Cultura y sociedad
¿Quiénes son los 18 concursantes del Benidorm Fest 2026?

RTVE desvela el cartel del Benidorm Fest 2026: 18 artistas, fechas, sistema de voto y claves del show, con perfiles y contexto que importan.
RTVE ha hecho oficial el cartel completo del Benidorm Fest 2026: Asha, Atyat, Dani J, Dora & Marlon Collins, Funambulista, Greg Taro, Izan Llunas, Kenneth, KITAI, KU Minerva, Luna Ki, María León & Julia Medina, MAYO, Mikel Herzog Jr., Miranda! & bailamamá, Rosalinda Galán, The Quinquis y Tony Grox & LUCYCALYS. Son 18 propuestas que compiten por el micrófono de bronce y por encabezar el proyecto musical de la temporada en la casa pública. El reparto junta pop de autor y electrónica elegante, rock con músculo, raíz y fusión, fenómenos que llegan de la televisión y regresos con relato propio. Un cartel amplio, diverso y diseñado para funcionar en directo.
El Benidorm Fest 2026 celebrará sus galas el 10 y 12 de febrero (semifinales) y el 14 de febrero (gran final), en el Palau d’Esports l’Illa de Benidorm. La edición eleva el listón competitivo con un premio de 150.000 euros (100.000 para la propuesta artística y 50.000 para la autoría), y consolida una mesa creativa estable liderada por Sergio Jaén como director artístico, acompañado por Ari Levelä (dirección visual/iluminación), Borja Rueda (coreografía), Mercè Llorens (realización) y José María Payueta (producción). Regresa el voto demoscópico y se mantiene el sistema mixto con jurado profesional y televoto. Las canciones se presentarán el 18 de diciembre, fecha en la que el festival empezará a dibujar sus primeras quinielas con material sonoro real.
Cartel confirmado: 18 nombres, 18 relatos
El plantel es, ante todo, una fotografía de cómo RTVE quiere explicar su gran escaparate musical —rtve benidorm fest 2026— a comienzos de año. Funambulista aporta oficio, catálogo y ese pop emocional que viaja bien en televisión; Greg Taro llega con ADN internacional —de Urban Lights al Berlín electrónico— y colaboraciones de alto perfil en la escena dance que le sitúan de salida como uno de los nombres más observados. KITAI cubre el territorio rock con un directo de alto voltaje y una década de carretera, en un formato que no siempre regala espacio a las guitarras y que, por eso mismo, agradece un golpe de mesa eléctrico. KU Minerva, reina eurodance de los 90 gracias a “Llorando por ti”, representa el recuerdo bien entendido: nostalgia que no se queda en el recuerdo si acierta con una relectura actualizada. Luna Ki firma el regreso más comentado —tras su retirada en 2022— con una etapa más cruda en voz y un discurso que conecta con públicos jóvenes y sensibilidades contemporáneas.
Hay además perfiles con pedigrí televisivo o familiar. MAYO aterriza desde Operación Triunfo con comunidad digital movilizada y un repertorio confesional en construcción; Izan Llunas enlaza tres generaciones —nieto de Dyango, hijo de Marcos Llunas— y un pop juvenil que ya ha probado alcance en plataformas; Mikel Herzog Jr. se asoma con formación de triple threat (canto, interpretación y baile) y un apellido inevitable en la memoria eurovisiva de España. Dani J llega con bandera latina: figura clave de la bachata europea que ha estirado el género hacia el pop y el R&B sin perder identidad. Kenneth —raíces venezolanas, pulso afrobeat— encarna la nueva ola que fusiona urbano, electrónica y R&B con frescura radiable.
El capítulo de dúos y alianzas aviva la curiosidad. Dora & Marlon Collins suenan a pop contemporáneo de cámara: ella, artista de impronta audiovisual singular; él, actor y músico formado entre La Habana y Madrid que añade textura y acento latino. María León & Julia Medina suman carisma interpretativo y solvencia vocal para resolver directo, un binomio que el festival suele premiar cuando la canción les deja espacio para lucir. Miranda! & bailamamá cruzan Buenos Aires con Alicante: Ale Sergi y Juliana Gattas, iconos del pop rioplatense, se unen al nuevo proyecto de Óscar Ferrer (Varry Brava) para lo que, sobre el papel, apunta a gran momento televisivo. En el lado más identitario, Asha mezcla pop urbano con giros en árabe marroquí y castellano, un mestizaje que distingue; Atyat llega desde el teatro musical con tesitura amplia y cadencias árabes; Rosalinda Galán defiende una copla contemporánea con electrónica; The Quinquis revisitan la mitología quinqui de los 70 con funk y beats del siglo XXI; y Tony Grox & LUCYCALYS empastan electroflamenco de club con voz de raíz. Es, en suma, una parrilla que busca combinar relato, diversidad y competitividad internacional.
Fechas, sede y formato de la quinta edición
El festival se concentra en tres galas, con una semana claramente marcada en el calendario: martes 10 y jueves 12 de febrero las semifinales, viernes 14 la gran final. La sede —Palau d’Esports l’Illa de Benidorm— repite por logística, capacidad y solvencia técnica: un pabellón que permite construir escenografías grandes y una iluminación de nivel que garantice lectura televisiva limpia. La organización ha diseñado un calendario con ensayos generales abiertos al público —previstos los días 9, 11 y 13— que acercan el modelo a Eurovisión: se testean planos, ritmos, disparos de luces y cámaras, y se ajusta lo que no funciona con poco margen de error. El 18 de diciembre se publicarán las 18 canciones; desde ese momento, empieza el análisis fino de estructuras, hooks y puentes, y los equipos podrán terminar de construir sus puestas con feedback real.
El sistema de votación integra jurado profesional, panel demoscópico y televoto. No se han comunicado cambios en los pesos respecto al espíritu del formato (equilibrio entre criterio experto y reacción popular), pero sí se ha enfatizado la utilidad del demoscópico como termómetro de recepción inmediata. Traducción práctica para los artistas: la canción debe funcionar en 30 segundos y el staging ha de ofrecer una imagen icónica que se reconozca en redes. La gala, con independencia del pulso internacional que rodea a Eurovisión 2026, se celebrará en sus fechas y con esa mecánica. El ganador tendrá vía directa al proyecto internacional si España finalmente participa; si no, se consolidará como campeón de un evento que ya posee peso propio en la televisión pública.
Quién es quién: perfiles, contextos y fortalezas
Funambulista encarna el “valor seguro” de la edición. Diego Cantero firma canciones que se cuelan en listas y ficciones, y que el público reconoce al primer acorde. Su fortaleza es la emoción: letra sencilla, melodía nítida y un estribillo que el pabellón corea con los móviles en alto. Bien acompañado por una puesta sobria y una fotografía que respire, puede ser ese “tema bonito” que en la final sube enteros.
Greg Taro es otra carta seria: pop electrónico de vocación global, oído melódico y mano para la producción moderna. La narrativa de infancia en Japón, etapa de banda con su hermano y salto a Berlín construye un perfil que entiende la escena internacional. Si el tema es directo, con línea melódica clara y un drop que no se complique, tiene mapa para pelearlo todo.
KITAI ofrece el contraste necesario: rock de banda, pulsación alta, guitarras con presencia y actitud de escenario. El reto, aquí, se llama televisión: limpiar el sonido, ofrecer planos que traduzcan la energía del directo y diseñar una narrativa visual que no se pierda en el ruido. Si lo consiguen, el impacto puede ser demoledor.
KU Minerva llega con el relato del remember inteligente. La nostalgia funciona cuando propone un puntito nuevo; si el eurodance 90s recibe una producción 2026 con bajos ajustados, toplines sutiles y un puente que reviente en coreografía, tiene recorrido para levantar a varias generaciones. El televoto suele responder bien a lo reconocible.
Luna Ki es pura conversación. Su regreso, tras la retirada de 2022, abre una segunda etapa más frontal en voz y discurso. Salud mental, diversidad, estética muy de su tiempo. En un festival que convive ya con la cultura del clip, su universo visual puede encontrar un plano icónico. La clave será la canción: debe emocionar sin apoyarse en artificios y encontrar un arreglo que no distraiga.
Asha aporta mestizaje: pop urbano con fraseo en darija y castellano, color mediterráneo y un timbre que encaja en la radio actual. Si la producción deja respirar la voz y el estribillo entra sin rodeos, se coloca entre las candidaturas con identidad clara. Atyat representa el perfil técnico forjado en el teatro musical: proyección, presencia, control corporal. Es de las artistas que agradecen una realización milimétrica —close-ups bien elegidos, foco en manos y mirada— y una coreografía que cuente más que enseñe.
Dani J trae el bloque bachata/pop con cifras de gira europeas poco comunes para el género. Su baza es la conexión espontánea con el público; si el tema es radiante y se evita el exceso de truco, puede multiplicar en televoto. Kenneth ocupa la zona afrobeat: ritmos en síncopa, toques de R&B y electrónica con estribillos inmediatos. Una escenografía limpia y un outfit que hable lo justo de tendencia podrían bastar para que la canción haga el resto.
En el capítulo dúos, Dora & Marlon Collins prometen una estética cuidada y pop de cámara. Ella ha demostrado criterio artístico y una sensibilidad visual que suele brillar en la televisión pública; él aporta un acento latino y un cuerpo actoral que da juego en plano medio. María León & Julia Medina suenan a solvencia: una actriz con carisma que pisa el escenario con seguridad, y una voz trabajada que ya ha pasado por formatos de alto nivel. Si evitan la balada demasiado obvia y apuestan por medio tiempo con tensión, serán peligrosas.
Miranda! & bailamamá son fiesta y gancho melódico. El tándem dirigido por Ale Sergi y Juliana Gattas maneja la canción pop como pocos; bailamamá aporta el trazo mediterráneo y la experiencia de escenario de Varry Brava. Si el tema es eufórico y se arma un final de sing-along, es material para incendiar el Palau y dominar la conversación social.
Rosalinda Galán defiende la copla contemporánea con electrónica: contraste que, en 4K, funciona de maravilla. La clave: vestuario con criterio, cámara que entienda el gesto y un arreglo que no se coma la voz. The Quinquis representan el proyecto quinqui-funk con electrónica: relato cultural potente, posibilidad de visuales con textura y un groove que, si cae bien a jurado, puede sumar muchos puntos. Tony Grox & LUCYCALYS completan el círculo con electroflamenco: producción de club y raíz, un matrimonio que España entiende —y que Europa, si toca, suele recibir con interés cuando está bien ejecutado.
MAYO, Izan Llunas y Mikel Herzog Jr. dibujan la arista generacional. MAYO arrastra comunidad, escribe en primera persona y maneja el idioma pop que piden las playlists. Izan llega con apellido ilustre pero con canciones que ya le funcionan por sí mismas; si resuelve directo con naturalidad, habrá sorpresa. Mikel Jr. luce versatilidad escénica y el plus de saber contar una historia familiar sin vivir solo de ella; si el tema y el staging encuentran un “momento televisión”, se meterá en todas las quinielas.
Reglas, cambios y por qué importan
El voto demoscópico vuelve a formar parte del mecanismo. Es una pieza clave porque introduce un panel representativo que, en la práctica, frena sesgos de fandom ultraorganizado y obliga a los artistas a pensar en la reacción inmediata de públicos no especializados. El jurado profesional sigue premiando ejecución, composición y realización; el televoto mantiene el pulso popular de cada edición. La suma obliga a un equilibrio de elementos: canción sólida, puesta en escena con concepto claro y una primera impresión que atrape. No vale con un gran final si los primeros 40 segundos no enganchan.
La dirección artística de Sergio Jaén y el equipo asociado introduce otra novedad relevante: el modelo in-house para las puestas —disponible para quien lo elija—, que garantiza coherencia visual y tiempo de ensayo antes del directo. Es un salto cualitativo, porque acerca la producción al estándar eurovisivo: cada detalle —cámara, luz, humo, vídeo— se planifica a partir de la canción, no a pesar de ella. Para quien prefiera trabajar con su propio equipo, RTVE ofrece soporte técnico y una supervisión que evita rupturas estéticas en la emisión. El objetivo es claro: consistencia y competitividad.
El premio de 150.000 euros no es solo una cifra vistosa. Da colchón financiero para afrontar preproducción del proyecto que derive del festival (gira, álbum, potencial Eurovisión) y anima a propuestas más ambiciosas en escenografía y vestuario. Es el tipo de inversión que cambia una idea sobre papel por un cuadro escénico real.
Calendario hacia febrero: canciones, ensayos y conversación pública
Hay tres fechas que marcan el itinerario. 18 de diciembre: salen las canciones y llegan las primeras escuchas, reacciones y rankings. Ese día —y esa semana— se separa lo que simplemente gusta de lo que compite. 9, 11 y 13 de febrero: ensayos generales abiertos que generarán ruido (controlado) desde Benidorm y permitirán ver si el staging respira. 10, 12 y 14 de febrero: dos semifinales y final con televoto en caliente y panel demoscópico pendiente de la primera impresión. En medio, el circo habitual: pre-parties, entrevistas, notas de color y pistas de realización que la organización vaya soltando para mantener la expectación.
El festival llega, además, con cifra récord de 870 canciones recibidas en la fase de selección y un comité renovado que ha optado por 18 participantes. El proceso —más de 100 días de ventana— deja claro que el formato se ha consolidado como marca en sí misma, más allá de su papel como antesala de la cita europea. La casa pública refuerza su estrategia: el rtve benidorm fest 2026 como contenido de prime time, palanca de industria y plataforma de artistas que no siempre pasan por los grandes escaparates.
Producción y equipo: la maquinaria detrás del show
La edición 2026 llega con una coproducción reforzada y un equipo creativo que ya ha pisado escenarios internacionales. Sergio Jaén coordina la dirección artística con una mirada transversal: lo musical, lo visual y lo escénico se piensan como un todo. Ari Levelä firma la dirección visual y la iluminación, capitales para dar carácter a cada propuesta; Borja Rueda se encarga de coreografías con narrativa —más contar que lucir—; Mercè Llorens pilota la realización para que cada tema tenga su gramática televisiva; y José María Payueta estructura la producción de modo que el set respire, los cambios entre canciones sean fluidos y la escaleta no se rompa. El objetivo es minimizar sorpresas de última hora y evitar la sensación de gala fragmentada.
Este engranaje técnico importa tanto como el cartel. Las ediciones recientes han demostrado que una idea potente, sin lectura televisiva, se queda a medias. El Benidorm Fest 2026 busca atacar ese punto débil con antelación, con semanas de trabajo previo y con una plantilla que conoce qué funciona y qué no en la pantalla. Por eso los ensayos con público son más que un gesto a la comunidad fan: permiten ajustar respiraciones, comprobar el peso de los efectos y confirmar lo que ya intuye el equipo en sala de control.
Mapa de estilos: cómo encajan las piezas
El reparto 2026 respira equilibrio. Hay un núcleo pop robusto —Funambulista, Greg Taro, Dora & Marlon Collins, MAYO, Izan Llunas— que asegura canciones coreables y producciones limpias. El bloque de raíz y fusión —Rosalinda Galán, Tony Grox & LUCYCALYS, Asha, Atyat— propone identidad y un acento mediterráneo/árabe que, si llega con hooks claros, puede resultar diferencial. KITAI abre la puerta al rock; The Quinquis apuntan a un funk con relato; KU Minerva activa el eurodance clásico con la oportunidad de modernizarlo. Miranda! & bailamamá aportan el pop rioplatense que España canta sin mirar la pantalla, un arma de televoto si el estribillo es simple y efectivo. La cantera televisiva —Dani J, Mikel Herzog Jr., Kenneth— completa un tablero que, a priori, debería dar una final muy heterogénea.
Desde el análisis frío, se intuyen cuatro rutas hacia el triunfo. La balada/emoción (Funambulista, quizá un dúo si aciertan con la pieza); el pop electrónico de vocación internacional (Greg Taro, Dora & Marlon Collins si apuestan por un medio tiempo con producción fina); la fiesta (Miranda! & bailamamá, KU Minerva con lectura 2026); y la fusión identitaria (Asha, Tony Grox & LUCYCALYS, Rosalinda). El rock de KITAI y el quinqui-funk de The Quinquis son las opciones de impacto que, bien realizadas, pueden romper la escaleta y alterar cualquier previsión.
Lo que ya se juega antes de oír las 18 canciones
Sin audios publicados, el favoritómetro es volátil, pero hay intangibles. Funambulista llega con el respeto del gremio y un público amplio; si la canción conecta rápido, el jurado suele valorar ese tipo de solvencia. Greg Taro tiene el lenguaje del pop global y una trayectoria que casa con una realización moderna; si el estribillo es inequívoco, va a estar. Miranda! & bailamamá son televisión pura: hay show, hay estribillos, hay memoria colectiva. KITAI, por contraste, puede beneficiarse del “efecto rareza”: cuando el rock aparece poco, el impacto se multiplica. En la franja más identitaria, Asha, Rosalinda y Tony Grox & LUCYCALYS presentan armas con recorrido: idioma propio, timbres reconocibles y margen para imágenes icónicas.
Hay también riesgos: la sobrecarga visual que deja sin vuelo una canción que funcionaría con menos ruido; las baladas genéricas que no nombran a nadie; el concepto que se explica más de lo que suena. El equipo artístico está precisamente para corregir desviaciones, pero un festival con 18 números no perdona dudas: en 3 minutos hay que dibujar una historia completa.
Benidorm se prepara para su edición más ambiciosa
Con el cartel desvelado, fechas cerradas y un equipo creativo consolidado, el rtve benidorm fest 2026 llega a febrero con ambición y con la voluntad de fijar estándar. Hay diversidad estilística, hay nombres reconocibles y hay proyectos emergentes que pueden explotar en directo.
El premio económico empuja la producción hacia arriba, los ensayos abiertos permitirán ajustar lo ajustable y el sistema de voto invita a pensar canciones que funcionen en tres capas: jurado, panel y público. Falta escuchar las 18 piezas —la verdadera moneda del festival—, pero la base ya está. Y es sólida. Benidorm, otra vez, en el centro de la conversación musical.
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Este artículo ha sido redactado basándose en información procedente de fuentes oficiales y confiables, garantizando su precisión y actualidad. Fuentes consultadas: RTVE, Europa Press, ABC, 20minutos.

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