coreografiado del cartel musical, que cruza la pasarela con la actuación. El tramo final se reserva para grandes siluetas y para el saludo conjunto que cierra la noche, con confeti o una lluvia de luz que llena el plano.

Quien disfrute cazando detalles encontrará motivos recurrentes: metales ligeros en hombros y caderas, veladuras que juegan con transparencias controladas, bordados que atrapan la luz, cintas que se mueven con el paso, botines y sandalias con plataforma que estabilizan sin restar agilidad. También aparecerán guiños al archivo de la marca, reinterpretados con materiales actuales y líneas más acordes con 2025.

Plataformas, calidad y opciones de audio

El directo prioriza una señal global accesible. En televisión conectada, la reproducción automática del stream prioriza la calidad si la conexión lo permite; en móvil, el reproductor ajusta el bitrate para que la experiencia no se corte. Audio estéreo para la emisión principal, con mezcla que equilibra voz y pasarela. Si el dispositivo lo soporta, hay mejoras de espacialidad que se notan en altavoces externos o barras de sonido, especialmente en los drops y en los aplausos del público.

Para la visualización posterior, el vídeo bajo demanda permite mover la barra de tiempo a placer y capturar fotogramas que suelen poblar redes sociales en las horas siguientes. Las miniaturas de cada bloque ayudan a orientarse sin necesidad de adelantar a ciegas. Quien quiera revisitar una actuación o un look concreto lo tiene más fácil que nunca.

Por qué importa este regreso y qué señala hacia adelante

El desfile, por sí mismo, no resuelve la estrategia de una marca. Pero marca el tono de una temporada completa. Si la edición 2025 logra emocionar al público —no solo entretenerlo—, si consigue que modelos y artistas parezcan parte del mismo relato, si la inclusión se nota sin tener que subrayarla, el show habrá hecho algo más que volver: habrá vuelto a importar. Ese es el reto. Y hoy, en Nueva York, se pone a prueba en directo.

La respuesta se medirá en visualizaciones, conversación en redes, minutos vistos y, claro, en recuerdo: qué imágenes se quedarán pegadas al timeline durante semanas. El espectáculo vive del presente, pero se legitima cuando deja imágenes icónicas. En 2025, esa aspiración convive con otra igual de relevante: ser coherente con los valores que la audiencia exige. Cuando ambas cosas se alinean, el show encuentra su sitio.

Lo esencial de última hora para no perderse nada

El Victoria’s Secret Fashion Show 2025 se ve hoy en directo a las 19.00 ET (1.00 en España), con alfombra rosa a las 0.30. La señal oficial se distribuye en streaming global y queda disponible bajo demanda después del estreno. El cartel musical reúne a Karol G, Missy Elliott, TWICE y Madison Beer; el casting mezcla iconos históricos con modelos referentes del presente y suma a Angel Reese como figura que abre una vía natural entre deporte y pasarela. Vuelven las alas, reinterpretadas, y la producción pone el énfasis en una realización pensada para múltiples pantallas. En España, la experiencia es 100 % digital y se puede seguir con calidad alta desde televisión conectada, móvil o tablet.

La noche que aspira a encender otra vez la chispa

Se conoce la fórmula —música, pasarela, espectáculo—, pero lo que se decide esta madrugada es si vuelve la chispa. La edición de 2025 se ha construido para divertir sin caricaturizar, emocionar sin nostalgia pegajosa y celebrar el lenguaje que hizo grande a este desfile con los matices que pide el presente. Si el latido de la noche acompaña, si las alas vuelven a ser símbolo y no reliquia, si los nombres propios sostienen el relato común, el show habrá dado el paso que llevaba años preparando. Y, cuando eso pasa, todo el brillo cobra sentido.


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Este artículo ha sido redactado basándose en información procedente de medios españoles, oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: La Razón, 20minutos, LOS40, La Vanguardia.

Periodista con más de 20 años de experiencia, comprometido con la creación de contenidos de calidad y alto valor informativo. Su trabajo se basa en el rigor, la veracidad y el uso de fuentes siempre fiables y contrastadas.

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