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¿De qué va La última llamada? Docuserie con 4 ex Presidentes

Cuatro expresidentes en Movistar Plus+: González, Aznar, Zapatero y Rajoy comparten decisiones clave y su huella en cuatro décadas políticas.
La última llamada es una serie documental original de Movistar Plus+ que reúne, por primera vez en un mismo proyecto televisivo, a los cuatro expresidentes vivos del Gobierno de España: Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. El estreno es el jueves 16 de octubre de 2025 en la plataforma, con los cuatro episodios disponibles bajo demanda desde el primer día. Cada capítulo se centra en un solo mandatario y reconstruye, con detalle y sin rodeos, decisiones que marcaron la historia reciente: el combate contra ETA, la entrada en el euro y el 11M, la crisis financiera de 2008 y el fin del terrorismo, el procés y la moción de censura que cambió el poder en 2018.
La propuesta —concisa, directa— se apoya en testimonios de los propios protagonistas, material de archivo y entrevistas complementarias a colaboradores clave. El foco está en la toma de decisiones: qué se dijo, qué se hizo y qué quedó por hacer cuando “sonó” la última llamada antes de firmar una orden, anunciar un plan o asumir un coste político. No es hagiografía ni ajuste de cuentas: es un retrato en primera persona del poder, con sus dudas, sus límites y sus consecuencias, contado por quienes ocuparon la mesa del Consejo de Ministros y el despacho de La Moncloa.
Estreno, plataforma y formato: lo esencial
Movistar Plus+ programa La última llamada para el 16 de octubre, con estreno simultáneo de sus cuatro entregas. Es una estructura clara: un episodio por expresidente. La plataforma integra la docuserie en su oferta general, sin recargos ni pases especiales, y la coloca en portada entre las producciones españolas de mayor perfil del curso televisivo. No hay emisión semanal ni ventanas escalonadas: la serie llega completa, pensada tanto para maratón como para un visionado pausado, capítulo a capítulo.
La edición está diseñada para que cada pieza funcione por sí misma y también como conjunto. El orden recomendado sigue un criterio cronológico —de Felipe González a Mariano Rajoy—, aunque la plataforma no impone recorrido. La experiencia, de hecho, cambia si uno arranca por el episodio que le resulta más cercano en memoria: quien vivió la reconversión industrial de los 80 se asomará primero a González; quien quiera revisar el 11M o la política exterior de los 2000 elegirá a Aznar; para entender el fin de ETA y el impacto de 2008, el episodio de Zapatero es imprescindible; si el interés está en el rescate financiero a la banca, el procés y la moción de censura de 2018, Rajoy cierra el círculo.
Qué cuenta realmente: la decisión antes de la decisión
La idea troncal es sencilla y efectiva: la última llamada es la metáfora de ese instante mínimo —y decisivo— que antecede a la acción política. La serie localiza esa frontera y la ilumina desde dentro. Quien habla no es un tertuliano, ni un portavoz, ni un historiador con el beneficio de la distancia. Hablan Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy a cámara, con un tono que alterna precisión técnica con memoria íntima. No hay cortinillas grandilocuentes ni fuegos artificiales: el formato confía en la contundencia de un testimonio bien documentado.
El dispositivo visual refuerza el propósito. El rodaje se realiza en un plató que recrea un despacho, con una escenografía sobria y una luz medida que evita distracciones. Una mesa, una lámpara, papeles, en ocasiones un teléfono. Los planos —más largos de lo habitual en televisión— permiten que las ideas decanten. Cuando aparece el archivo, lo hace con parsimonia y un punto quirúrgico: una portada, una comparecencia, un corte de radio. Lo imprescindible para anclar cada declaración a su contexto.
Quién firma el proyecto y cómo se ha construido
Álvaro de Cózar aparece como creador y coguionista; la dirección corre a cargo de Cibrán Isasi. La producción reúne a Movistar Plus+ con tres sellos con oficio en documental y ficción de prestigio: Kowalski Films, Feelgood Media y True Story. La escritura incorpora perfiles periodísticos y narrativos que han transitado investigación, crónica y guion televisivo. El resultado se nota en la arquitectura de cada episodio: planteamiento nítido, selección de hitos, preguntas que van al hueso y un uso responsable del archivo.
El equipo no busca decorados institucionales ni localizaciones icónicas; apuesta por un “no lugar” controlado para dar cohesión visual y sonora al conjunto. Es una decisión técnica y editorial. Técnica, porque facilita una iluminación constante y una toma de sonido limpia. Editorial, porque despersonaliza el espacio y concentra toda la atención en el relato y en los documentos que lo sostienen. Una línea estética que encaja con la ambición de convertir la serie en un testimonio de época.
Los cuatro episodios: del despacho de González al de Rajoy
Felipe González: el dilema moral en plena guerra contra ETA
El episodio de Felipe González vertebra catorce años de gobierno —1982-1996— en torno a una pregunta de fondo: cómo se combate el terrorismo desde un Estado democrático sin cruzar líneas que comprometan su legitimidad. La pieza se hace fuerte en los pasajes donde el expresidente admite la duda persistente ante una operación que, de haberse ejecutado a principios de los 90, habría eliminado de un golpe a la cúpula de ETA localizada en Francia. González lo expresa con crudeza: dudó entonces y, con los años, sigue dudando. El planteamiento no se queda en la frase contundente: se despliega con contexto judicial, operativo y político, y se acompaña de voces que dimensionan los pros y los contras de una decisión cuya sombra alcanza hasta hoy.
El capítulo, no obstante, no se limita a ese episodio. Recorre la modernización económica, las reconversiones industriales, la adhesión plena a Europa, los Juegos de Barcelona y la Expo de Sevilla, y la tensión entre reformas estructurales y desgaste electoral. La Ley de Extranjería, la universalización de la sanidad y aspectos delicados como los escándalos de corrupción o el caso GAL entran y salen por el carril del archivo, sin que la conversación pierda hilo. La tesis narrativa es clara: el poder obliga a elegir en mitad del barro, y elegir tiene coste.
José María Aznar: del euro al 11M, con convicciones a contracorriente
El episodio de José María Aznar concentra ocho años intensos (1996-2004) con dos ejes indisociables: la agenda económica —déficit cero, privatizaciones, entrada en el euro— y el 11 de marzo de 2004. La serie traza la trayectoria de un liderazgo que se reivindica de convicciones firmes, anclado en la estabilidad macro y la seguridad, con una política exterior más alineada con Washington y Londres que con el eje francoalemán. Sin clichés. Aparecen interlocutores de entonces, asesores que hoy son memoria viva de aquella Moncloa y testimonios familiares que ayudan a humanizar el frío de las cifras.
El 11M adquiere un tratamiento sobrio, sin recreación de la tragedia. La docuserie reconstruye la respuesta institucional, los errores de comunicación, la fractura informativa y la resaca electoral del 14 de marzo. El episodio equilibra mirada interna y contexto informativo —portadas, ruedas de prensa, comparecencias parlamentarias— para entender cómo y por qué se dijo lo que se dijo. La propuesta no dicta sentencia; ordena hechos y deja hablar a quien estuvo al mando.
José Luis Rodríguez Zapatero: reformas sociales, 2008 y el final de ETA
José Luis Rodríguez Zapatero entra en escena con un contraste notorio: el impulso de reformas sociales —matrimonio igualitario, ley de dependencia, memoria histórica— frente a la irrupción de una crisis financiera global que España tardó en reconocer en toda su magnitud. La serie sitúa el Plan E, los paquetes de estímulo, los cambios en la política presupuestaria y la rectificación de 2010 en un itinerario que desemboca en adelanto electoral. Documentos, gráficos oficiales y comparecencias sostienen la cronología, sin perder de vista los costes sociales de la recesión.
El otro gran bloque es el fin de ETA. El episodio no se limita a la foto final; baja al detalle de conversaciones discretas, mediaciones, ventanas de oportunidad que se abren y se cierran, y figuras puente como Jesús Eguiguren, que enmarca como pocos el contexto. La dialéctica del capítulo evita épicas innecesarias: hay avances y retrocesos, momentos de bloqueo, tiempos muertos. Zapatero reconoce dudas, explica virajes y asume que gobernar es elegir el mal menor cuando no existe una solución limpia.
Mariano Rajoy: rescate financiero a la banca, procés y una moción que lo cambia todo
El tramo de Mariano Rajoy perfila una presidencia atravesada por la gran recesión, una prima de riesgo desbocada, recortes durísimos y un desenlace político inédito: la moción de censura de 2018. La serie subraya un punto relevante que a menudo se simplifica: España no pidió un rescate soberano como el de Grecia o Portugal; se acordó un programa específico para el sistema financiero, con condiciones y seguimiento de Bruselas. El episodio explica ese diseño, el impacto que tuvo y la letra pequeña del Sareb, los ERE, los ajustes en servicios básicos y el precio electoral de las medidas.
En paralelo circula el procés, con sus hitos de 2017, la aplicación del artículo 155 y la gestión de un conflicto territorial que aceleró la erosión política. El cierre llega con la moción que convirtió a Pedro Sánchez en presidente. El documental incorpora un detalle inédito en el registro audiovisual reciente: Rajoy admite que se arrepintió de no debatir con Sánchez durante aquella moción. La frase, lejos de una ocurrencia, encaja con la autopsia política que el episodio propone de su salida del poder. El entorno que comparece —ministros, asesores, colaboradores parlamentarios— enriquece la lectura con datos internos y la trastienda de decisiones impopulares.
Un retrato del poder con método: qué aporta y por qué ahora
Que Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy acepten sentarse a cámara con margen narrativo es, en sí mismo, un acontecimiento. Lo es por su valor documental —los cuatro expresidentes hablan para la historia— y por su utilidad para entender cómo funciona el poder en España cuando las luces se apagan. La serie aporta:
Un mapa de decisiones que cruzan economía, seguridad, política exterior y cohesión territorial, con documentos que las aterrizan. Lo que en hemeroteca aparece fragmentado se teje aquí con una lógica interna —no necesariamente complaciente— que ayuda a comprender por qué se optó por una vía y no por otra.
Un léxico común para debates que a menudo se atascan en consignas. Hablar de “última llamada” no es un recurso literario: sitúa al espectador en la frontera entre la duda y el acto, entre el coste político y la responsabilidad institucional. El poder, cuenta la serie, rara vez ofrece elecciones ideales; exige jerarquizar riesgos y convivir con la incertidumbre.
Una mirada comparada sobre cuatro estilos de liderazgo. La manera de construir consensos de González no es la de Aznar; el control del mensaje en Aznar contrasta con la introspección de Zapatero; el incrementalismo de Rajoy aparece como un método —criticable o defendible— en medio del ruido. La docuserie no encorseta; permite que cada estilo respire y, al hacerlo, facilita la comparación sin caricaturas.
Cómo está rodada y por qué se ve así
La puesta en escena evita la tentación de “hacer bonito” por hacer. Ni bosques de banderas, ni travellings ostentosos, ni música invasiva. La imagen trabaja con composición sencilla —rostros, manos, silencios— y un ritmo que acompaña, no distrae. Ese minimalismo visual es clave para que la palabra ordene la historia. Cuando entran piezas de archivo, lo hacen como pruebas documentales: boletines oficiales, comparecencias, ruedas de prensa, portadas que marcaron ciclo.
El montaje evita el efectismo. No hay cliffhangers de ficción ni golpes de sonido para subrayar obviedades. La tensión dramática nace del enfrentamiento entre memoria y documento: cuando un expresidente recuerda un hecho y el archivo lo matiza —o lo confirma—, la serie no señala con el dedo; presenta ambas capas y deja que la fricción produzca sentido. La música, discreta, sostiene el tono sin contaminarlo.
Los nombres propios que sostienen la trastienda
Una serie así se levanta con un equipo amplio de producción, documentación y edición. El guion —con firmas que conocen tanto la gramática audiovisual como la precisión periodística— está construido con entrevistas de contexto a exministros, asesores, interlocutores internacionales y familiares que enlazan vivencias privadas con impactos públicos. La dirección de fotografía cuida la continuidad lumínica para que cada episodio comparta una textura reconocible; el diseño de sonido limpia respiraciones y pausas sin borrar las imperfecciones humanas que hacen creíble el testimonio.
En términos de producción ejecutiva, el respaldo de Movistar Plus+ asegura recursos y acceso: disponibilidad de imágenes, derechos de archivo, logística para grabar con cuatro agendas complejas y margen para ediciones que no se resuelven en una tarde. No es menor el mérito de convencer a los cuatro de participar en un proyecto coral, sin miedo a la comparación directa. La foto conjunta de presentación —rara en nuestro ecosistema político— subraya la excepcionalidad del esfuerzo.
Temas que atraviesan los cuatro capítulos
La soledad del poder. Aparece una y otra vez: despachos de madrugada, decisiones que no se delegan, teléfonos que no paran, silencios antes de hablar. La “última llamada” no solo viene de fuera; a veces es con uno mismo, con la conciencia.
El precio del tiempo. La serie demuestra cómo la política comprueba su verdad a posteriori. Medidas impopulares que años después se valoran con más matices; decisiones que parecían pragmáticas y terminaron corroyendo la confianza; giros audaces que se mantuvieron pese al desgaste.
La comunicación como campo de batalla. De la gestión informativa del 11M a la moción de censura de 2018, pasando por la negociación con ETA, la docuserie registra por qué la palabra pública —qué se dice, cuándo y cómo— puede amplificar aciertos o multiplicar errores.
Europa como marco y límite. El euro, los criterios de convergencia, los programas de asistencia a la banca, la coordinación frente a amenazas. España se reconoce a sí misma en la interdependencia europea: hay autonomía, sí, pero nunca absoluta.
Dónde y cómo verla: detalles prácticos
La última llamada se ve en Movistar Plus+ con acceso bajo demanda desde el 16 de octubre. La serie queda integrada en el catálogo habitual y puede reproducirse en las aplicaciones y dispositivos compatibles de la plataforma. Cada episodio es independiente, con portada propia y sinopsis específica. La plataforma permite reanudar la reproducción, activar subtítulos y —en la configuración habitual— modular el audio descriptivo si procede.
Aunque el contenido es apto para un visionado continuo, funciona bien verlo por bloques: un episodio, pausa, y otro. No por solemnidad, sino por densidad informativa. Cada capítulo condensa un tramo de historia reciente, con decisiones que siguen teniendo efectos palpables en la vida institucional y económica del país.
Por qué importa: utilidad pública y memoria democrática
El valor de La última llamada no es únicamente televisivo. Es documental y cívico. Permite contrastar recuerdos con documentación, revisar juicios con perspectiva y entender procesos que no caben en un tuit ni en un titular. Que Felipe González verbalice su duda sobre una operación contra ETA coloca en su sitio un dilema moral y jurídico que siempre planea sobre la lucha antiterrorista; que José María Aznar explique el manejo de la crisis del 11M ayuda a ordenar la cronología —comunicados, comparecencias, rectificaciones— sin ruido; que José Luis Rodríguez Zapatero detalle la negociación que desembocó en el final de ETA aporta claves de procedimiento; que Mariano Rajoy asuma el arrepentimiento de no haber defendido su posición en el debate de la moción añade textura a un momento que cambió el gobierno.
La serie se alinea con una tendencia internacional: dar la palabra a quienes decidieron y exigirles que documenten su memoria. No sustituye a la investigación periodística ni al estudio académico, pero los complementa. Es una fuente primaria audiovisual elaborada con método y consciencia de archivo. Y llega en un momento oportuno, con el ciclo político español en fase de relectura de su pasado cercano para explicarse a sí mismo en la década de los 20.
Un último apunte sobre lenguaje y tono
La docuserie cuida el registro. No confunde jerga con rigor ni rebaja la complejidad de los temas a consignas. Los entrevistados hablan como hablan en privado: técnicos cuando toca (déficit, prima de riesgo, convergencia, 155), directos cuando se abre una grieta personal (miedo, desgaste, familia, agotamiento). El montaje respeta esa alternancia y no edulcora. En pantalla, el espectador detecta dudas, pausas, vacios que dicen tanto como una frase redonda. Esa autenticidad sostenida a lo largo de cuatro horas es una parte esencial del atractivo.
Una serie para guardar en la hemeroteca de casa
La última llamada es, en resumen, un hito televisivo con vocación de documento: cuatro expresidentes —Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy— rindiendo cuentas ante cámara, ordenando hechos, explicando métodos y aceptando que la política se mide también por lo que se recuerda de ella. El formato, sobrio y eficaz, evita el ruido y privilegia la palabra documentada. El resultado: una pieza que ayuda a entender cómo se toman decisiones de Estado, por qué se llega a ellas y qué queda cuando el tiempo pasa la factura.
Quien busque espectáculo no lo encontrará; quien quiera información sólida y contexto útil para interpretar cuarenta años de democracia —con sus crisis, sus avances y sus zonas grises— tiene una serie imprescindible. La última llamada no cierra discusiones; abre una conversación informada que, ojalá, se mantenga más allá del estreno. En la pantalla se ve un despacho que podría ser cualquiera y cuatro voces que ya son historia. Eso, dicho sin grandilocuencias, marca época.
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Este artículo ha sido redactado basándose en información procedente de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: Movistar Plus+, EL PAÍS, La Voz de Galicia, ABC.

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